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Por qué el coronavirus es 4.000 veces menos mortal en Alemania que Italia

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21 Marzo de 2020 11.00

En los últimos ocho días, Alemania avanzó varios lugares en la lista de países cuyas tasas de contagio del SARS-CoV-2 están saltando abruptamente y llegó al sexto puesto por el número de casos informados oficialmente, detrás de China, Italia, Irán, España y Corea del Sur.

Las cuentas no siempre son muy sólidas: en Irán, por ejemplo, los casos informados suelen ser incompletos por razones políticas y sociales. Pero la disparada de los casos en Alemania se corresponde exactamente con lo que sabe el Gobierno; al publicarse esta nota, el país arañaba los 14.000 casos (para ser exactos, 13.987), según la organización oficial de estadísticas de salud del Gobierno alemán, el Robert Koch Institut (RKI).

Puede que esta avalancha de casos sea la última antes de que comience a aplanarse la curva, como explicó la canciller Angela Merkel en una conferencia de prensa que dio el 12 de marzo. En otras palabras, se apuesta a que, si bien la curva todavía no se aplanó, eso pueda pasar, si se respetan y dan resultado las medidas tomadas para controlarla. Qué tan rápido se dé esto dependerá de la eficacia de las medidas de distanciamiento social que tomó Alemania, que hasta ayer eran relativamente laxas, y en la reacción de su infraestructura sanitaria. Pero por ahora, Alemania mantiene una curva de ascenso pronunciada. El número de contagios se multiplicó 14 veces en los últimos ocho días. Entre las 10 de la mañana del 19 de marzo y la misma hora del 20 de marzo se registraron 2.958 casos nuevos.

Si bien ahora hay casos de contagio por todo el país, las cifras del RKI siguen mostrando una cadena en torno a tres puntos clave, los mismos que hace diez días: Baden-Württemberg, Renania del Norte-Westfalia y Bavaria. En estos tres estados también ocurrió la enorme mayoría de las 31 muertes que sufrió Alemania.

Hay una diferencia importante entre los contagiados de Covid-19 en Alemania y los del país más afectado de Europa, Italia. Resulta que el Covid-19 irrumpió en el continente en plena temporada de esquí. Así, muchos de los primeros alemanes afectados se contagiaron esquiando en Italia, razón por la cual ?por ahorá el 70% de los casos informados en Alemania son jóvenes o, de manera más general, no mayores, de 20 a 50 años.

Se puede afirmar que la mayoría de los que esquían (pero no todos) están en buen estado físico sin importar la edad y que hay un límite de edad natural para esquiar con seguridad; no todas las personas de 70 a 90 años tienen los músculos y los huesos para hacerlo. Dicho de otra manera: este primer grupo de pacientes en Alemania tenía un estado físico decente y en su mayoría sobrevivió al Covid-19.

Esto nos lleva a la principal y más sorprendente diferencia entre los pacientes alemanes y los del resto del mundo: la tasa de mortalidad. De los 14.000 casos hasta la fecha, solo hubo 31 muertes en Alemania. Al publicarse esta nota, la muy envidiable tasa de mortalidad por el Covid-19 en Alemania era de 0,002%, 4.150 veces más baja que la de Italia, de 8,3%. Es una diferencia enorme.

Según afirmaron profesionales de la salud alemanes, entre ellos un referente de las estadísticas sanitarias como el presidente del RKI, Lothar Wieler, la mañana del viernes 20 de marzo, el hecho de que el virus haya contagiado primero a los jóvenes era pura suerte para Alemania. Wieler anticipa que las tasas de contagio y mortalidad se irán a las nubes antes de que Alemania pueda controlarlas. “Estamos en el comienzo de una epidemia”, declaró ese mismo día en Berlín. “Estamos todos en una crisis de dimensiones que nunca imaginé. Necesitaremos todas las camas de terapia intensiva que podamos conseguir. Espero que los hospitales estén preparados”.

Wieler se refería al hecho de que los hospitales del país están preparados en un aspecto muy interesante y positivo. Se están vaciando hoteles para reacondicionarlos como hospitales para los pacientes menos graves de otras enfermedades, lo que libera camas en los hospitales de verdad para los pacientes del Covid-19. Alemania tendría 20.000 camas de terapia intensiva disponibles; son muchas, pero puede que no alcancen cuando el país esté en pleno pico de SARS-CoV-2.

Wieler es correspondiente y acertadamente sombrío en sus estimaciones, pero el problema para él (y Alemania) será que los jóvenes entiendan la gravedad de la situación. Al 19 de marzo, los 10.000 bares, boliches y restaurantes que se estima que tiene Berlín, ciudad fiestera por excelencia, seguían autorizados a abrir hasta las 18.

Los jóvenes y los descuidados están improvisando “coronafiestas”. Es comprensible por la historia de la ciudad: a Berlín ?como ciudad fiestera y actual capital mundial del technó le importa un comino el peligro y coquetea con el lado oscuro desde los años veinte. Pero a largo plazo, o incluso ya durante la disparada de casos de Covid-19 en las próximas semanas, las coronafiestas no les harán mucho bien a Berlín ni a su valiosa y efervescente juventud.

Autor: Guy Martin

Traducción: Santiago Farrell

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