El mercado no esperaba que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal recortara las tasas de interés, y no lo hizo. El rango de referencia de los fondos federales de Estados Unidos —las tasas de interés que los bancos se cobran entre sí por préstamos a un día— se mantiene entre 4,25 % y 4,50 %.
Hasta diciembre de 2024, la creencia generalizada era que, después de un período de inflación en alza y otro de tasas de interés elevadas para contener los aumentos de precios, el país se acercaba a un aterrizaje suave: la inflación norteamericana volvería a la normalidad sin que la economía entrara en recesión.
Se suponía que las tasas de interés bajarían a medida que la Reserva Federal confirmara que su doble mandato —mantener precios estables y el máximo empleo sostenible— estaba bajo control. Sin embargo, el discurso del presidente de la Fed, Jerome Powell, y la sesión de preguntas y respuestas tras la reunión del FOMC dejaron en claro que ese escenario no está garantizado.
La decisión de la Reserva Federal
El comunicado del FOMC indicó que, a partir de abril, la Fed "desacelerará el ritmo de disminución de sus tenencias de valores, reduciendo el límite de reembolso mensual de los títulos del Tesoro de US$ 25.000 millones a US$ 5.000 millones".
Si bien el banco central no bajó las tasas de interés, sí redujo el ritmo del ajuste cuantitativo, es decir, el proceso de mantener bonos del Tesoro y bonos con respaldo hipotecario hasta su vencimiento. En teoría, esto encarece el crédito al restringir la oferta monetaria en lugar de comprar activos. Esta medida funciona como un alivio parcial en el costo del financiamiento y sugiere que la Fed prevé una posible desaceleración económica.
El Resumen de Proyecciones Económicas, que reúne las estimaciones de los funcionarios de la Fed sobre el futuro inmediato, mostró una expectativa de crecimiento del PBI real del 1,7 % en 2024. En la reunión de diciembre, la proyección para 2025 fue del 2,1 %. Para 2026, la estimación cayó de 2,0 % a 1,8 %, y para 2027 bajó de 1,9 % a 1,8 %.
También se ajustaron otras previsiones: el desempleo se proyecta en 4,4 % para este año, por encima del 4,3 % estimado en diciembre. En cuanto a la inflación del Gasto de Consumo Personal (GCP), la medida preferida por la Fed, se espera un 2,7 % en 2024, superior al 2,5 % anterior y aún lejos del objetivo del 2,0 %. Las expectativas de inflación subyacente para 2025, que excluyen alimentos y energía, subieron del 2,5 % al 2,8 %.
Expectativas económicas más bajas
Las expectativas juegan un papel clave en la economía y la inflación. Cuando personas y empresas anticipan que los precios seguirán subiendo, toman decisiones que terminan impulsando aún más la inflación.
Según Powell, la actividad económica "continuó expandiéndose a un ritmo sólido en el cuarto trimestre del año pasado, con un aumento del PBI del 2,3 %", aunque reconoció que "indicadores recientes muestran una moderación del gasto de consumo tras el rápido crecimiento del segundo semestre de 2024". También señaló que "las encuestas reflejan una mayor incertidumbre sobre las perspectivas económicas".
Ese punto es clave, ya que el 69% del PBI depende del gasto de consumo. Si bien el 10% de los hogares con mayores ingresos representa casi la mitad del gasto, los datos publicados a fines del mes pasado muestran signos de desaceleración.
El aumento sostenido de los precios complica el panorama. Powell mencionó repetidamente el concepto de "inflación arancelaria" en su conferencia de prensa, lo que sugiere que la Fed considera que las políticas comerciales de la actual administración podrían dificultar la toma de decisiones económicas.
El impacto en Argentina
La decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas en el rango de 4,25 %-4,50 % afecta negativamente a los bonos argentinos, según explicó Pedro Moreyra, director de Guardian Capital.
"En principio impacta de manera negativa y esto se debe a que los bonos de la FED son activos considerados risk free", señaló Moreyra. Al ofrecer un rendimiento atractivo sin riesgo, estos instrumentos restan competitividad a los bonos soberanos de países emergentes, incluyendo los de Argentina.
Moreyra destacó que la política de la Fed mantiene un incentivo fuerte para que los inversores globales mantengan su dinero en bonos del Tesoro estadounidense en lugar de buscar alternativas en mercados con mayor riesgo. "El inversor global entonces preferiría seguir colocando su dinero en bonos del Tesoro US antes que salir a buscar rendimientos en bonos como los nuestros", explicó.
Esta coyuntura refuerza la tendencia de los mercados a priorizar activos considerados seguros en contextos de incertidumbre, dificultando el acceso al financiamiento para economías como la argentina.
*Con información de Forbes US.