Hasta la fecha, Brasil tiene solo 291 casos, según la Organización Mundial de la Salud. Hace tres semanas, tenía unos 12. Es el país con más casos de América Latina, gracias a los brasileños que trajeron el virus cuando volvieron de Italia. Ahora, el virus se está propagando por la comunidad. Las cifras son bajas por ahora, pero eso puede cambiar rápidamente.
El miércoles, UBS estimó que el PIB de Brasil se expandirá solo 0,5% en 2020 debido a la pandemia. La semana pasada, había pronosticado un crecimiento de 1,3%, muy por debajo de su primera proyección, de 2,1%.
Los principales mercados de exportación del país son China, Europa y EE.UU. Brasil tiene un mercado de consumo interno sólido, pero el temor a la pandemia que empieza a sentirse y el hecho de que el crecimiento todavía sigue muy tibio tras años de recesión pueden hacer que a los inversores extranjeros no les interese el país.
“La situación está avanzando rápidamente hacia lo que habíamos señalado como el peor escenario posible en nuestra última revisión, en la que discutimos el riesgo de un crecimiento inferior a 1%”, escribieron ayer dos economistas de UBS, Fabio Ramos e Tony Volpon, en una nota para los clientes.
Desde que surgió el brote de COVID-19, las condiciones financieras se vienen deteriorando abruptamente. UBS pensaba que Brasil crecería un poquito crecimiento en el primer trimestre, pero ahora estima que retrocederá 0,1% en comparación con el cuarto trimestre y 0,4% en comparación con el primer trimestre de 2019.
La destrucción de demanda acaba de comenzar.
En el estado de San Pablo, que representa el 32% de la economía del país y donde vive el 22% de la población, cerraron la mayoría de las escuelas y universidades y buena parte de las actividades culturales, turísticas y de entretenimiento. La industria turística del país quedó básicamente en stand by.
UBS proyecta que el PIB se contraiga 4,4% el segundo trimestre respecto al período anterior. Hace unas semanas, ese pronóstico era de -1,3%.
La estimativa sigue siendo mejor que lo vivido en el segundo trimestre de 2015, después de que se desplomaron los precios del petróleo, y mucho mejor que el cuarto trimestre de 2008, cuando estaba colapsando el mercado inmobiliario de EE.UU. En aquel entonces, el PBI de Brasil cayó casi -15%.
A medida que las tasas de interés de Japón, Europa y ?lo que es más importanté EE.UU. bajan a cero, puede que el real brasileño vuelva a parecer atractivo para hacer carry trade, operación en la que los inversores de países con monedas de bajo rendimiento toman préstamos en sus países para invertir en la deuda en moneda local de países con monedas de alto rendimiento, como Brasil.
Las tasas de interés de Brasil están bajas, pero no a cero, lo que las vuelve atractivas. Esto podría ponerle un piso al real brasileño, que hoy cotiza a 5,15 por dólar.
A menos que China comience a aumentar la demanda de mineral de hierro, granos de café y azúcar de Brasil, el país no será atractivo, excepto para los inversores que apuestan a obtener mucho valor a largo plazo comprando con descuentos y esperando que el brote no lleve al dólar a 5,50 reales y haga caer 10% más al MSCI Brazil. Ese índice ya retrocedió 50% en lo que va del año, un rendimiento muy inferior al del MSCI Emerging Markets Index.
Por ahora, el mercado de valores de Brasil opera como un fondo negociado en bolsa con triple apalancamiento: un día cae 15%, al otro día sube 17%.
El banco central de Brasil comenzó a tomar medidas para mitigar el impacto del coronavirus sobre el mercado, como intervenir en la moneda, que se devaluó 21% frente al dólar en los últimos seis meses en un contexto en el que todas las monedas del mundo se desploman. También se autorizó a los bancos a renegociar préstamos.
Por Kenneth Rapoza