Frederic Moll es considerado el padre de la cirugía robótica. No solo fue un adelantado en el campo del cuidado de la salud, sino también en su modo de manejarse en su vida profesional. Se recibió primero como médico cirujano y luego obtuvo un máster en Negocios en la Universidad de Stanford. Esa capacidad anfibia le permitió fundar empresas y desarrollar nuevas tecnologías cuando “innovación” no era una palabra popular. Este año vendió una de sus empresas por US$ 3.000 millones a Johnson & Johnson y pasó a ser el director de Desarrollo del Grupo de Cirugía Digital de la empresa multinacional. En el camino, no se olvidó del dolor de los pacientes.
El doctor Moll, que nació en Estados Unidos en 1952, ahora va por más. Impulsa la cirugía digital o cirugía 4.0, que incluye la posibilidad de diagnosticar e intervenir de manera mínimamente invasiva en enfermedades desafiantes como el cáncer de pulmón, que se lleva la vida de 1,76 millón de personas por año a nivel mundial. Todo será en tiempo real y reduciría los errores médicos.
¿Cómo llegó la medicina a su vida?
Mis padres eran médicos pediatras. Mi madre fue la primera mujer que se graduó en Medicina en la Universidad de Yale, Estados Unidos. En la adolescencia, pasé momentos muy duros cuando mi madre desapareció durante un accidente náutico, y luego mi padre falleció de un infarto. Entonces, me refugié en el estudio de la medicina, el cual cursé en la Universidad de Washington. Elegí la cirugía porque es una especialidad que me permitía producir un impacto directo sobre la vida de los pacientes.
¿Cuál fue el camino que lo convirtió en el “padre de la cirugía robótica”?
Fui entrenado en una época en que la cirugía mínimamente invasiva estaba empezando. Durante mi residencia en Cirugía en Virginia Mason Medical Center a principios de los años ochenta, me afectaba observar el tamaño del corte y la lesión que se generaba en el cuerpo de los pacientes como consecuencia de las técnicas quirúrgicas que se usaban en ese momento. Terminé la residencia y comencé a trabajar en el desarrollo de una herramienta laparoscópica que posibilitaba que los cirujanos hicieran una incisión en la pared abdominal sin romper órganos. Al mismo tiempo, la Agencia de Programas de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos, conocida por sus iniciales como DARPA, venía patrocinando estudios para que los cirujanos militares pudieran operar a la distancia a los soldados heridos en el campo de batalla. De esta manera, la cirugía de telepresencia fue incubada en el Stanford Research Institute (que hoy se llama SRI International) y convergió con la cirugía mínimamente invasiva laparoscópica. En 1995, fundamos la empresa Intuitive Surgical, con Rob Younge y John Freund, y conseguimos la licencia de la cirugía de telepresencia y otras tecnologías de IBM y del MIT. Desarrollamos diferentes prototipos como parte del proceso que llevó al sistema robótico Da Vinci. El primer ensayo con el robot cirujano se hizo en Bélgica en 1997, y tres años después fue aprobado por la agencia sanitaria de los Estados Unidos para cirugía general. Luego se fueron sumando las autorizaciones para cirugías específicas de tórax, próstata, y en procedimientos cardiovasculares, entre otros.
¿Cuáles fueron los beneftcios del sistema Da Vinci?
La tecnología robótica hizo que los cirujanos aumentaran su capacidad para operar con precisión y destreza, y menos temblores. Los cirujanos pueden operar sentados cómodamente en una consola y manipular los comandos del robot, y hasta obtienen una visión tridimensional del interior del paciente. Hasta el año 2017, se habían realizado más de 800.000 procedimientos en el mundo con el sistema Da Vinci.
¿Por qué trabaja ahora en el desarrollo de la cirugía digital?
Es la próxima generación de la cirugía. Incluye a los robots, por supuesto, pero también la posibilidad de recolectar información sobre el paciente y mejorar la toma de decisiones para hacer mejores prácticas en tiempo real. El desarrollo de la cirugía digital hará a los robots aún más inteligentes: participarán más en los procedimientos, caracterizando tejidos o sugiriendo diferentes técnicas en base a datos compilados. La cirugía digital conectará sistemas inteligentes, herramientas y grandes cantidades de datos para ofrecer mejores resultados clínicos, independientemente de la intervención.
¿Los cirujanos humanos ven en los robots enemigos que los van a reemplazar?
