El mundo de las inversiones vive una época de locura. Las acciones se desploman en caída libre, parecen rebotar y después salen disparadas con cada “buena” o “mala” noticia que se divulga. ¿Y los bonos? Los del Tesoro de EE.UU. se están vendiendo en los mercados secundarios con rendimientos negativos después de la inflación en dólares; o sea, el que los conserva, pierde plata.
En este momento es fundamental tener liquidez, como sugieren los expertos del mercado, los economistas y la propia realidad. El que tenga fondos de sobra hará bien en invertirlos en buenas oportunidades; el que no, debe conseguir caja para emergencias. Pero ¿cómo conservar esa liquidez sin riesgos cuando los bonos más seguros se están devaluando y las inversiones más arriesgadas tienen más chances de desplomarsé Una posibilidad es el oro.
“El oro merece que lo traten como las demás clases de activos en un cartera: los inversores deberían cuestionar cuánto comprar más que si incluirlo o no”, afirmó Allen Sukholitsky, fundador y director de estrategia macroeconómica de Xallarap Advisory, que actualmente tiene una “recomendación neutral para el metal brillante”.
Es una postura entendible. El oro avanzó mucho en los últimos años. Los precios en el mercado de commodities COMEX subieron 12,6% en 2020 y rondan los US$ 1.715 por onza troy (un poco más pesada que la onza regular) luego de tocar US$ 1.478 en marzo, según datos de S&P Capital IQ. El mercado de futuros proyecta en sus precios una suba de 3,7%.
El subibaja del oro
“Podríamos decir que entre 2016 y 2018, cuando el oro tocó fondo, quedó muy infravalorado”, declaró Leigh Goehring, codirector administrativo de Goehring and Rozencwajg Associates. “Se había vuelto impopular porque tenía mucha competencia de otros activos”.
Cuando el oro queda infravalorado, los inversores empiezan a prestarle atención. A medida que se invierte, sus valores van subiendo hasta dejarlo sobrevalorado, y así vuelve a caer.
“En realidad, el oro estaba bajando con el mercado porque los inversores priorizaron la caja, concretamente [el dólar estadounidense]”, explicó Adam Vettese, analista de marketing de eToro.com, una plataforma de trading. “Cuando las medidas de la Fed debilitaron el dólar, el oro volvió a ser la opción preferida”.
El oro tiene como ventajas su reconocimiento universal como reserva de valor y la posibilidad de funcionar como cobertura de liquidez y acumular valor si las condiciones del mercado son las correctas.
Goehring cree que acaba de comenzar un mercado alcista para el oro. Como la Reserva Federal de EE.UU. y otros bancos centrales siguen inyectando plata en los mercados, suena prematuro anticipar que la divisa se valorice con una reducción de la oferta.
Cómo invertir en oro
Para los que crean que el oro es una buena inversión, el siguiente paso es determinar cuánto invertir. “El oro es una inversión tan polarizadora que los inversores suelen dividirse en dos bandos: los que creen que debería ser su única inversión y los que no lo consideran una inversión”, afirmó Sukholitsky. “El oro debería estar en todas las carteras, pero no debería ser toda la cartera”.
En cuanto a esa proporción de la cartera, la mayoría de los analistas sugiere entre 5% y 10%, pero Goehring y su socio, Adam Rozencwajg, proponen hasta 15% o 20%, dependiendo, claro, de la cartera, los recursos, las necesidades financieras personales y el apetito por riesgos del inversor. Esta no es una decisión para tomar sin análisis o asesoramiento y menos escuchando a los vendedores.
Autor: Erik Sherman