Préstamos, créditos, cuotas, reactivación y elecciones
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Después de un año en que el crédito al sector privado registró una fuerte retracción en términos de PBI, el Gobierno busca darle un nuevo impulso a través de los bancos públicos con el lanzamiento de los préstamos hipotecarios a 30 años ajustados por UVA.
Cuál es el impacto de las líneas del Banco Nación, Provincia y Ciudad y cómo evoluciona el financiamiento al sector productivo, herramienta clave para la recuperación en pleno año electoral.
En un esfuerzo redoblado por lograr una medida de impacto económico altamente perceptible para la clase media, los tres principales bancos públicos ?el Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad?, lanzaron nuevas líneas de crédito para la vivienda, en pesos, ajustable por UVA, a 30 años.
1. El plazo es clave ya que permite que las cuotas sean muy bajas y arranquen en los $ 4.600 por cada $ 1 millón de préstamo. Pero el plazo de 30 años está disponible para quienes hoy tengan hasta 35 años, ya que la deuda debe estar saldada a los 65. A partir de esa edad, se achica el plazo o aumenta el costo del crédito por el valor del seguro.
2. El otro componente fundamental para lograr una cuota accesible es la tasa baja, que va del 3,5% al 7,5% según el banco y el crédito. El bajo nivel de tasa está asociado a que las cuotas no son fijas, sino que ajustan de acuerdo a la variación de la unidad de medida UVA que hace que tanto el monto de la cuota como del capital adeudado se indexe por inflación. Hay un límite al ajuste: si el índice de precios supera en 10 puntos al índice de variación salarial, se agregan cuotas y se extiende el plazo del crédito.
3. Tanto en Nación como Provincia, hay un monto máximo de la propiedad (US$ 200.000), del que financian hasta el 80% o 75% respectivamente. Además, para el Nación y el Ciudad, el destino de la propiedad debe ser vivienda única y permanente. No necesariamente la primera.
4. Pero lo que termina determinando en gran medida el monto del crédito es el nivel de ingresos. La cuota no puede exceder el 25% de los ingresos mensuales: por cada millón de pesos, el ingreso mínimo es $ 20.000.
5. Todo esto puede repercutir rápidamente en el precio de las propiedades, particularmente de las más chicas dado el monto máximo de los créditos que se ofrecen. Esto aumentaría la brecha entre el nivel de salario y el valor de los inmuebles.
En el sector, se muestran optimistas por el impacto que tendrá el crédito hipotecario. “Como herramienta para la activación del mercado inmobiliario, es muy positiva. Si bien es muy complicado impulsarlos en una economía tan fluctuante, es importante para generar movimiento del mercado”, destaca Felix Brie, director de Diaz Mayer & Brie Propiedades.
Para Alejandro Mazzei, director de Mazzei Propiedades, “la clave estará en poder mantener una inflación de un dígito que permita que la tasa no tenga gran variabilidad”.
Sobre el crecimiento de la demanda de unidades de menos de US$ 200.000, en el sector confían que, si bien puede generarse una burbuja de las usadas, no debería preocupar.
“Creemos que deben estar orientados, dadas las características de que son créditos blandos, en principio a la eliminación del stock de viviendas ya existentes. Esto permite nuevas inversiones y privilegia la construcción de nuevas viviendas para la clase media satisfaciendo la demanda del mercado”, explica Esteban Villar, de The Core Group.
Tras fuertes caídas en los primeros meses del año pasado, tanto en términos reales como nominales, el financiamiento al sector privado comenzó a reaccionar con un repunte hacia la última mitad del año, por lo que entre fin de julio y el cierre de diciembre, acumuló un incremento real de 10,3%.
Los préstamos en moneda nacional fueron los conductores de la mejora, debido a que registraron un crecimiento de 3,4% real en el período. En esta mejora, tuvo algún impacto el debut del nuevo régimen de indexación para créditos hipotecarios, que acumularon entre enero de 2016 y 2017 un incremento cercano al 12%.
Y en febrero ?último dato disponiblé se otorgaron más de $ 700 millones en préstamos nominados en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA). Así, desde su lanzamiento en abril de 2016 se desembolsaron $ 3.400 millones, de acuerdo a los datos del BCRA.
Las financiaciones con tarjetas registraron un alza interanual en torno a 27% comparado con enero de 2016. Sin embargo, en febrero se confirmó lo que las entidades bancarias estimaban: que el plan oficial “Precios Transparentes” haría caer las ventas con plásticos.
Desde su implementación el 1° de febrero y mediados de marzo, cuando se corrigió el plan, la ventas con tarjetas de crédito y débito cayeron en febrero 30% frente a enero, con un 28,3% menos de transacciones y una reducción de 2,36% en el valor del ticket promedio.
El Gobierno modificó el plan y rehabilitó la promoción de las “cuotas sin interés”, siempre y cuando el monto total de cuotas acumulado sea equivalente al precio de contado. De lo contrario, obliga a explicitar la diferencia de precios pero no tanto el costo financiero total. Esto se suma a la prórroga hasta fin de año del Ahora 12 y Ahora 18, planes que tienen un costo financiero de 28% y 30% al que adhieren más de 180.000 comercios.
El crédito dirigido al consumo de los hogares vía préstamos personales tuvo un incremento del 39% anual en 2016. En febrero, el stock de créditos, según el BCRA, se incrementó $ 8640 millones, acelerando su ritmo de crecimiento interanual, que pasó de rondar el 39% en enero a 42% en el último mes. Los préstamos personales se destinaron a fines diversos, como autos, electrodomésticos y refacciones, según detallan los bancos.
Mientras en América latina la deuda de las empresas como porcentaje del PBI promedia el 40%, en la Argentina no alcanza el 20%. En 2016, el saldo de crédito total a empresas cayó 8,7% en términos reales, aunque en la segunda mitad del año, particularmente en el último trimestre, se observó una mejora en su evolución real.
El dato coincide con las modificaciones que impuso a fines de 2016 el BCRA en la Línea de Financiamiento para la Producción y la Inclusión Financiera por la que se redujo la tasa máxima del 22% al 17% (o UVA más un punto porcentual), amplió la cantidad de fondos a ser prestados, acortó el plazo mínimo de 36 a 12 meses y habilitó que el cupo sea utilizado para descuento de cheques. Así, se estima que en el primer semestre de este año se destine el 18% de los depósitos por un total de $ 183.000 millones.