La noche del miércoles, el presidente de EE.UU., Donald Trump, por fin se tomó en serio al COVID-19. Prohibió viajar a los países de la UE por 30 días.
Esta enfermedad podrá parecerles benigna a algunos. Cerca del 95% de los que se contagien sobrevivirán y los síntomas suelen ser moderados y no meten miedo. Lo que sí asusta es lo rápido que se propaga. Y hay demasiadas cosas sobre la enfermedad que no sabemos como para consolarnos con que en EE.UU. hay menos de mil contagiados.
China pasó de 1.000 a 80.000 casos en aproximadamente seis semanas, la enrome mayoría en una provincia llamada Hubei, que fue sitiada y puesta en cuarentena.
Italia pasó de unos 20 casos hace dos semanas y media a más de 12.000. Hoy es la Hubei de Occidente.
Italia llegó unas dos semanas tarde, pero por lo menos está haciendo algo para salvar a Europa: cerró todo, literalmente. Hizo la gran China.
EE.UU. tiene dos ejemplos bastante sólidos de respuesta al COVID-19. Uno es el de China: cerrar todo, instaurar cuarentenas forzadas y aplicar un estímulo enorme.
El otro modelo es el de Corea del Sur: pruebas y tratamiento gratis para todos, con lo cual también acorralaron a la enfermedad y mantuvieron bajas las tasas de contagio. Las de mortalidad son incluso más bajas, poco menos de 1%.
Lo mejor parece ser una mezcla de los dos: aislar a los grupos de contagiados y hacer tests a lo loco.
“La táctica de China funcionó. Es una represión draconiana que sacrifica el crecimiento trimestral”, afirma Philipp Carlsson-Szlezak, economista jefe del Boston Consulting Group en Nueva York. “Todos los datos de alta frecuencia en China, que representan el movimiento de bienes y personas, registran una notable recuperación. Y la curva de la tasa de nuevos contagios en Corea del Sur dobló para abajo. Esperemos que no haya agravamientos en ningún brote”.
Desacelerar la propagación del virus, lo que incluye a posibles contagiados que vinieron de países de alto riesgo como Italia, China, Corea del Sur e Irán, les da tiempo a los funcionarios de salud. Así, no colapsan los hospitales, que es lo que está ocurriendo ahora en Italia.
Gracias a casi tres meses de aislamiento total, Hubei, la provincia en el epicentro del brote, ya tiene oficialmente menos contagiados que Italia. La cantidad de pacientes nuevos en el “punto cero” de China bajó de miles hace tres o cuatro semanas a decenas.
Con el tiempo, puede que Corea del Sur también se vea obligada a implementar una versión del modelo de aislamiento para evitar que la infección se propague porque un trabajador de call center dio positivo. El modelo de pruebas de Corea del Sur es más difícil de aplicar en China por la gigantesca población urbana de este país, razón por la cual es muy importante que esas ciudades estén inoculadas.
En los primeros 8 días del mes, en China:
Se obligó a los bancos a dar un período de gracia de aplicación inmediata para el repago de capital e intereses de préstamos pendientes de las pymes afectadas por el virus hasta el 30 de junio.
Se eliminaron los intereses punitorios.
Los bancos están creando cupos especiales para dar préstamos a empresas de Hubei y bajando los costos de financiamiento de las pymes.
El Politburó llamó a acelerar la inversión en “infraestructura nueva”, como redes 5G y centros de datos.
Beijing eximió del pago de cargas sociales a las pymes por cinco meses de forma retroactiva a partir del 1 de febrero.
Por Kenneth Rapoza