A las protestas en sus centros de distribución por la desprotección contra el coronavirus se sumaron las renuncias de ejecutivos de alto nivel. Crece el clima hostil en una de las compañías más importantes del mundo.
El lunes, cuando Tim Bray, ingeniero y vicepresidente de la división de computación en nube de Amazon, renunció y explicó en detalle en un blog por qué había dejado su cargo con salario alto, se sumó a un grupo de trabajadores de tecnología de Amazon que empezaron a sentirse desilusionados e incómodos por trabajar para una de las empresas más valiosas del mundo.
Pero Bray no es el único vicepresidente de Amazon molesto con sus líderes. Maren Costa, una diseñadora de experiencia del usuario a la que Amazon echó en abril poco después de que organizara un video con trabajadores de los depósitos, le contó a Forbes que más de cuarenta empleados y ejecutivos de Amazon se comunicaron con discreción con ella desde que la despidieron. “Hay ejecutivos que se comunican conmigo y me dicen: ?Te apoyo, pero no quiero divulgarlo porque me juego demasiadas cosas?”, contó Costa.
Bray, el ejecutivo de más jerarquía que se fue de Amazon, se enojó por cómo se maneja la empresa durante la pandemia. “Renuncié pasmado porque Amazon echó a los que la denunciaron porque los empleados de los depósitos estaban asustados por la enfermedad COVID-19”, escribió Bray, cuyo último día de trabajo en Amazon fue el 1 de mayo. “Esa práctica no es un efecto colateral de las fuerzas macroeconómicas ni algo intrínseco al funcionamiento del libre mercado, sino una prueba de la toxicidad que atraviesa la cultura de la empresa. Elijo no propagar ni tomarme ese veneno”.
Cuatro de los denunciantes mencionados en la publicación de Bray que fueron despedidos hace algunas semanas por denunciar fueron dos trabajadores de los depósitos, Chris Smalls y Bashir Mohammed, y dos exempleadas de tecnología, Costa y Emily Cunningham, que también era diseñadora de experiencia del usuario.
Bray es por mucho el empleado de más jerarquía de Amazon que se manifiesta en público contra su antiguo empleador durante la pandemia de coronavirus. Según el blog de Bray, al renunciar perdió más de US$ 1 millón (antes de impuestos) en acciones de Amazon que no cobró, pero “seguir siendo vicepresidente de Amazon habría implicado refrendar actos que desprecio. Por eso, renuncié”.
Empleados unidos
Los empleados de la división de tecnología están saliendo a defender a sus colegas obreros en parte porque se lo pidieron los empleados de los depósitos. “Los empleados de tecnología son ?un recurso valiosó”, afirma Costa. “[La administración de Amazon] nos considera menos prescindibles que los empleados de los depósitos porque sabe que no puede reemplazarnos fácilmente si dejamos la empresa”.
A mediados de abril, una agrupación llamada Amazon Employess for Climate Justice (AECJ) organizó una videoconferencia de una hora para que el personal de los depósitos de Amazon pudiera hablar con los empleados de la división de tecnología que estuvieran interesados en escucharlos directamente.
La invitación se envió el viernes 10 de abril por el sistema interno de correo electrónico de Amazon. “A la tarde, cuando ya había terminado el horario laboral en Nueva York, Europa e India, la habían aceptado 1.550 personas”, declaró Costa. “Amazon borró el correo, eliminó el evento de los calendarios y a las pocas horas nos echó a Emily [Cunningham] y a mí”.
Amazon escuchó las protestas y respondió implementando cambios como un aumento de salario provisorio de US$ 2 por hora hasta el 16 de mayo y nuevas medidas de seguridad en sus centros de distribución. Pero los “amazónicos”, como les dice la empresa a sus empleados, quieren más, incluyendo un aumento permanente de la remuneración por hora, más transparencia en los informes de la empresa sobre la COVID-19, días de licencia por enfermedad y más.
Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, es famoso por terminar cada carta anual a los accionistas desde 1997 con la afirmación de que la empresa “sigue en su primer día”. “Jeff Bezos se enorgullece mucho de decir que sigue en el primer día, es su mantra”, afirma Costa, que con esta ola de desafíos de sus propios empleados, opina distinto. “Todos estos son los típicos signos de una empresa en su segundo día”.
Autora: Angel Au-Yeung