El señor de las golosinas
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Cecilia Valleboni Forbes Staff
La historia de Arcor, el grupo argentino con mayor cantidad de mercados abiertos en el mundo, se remonta a 1924. Cómo es el camino de las golosinas hacia al mundo lácteo.
El joven inmigrante Amos Pagani, abuelo del hoy número uno de la compañía, Luis, se radicó en Arroyito (en la provincia de Córdoba) e instaló una panadería. Era el oficio que había aprendido en su Italia natal.
Cuatro años después, nació Fulvio Salvador, el segundo de cinco hermanos, que fue quien propuso la construcción de una planta de producción de caramelos en 1951. Su idea era generar volumen de producción para reducir los costos e incrementar la competitividad.
Junto a algunos de sus hermanos y otros emprendedores, instalaron la fábrica y comenzaron la producción hace 65 años. Hoy es el principal productor global de caramelos duros y la empresa más grande de alimentos del país.
Tras el fallecimiento de su padre, Fulvio Pagani, a fines de 1990, el mayor de sus hijos llegó a la presidencia de la compañía tres años después. Nacido en Córdoba, egresó del Colegio La Salle, es contador público por la Universidad Nacional de Córdoba y se especializó en Marketing en la New York University.
Ingresó a la empresa familiar en 1986, como director comercial. Entre los distintos reconocimientos que obtuvo el empresario, fue el primer latinoamericano en ingresar al “Candy Hall of Fame”, la más alta distinción que otorga la National Confectionery Sales Association de Estados Unidos, y recibió el Premio Konex de Platino. El prestigioso empresario cultiva el bajo perfil.
En los 60, comenzó la apertura de nuevos mercados. En 1964, concretó las primeras exportaciones y empezó a participar en ferias internacionales. Hoy, Arcor es la firma de capitales argentinos que más mercados abrió en el mundo: llega a 120 países en los cinco continentes.
Tiene 40 plantas industriales en América Latina y oficinas comerciales en la región, Estados Unidos, Canadá y España. En muchos casos, para instalarse, la firma adquirió compañías e incorporó sus plantas. Uno de los grandes pasos lo dio en Brasil.
En 2013, invirtió más de US$ 100 millones para fabricar y posicionar allá una de sus marcas más famosas, Bon o Bon. Uno de los mercados al que quiere llegar con más fuerza es China. Y Pagani ya adelantó que, en los próximos diez años, debe tener un establecimiento industrial en Oriente.
Arcor opera tres negocios: consumo masivo, packaging y el agroindustrial. En este último, inauguró una planta nueva de fructosa en Arroyito, con una inversión de US$ 70 millones, para abastecer al mercado en general.
En Argentina, tiene 155 distribuidores, que abastecen 250.000 puntos de venta semanales. En consumo masivo, una de las principales tendencias es ir hacia alimentos saludables: en 2016, lanzó Natural Break.
En 2005, concretó la asociación estratégica con la francesa Danone y se constituyó Bagley Latinoamérica para los negocios de galletas, alfajores y cereales. El mismo año, adquirió Benvenuto S.A.C.I. por US$ 40 millones y se quedó con marcas como Salsati, La Campagnola, BC y Poncho Negro.
En 2015, adquirió el 25% de las acciones de Mastellone, con una inversión de US$ 50 millones. En abril de 2017, aumentó su participación con la compra de acciones, en sociedad con Bagley, por US$ 13,7 millones. Alcanzó el 38,39% del capital de la láctea. Para 2020, espera tener concluida la compra del 100% de la compañía dueña de La Serenísima.
En abril último, confirmó la compra de la fabricante de envases Zucamor por US$ 230 millones. Así pisa más fuerte en un negocio en el que ya está presente con la firma Cartocor.