Con que cada día que pasa, aprendemos más cosas sobre el SARS-CoV-2 y lo que les hace a nuestras células y cuerpos. Parece ?por lo menos por los casos que se informañ que el SARS-CoV-2 puede provocar la formación de enormes coágulos sanguíneos en los pacientes sintomáticos y asintomáticos.
Es lo que se observó en pacientes de COVID-19 en China, Reino Unido, Italia y Estados Unidos. Los paros cardíacos, infartos y tromboembolismos pulmonares que provoca esto pueden ser fatales.
Según entendemos, los coágulos parecen formarse en los principales vasos sanguíneos y migran. Algunos son los suficientemente graves para exigir la amputación de extremidades. Un estudio publicado recientemente en el New England Journal of Medicine informa que 44 de 216 pacientes de COVID-19 presentaban anormalidades en el tiempo de coagulación según la medición del tiempo de tromboplastina parcial activado (PTTa). Se trata del 20% de los casos estudiados.
Se hicieron más estudios en 35 pacientes que habían dado positivo de PTTa. La edad de los pacientes era de 18 a 83 años; 24 eran hombres y 6, mujeres. Se realizaron exámenes de anticoagulantes lúpicos en 34 pacientes; el 91% (31 pacientes) dio positivo. Este factor es elevado en menos del 10 por ciento de los controles históricos con las mismas características.
A pesar de su nombre, el anticoagulante lúpico está asociado a trastornos que aumentan la coagulación de la sangre. Es una inmunoglobina que se ata a las proteínas y fosfolípidos de la superficie de una célula. Se cree que opera atando y acumulando plaquetas.
Una explicación posible para los niveles elevados que no ofrecen los autores del estudio es que los anticuerpos vinculados al propio SARS-CoV-2 o a células o restos de células infectadas provoquen una reacción autoinmune similar a la que se observa en los pacientes de lupus. Otros investigadores informaron hace poco resultados favorables en los pacientes tratados con anticoagulantes.
El tratamiento de los pacientes de COVID-19 mejorará a medida que los médicos ganen experiencia con toda la gama de síntomas asociados al contagio de SARS-CoV-2. El miércoles, un equipo del hospital Mount Sinai en Nueva York informó que mejoraron los resultados para pacientes hospitalizados por COVID-19 que recibieron anticoagulantes. Esta conclusión no es definitiva, pero se suma a la evidencia de la posible importancia de usar anticoagulantes para reducir la probabilidad de aparición de coágulos sanguíneos fatales en los pacientes de COVID-19.
Autor: William A. Haseltine