Comprado con una canasta de monedas internacionales, el dólar cayó casi 4% durante la última semana: la mayor caída desde la crisis financiera de 2008. ¿Estamos frente a un cambio de paradigma monetarió
La semana pasada fue histórica para EE.UU: presionado por el coronavirus, el presidente Donald Trump sancionó un paquete de estímulo de US$ 2,2 billones.
El megapaquete, impulsado por ambos partidos, está diseñado para ayudar a los ciudadanos y empresas del país a aguantar la paralización de la economía por la pandemia de coronavirus COVID-19.
Las pérdidas de esta semana se deben al mayor avance semanal del índice del dólar desde la crisis financiera. La moneda de EE.UU., la más líquida del mundo, se está disparando mientras los inversores se apuran a conseguirla en pleno derrumbe de los mercados de valores y deuda.
“Hay una demanda enorme de dólares a corto plazo para cubrir posiciones cortas, pero no durará mucho”, tuiteó Caitlin Long, una veterana de Wall Street y fundadora del criptobanco Avanti. Long anticipa que los pasivos de la Reserva Federal de EE.UU. superen los US$ 10 billones y que el dólar se haya desplomado para cuando pase la crisis del coronavirus.
Además del megapaquete de ayuda económica, la Fed viene trabajando día y noche para apuntalar mercados en caída libre con resultados dispares, pese a su capacidad para causar impacto.
Algunos de los posibles riesgos del megapaquete de rescate y de la “maquinita” de la Fed son una inflación desbocada, el fin del dólar como moneda de financiamiento del mundo y la desestabilización total del sistema financiero de EE.UU.
En las últimas semanas, la Fed inyectó más de US$ 1 billón en el sistema y su presidente, Jerome Powell, prometió niveles inéditos de impresión de dinero y aplicar por tiempo indefinido la llamada “flexibilización cuantitativa” (quantitative easing) por medio de un programa ilimitado de compras de bonos.
La Fed también dejó casi nula su tasa de interés de referencia y se aseguró de que los bancos comerciales les sigan prestando plata a empresas, ciudades y estados. En total, se anticipa que estas medidas extraordinarias sumen US$ 4,5 billones a los pasivos de la Fed este año.
Durante y después de la crisis financiera global de 2008, la Fed sumó solo US$ 3,7 billones a su balance.
“Lo lindo de nuestro país es que US$ 6,2 billones ?porque son 2,2 más cuatro [juntando las medidas de la Fed y el megapaquete]? son US$ 6,2 billones, y podemos procesarlos sin problema por ser quienes somos, lo que somos”, declaró Trump después de la ceremonia de sanción del histórico megapaquete en la Casa Blanca. Trump se jactó de que el paquete era “el doble de grande” que todos los proyectos de alivio anteriores.
La ley contempla pagos directos para los individuos y empresas cuyos sustentos y negocios hayan sido afectados por la pandemia de coronavirus. Cada estadounidense que gane menos de US$ 75.000 por año recibirá un pago puntual de US$ 1.200 y US$ 500 más por hijo. “Es nuestra plata; somos nosotros, es nuestra moneda”, declaró Trump.
Los críticos de estas históricas medidas de estímulo advirtieron acerca de la posibilidad de inflación. Muchos miembros de la comunidad del bitcoin y las criptomonedas instaron a la gente a pensar en adquirir activos digitales escasos.
Por su parte, Trump afirmó que esperaba que EE.UU. se reactive al terminar de abril. Originalmente, Trump había mencionado el 12 de abril, una meta considerada imposible por muchos.
Independientemente de cuándo vuelva la normalidad a EE.UU., ese día el panorama económico será muy distinto.
Autor: Billy Bambrough