Ya van dos semanas del año en el que se lanzará toda una nueva generación de consolas: la PlayStation 5 y la Xbox Series X llegarán para la primavera. Pero Microsoft sorprendió a muchos analistas al presentar la Xbox Series X durante los Game Awards en diciembre, y desde entonces brindó mucha información sobre el sistema. Lo último que expuso es su compatibilidad con sistemas anteriores y posteriores, gracias a la cual los nuevos títulos de Xbox se podrán jugar en todas las generaciones de Xbox ya vendidas.
Por su parte, Sony no reveló nada sobre la PS5, pero parece que se viene una presentación completa de la consola.
Sony ya anunció que la PS5 existe y que se llama PS5 y presentó el logo, pero todavía no mostró la consola y el controlador, como hizo Microsoft con la Series X.
Si nos retrotraemos a la generación anterior, recordaremos que en febrero de 2013 Sony organizó un evento para presentar la PS4, aunque en realidad no la mostró hasta la E3 de 2013, en el famoso duelo de presentaciones en el que reveló que costaría US$ 100 menos que la Xbox One.
Hoy la situación es distinta. Lo lógico sería que Sony organice otro evento próximamente (los ejecutivos de PlayStation ya estarían reunidos en San Francisco) y cuando lo haga, tendrá que revelar la consola para igualar lo que ofrezca la Series X. Con mostrar el logo no alcanza. Hasta ahora, todo lo que vimos de la PS5 son versiones que se filtraron del kit de desarrollo de software y soñ raras, en el mejor de los casos, pero probablemente el producto final se vea mucho mejor.
Al principio parecía que las dos consolas nuevas serían poderosísimas pero que la Series X podría serlo un poquito más que la PS5. Ahora Sony puede aprovechar para refutar eso o, si puede, explicar que aunque tenga un poco menos de potencia, lo que tiene de distinto la PS5 podría volverla mejor que la Series X. Y como Microsoft tocó el tema, el público querrá saber si se podrán jugar los títulos exclusivos de PS5 en la PS4 y la PS4 Pro.
Lo que probablemente no trascienda en un evento es el precio de la PS5. Es uno de los pocos detalles que tampoco aclaró Microsoft, y sería lógico que Sony esperara, ya que todavía faltan unos 9 o 10 meses para un posible lanzamiento. Quizás veamos otra guerra de precios en la E3 de 2020, siempre y cuando Sony asista al evento. A juzgar por algunas especificaciones de la Series X, hay quienes especulan que la consola podría lanzarse a US$ 600, aunque por cómo fracasó la PS3 a ese
precio, sostengo que es poco probable. Más bien me parece que van a estar las dos entre US$ 400 y US$ 500. Sony le pondría menos tecnología a la PS5 para poder mantenerla a US$ 400, mientras que a Microsoft no le quedaría a otra que vender la Series X a US$ 500 para no perder demasiada plata por unidad. Sin embargo, esta vez la diferencia de precio no dependerá de una tontería periférica como Kinect, sino de una diferencia de potencia. Eso podría terminar marcando la diferencia.
Sería raro llegar a marzo sin ver la PS5 ni tener muchos más datos sobre ella, menos el precio. Sony viene dominando esta generación de consolas y podría seguir arriba si juega bien sus cartas. Pero Microsoft parece haber aprendido mucho de su segundo puesto en los últimos siete años, así que habrá que ver cómo son los productos finales cuando los lancen.