El gigante petrolero Royal Dutch Shell recortó 66% el dividendo que les paga a sus accionistas por primera vez desde 1945 debido a la fuerte caída de la demanda de petróleo y el colapso de los precios provocados por el coronavirus.
En un comunicado, la empresa reveló que recortó su dividendo para el primer trimestre de US$ 0,47 por acción a US$ 0,16 por acción a fines de 2019. El gigante petrolero también informó una caída de 46% en las ganancias netas en el primer trimestre, que bajaron de US$ 5.300 millones en el mismo período de 2019 a US$ 2.900 millones. Las acciones de Shell se hundían más de 6% el jueves a la mañana tras divulgarse la noticia.
El CEO de Shell, Ben van Beurden, afirmó que la empresa estaba tomando “medidas prudentes” para resistir mejor ante la “importante” incertidumbre a mediano y largo plazo.
Las acciones de Shell pagaban los dividendos más altos del índice FTSE-100 y los cincuenta años de pagos ininterrumpidos ?un récord? las habían convertido en favoritas de los fondos de pensiones y los inversores que buscan ingresos.
La productora angloholandesa insinuó que lo de los dividendos era temporario, pero en pautas publicadas anteriormente sugirió que para cumplir sus objetivos de reducción de deudas necesita que el barril de crudo Brent esté a US$ 66; actualmente, el Brent cotiza a US$ 24,79. Además, Shell descartó su plan de recompra de acciones.
Por su parte, Equinor, la petrolera estatal noruega, recortó en dos tercios su dividendo la semana pasada. Se especula que otras grandes petroleras harán lo mismo. El viernes informarán sus ganancias dos petroleras estadounidenses, Chevron y Exxon Mobil.
Richard Hunter, director de mercados del servicio de inversión Interactive Investor, afirmó que con el recorte, Shell obtendría US$ 9.000 millones para los próximos 12 meses: “La valiente decisión de Shell refleja el deseo de resguardarse y proteger el negocio ante una perspectiva económica global en deterioro y la fuerte inestabilidad del precio del petróleo.
“Una combinación tóxica entre destrucción de la demanda ?aviones sin usar, muchos menos viajes y fábricas cerradas? y exceso de oferta ?a tal punto, que hasta almacenar el petróleo extraído se complica por la falta de espació puso en alerta máxima a las grandes petroleras”.
Devastación
Shell venía manteniendo fielmente sus retornos a los accionistas, pero la decisión de recortarlos debido a la situación “extremadamente complicada” es otra señal más de la devastación que causó el coronavirus en el mercado de petróleo.
Las cuarentenas que paralizaron las economías más grandes del mundo y los sectores dependientes del combustible, como las aerolíneas, hicieron que se desplomara la demanda de crudo y se abarrotara la capacidad de almacenamiento. Este mes, el contrato de West Texas Intermediate (la referencia para los precios del petróleo estadounidense) con entrega en mayo quedó en valores negativos por primera vez en su historia y se desplomó el del crudo Brent, la referencia para el resto del mundo, aunque no tanto como el WTI. Con un precio negativo, los productores les pagan a los compradores para que se lleven el petróleo que no pueden almacenar.
Por su parte, una coalición entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y productores aliados, acordó con Rusia recortar 10% la producción de petróleo a partir del mes que viene para aliviar la presión sobre las existencias y los precios.
Autora: Isabel Togoh