No veo esa tendencia. Noto un gran entusiasmo por el futuro de la cirugía digital. Nunca la tecnología va a reemplazar a los seres humanos. Solo tendrá más participación. Mi mensaje para otros cirujanos hoy es que estamos en el inicio de una innovación médica, y que también se puede aprovechar más la oportunidad de hacer procedimientos por agujeros naturales del cuerpo.
¿Los costos de la cirugía digital son altos?
La cirugía digital está aún en desarrollo, pero en el futuro sus costos irán bajando, como ocurrió con muchas tecnologías electrónicas.
¿Cómo fue su experiencia en el mundo de los negocios, proviniendo de la mediciná
No era común que un médico fundara su empresa. Cuando creé mi primera empresa, comencé a estudiar Administración en la Universidad de Stanford. Fue un aprendizaje más situacional, muy diferente del de la carrera de Medicina. Allí se conocen un montón de personas con las que hacés contacto para el resto de tu vida. El recorrido fue intenso. En 2002, fundé Hansen Medical, una compañía dedicada a la tecnología de catéteres para cirugías robóticas, y en 2012 fui cofundador de Auris Surgical Robotics (ahora, Auris Health), donde desarrollamos la tecnología de cirugía digital. También fui cofundador de Origin Medisystems, que fue adquirida por Eli Lilly & Co. y Endotherapeutics Corp.
¿Cuál fue la importancia de Auris?
Con Auris creamos la plataforma tecnológica de cirugía digital Monarch, con la cual se mejorarán las técnicas mínimamente invasivas, y se integrarán robots, microinstrumentos, diseño endoscópico, sensores y ciencia de datos, en el marco de una medicina centrada en el paciente. En abril pasado, la empresa fue adquirida por Ethicon, que forma parte del grupo de Johnson & Johnson, y yo pasé a ser director de Desarrollo del Grupo de Cirugía Digital de Johnson & Johnson. La tecnología de Auris se complementa además con las tecnologías en cirugía general de Verb Surgical, una compañía creada por Johnson & Johnson Medical Devices en colaboración con Google, con el fin de llevar los beneficios de la digitalización al campo de la cirugía.
¿Qué problemas se pueden resolver con la plataforma de cirugía digital?
Intentamos dar respuestas a problemas que aún no se resuelven totalmente con los tratamientos disponibles. Hoy la plataforma puede ser útil para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de pulmón. En números absolutos, más pacientes mueren hoy por cáncer de pulmón que por otro tipo de cáncer. Uno de los desafíos del cáncer de pulmón es que generalmente los síntomas recién aparecen en el estadio avanzado por lo que se lo diagnostica tardíamente. Por eso, los tratamientos actuales son menos efectivos. Con Monarch apuntamos a ayudar a los médicos a detectar más tempranamente los nódulos pequeños en los pacientes.
¿Qué diferencia hay entre la tecnología actual y la del futuro?
Hoy, a nivel mundial, se hacen más de 830.000 broncoscopias para visualizar laringe, tráquea y bronquios de mayor tamaño, y recoger muestras de secreciones respiratorias, tejido bronquial o pulmonar y ganglios del mediastino. Una manera de hacer estos procedimientos es a través de la biopsia pulmonar por punción o la biopsia endoscópica. Con la plataforma de la cirugía 4.0, los procedimientos de broncoscopias podrían llegar a localizar nódulos periféricos que hoy no son detectados. Este diagnóstico temprano daría más chances de control del cáncer. Un estudio multicéntrico que aún estamos llevando a cabo ya arrojó un resultado positivo. Tras el uso del sistema robótico en 24 pacientes, se encontraron lesiones pulmonares en el 92% de los casos, que a su vez fueron confirmadas por ecografía endobronquial, sin efectos adversos. La idea es que en el futuro la plataforma también sirva para operar esas lesiones.
¿En qué otras enfermedades se puede aplicar la cirugía digital?
Por ejemplo, en los cálculos renales, cuya incidencia fue en aumento. Las técnicas más habituales tratan los cálculos, pero el paciente vuelve a tener el problema. Por eso estamos trabajando con la plataforma de cirugía digital, que podría llegar a tratar al 90% de los pacientes con cálculos renales con tan solo una intervención. También estamos investigando el uso de la cirugía digital para patologías gastrointestinales. En la actualidad, se practica la disección sub-mucosa endoscópica que permite la extirpación de tumores, pero todavía tiene sus dificultades. Con Monarch, esperamos mejorar la velocidad y la seguridad de las técnicas avanzadas para la extracción de pólipos y de tumores de colon.