El fundador de la fintech argentina Ualá, Pierpaolo Barbieri, se prepara para un gran año. A dos meses de cerrar una nueva ronda de inversión con la que levantó US$ 300 millones y valuó a su compañía en US$ 2.700 millones, el emprendedor veranea en José Ignacio. A 20 minutos de allí, en Las Garzas (Rocha), un grupo de 70 ejecutivos y empresarios se reunió para escucharlo en una Forbes Talk powered by Consultatio. El emprendedor e historiador económico formado en Harvard mantuvo una exclusiva charla con Álex Milberg, publisher de Forbes Argentina, Ecuador, Paraguay y Uruguay. Lo que sigue son algunos extractos de la entrevista, que abordó desde tensiones geopolíticas y perspectivas de inversión hasta reflexiones sobre cómo conducir una compañía revolucionaria y sobreponerse a tiempos turbulentos.

¿Cómo ves el impacto que puede llegar esta carrera por la superinteligencia artificial entre dos grandes potencias como China y Estados Unidos?

Creo que estamos viviendo una segunda guerra fría y la tecnología es parte de eso. La elección de Donald Trump marca una profundización del quiebre que ocurrió en 2016. Decían que al entrar China al mundo del capitalismo global iban a lograr tres cosas: que China fuera menos beligerante, más democrática o más abierta y que se iba a beneficiar el mundo de una fuerza laboral muy grande, muy barata. Lo tercero ocurrió, lo primero y lo segundo no. Trump termina con eso en 2016. Hoy, viendo la administración de (Joe) Biden y la segunda administración de Trump, se ve claramente que el quiebre no fue un accidente.

Una de las cosas más obvias de los próximos 20 años es que la guerra fría entre Estados Unidos y China va a continuar. Aunque Trump hable de un gran acuerdo con su amigo Xi Jinping, cada vez hay más división y más segregación de mercados. Va a haber países alineados con China y países alineados por Estados Unidos . Va a haber zonas de producción tanto en lo físico y en los servicios como en lo tecnológico que están completamente divididas. Es obvio hacia dónde va México, hacia dónde va Brasil, así que la pregunta es hacia dónde van países como Argentina, como Uruguay y también hacia dónde va Europa, porque hay corrientes muy divergentes.

Pareciera que para Trump "aranceles" es la mejor palabra del diccionario y ya amenazó a China, México, Canadá y a cualquiera que se aparezca en el camino. ¿Es solo discurso o realmente creés que nuevos aranceles de una economía más proteccionista son el camino para su segunda presidencia?

A Trump hay que tomarlo en serio, pero no literalmente. Si uno ve sus discursos desde los 80, hasta ahora, la idea de que Estados Unidos es una nación de la que otros toman ventaja siempre en su pensamiento está como primero. El libro "The art of the deal", aunque no lo haya escrito él solo, refleja su pensamiento: todo es una negociación. Cada posición puede ser extrema porque es parte de una negociación para llegar a un tipo de acuerdo. Sus hijos, su esposa, su negocio, su real estate, su política. 

Él le puso aranceles a China en su primera administración...

Sí, pero Biden lo dejó. Entonces esto habla del quiebre que mencionaba de 2016. La tesis esta de que si le dábamos la bienvenida a China al mundo occidental iba a haber más democracia, iba a haber menos beligerancia e iba a haber un mundo más abierto no pasó. Hoy el Partido Comunista Chino sigue diciendo que Taiwán es suyo y que todos tienen que ser parte de su esfera comercial. China quiere ser uno de los líderes del mundo. La tesis de la democratización China no prosperó. Los demócratas han sido tan hawkish (de línea dura) con China como Trump. En muchas cosas Biden fue más duro. 

¿Qué impacto concreto crees que puede haber en todo este punto de encuentro entre Trump y Milei?, ¿En qué crees que se puede beneficiar la región o los países que están más cerca de Estados Unidos?

Yo creo que si miramos la región, Trump llega al poder en un momento muy interesante. Para Argentina es muy positivo, porque además Milei se jugó por Trump incluso cuando era más probable que fuera a la cárcel a que fuera un nuevo presidente. Es natural esa alianza. Creo que hay que soñar con el libre comercio, pero no es solo con Argentina. El peor error de los últimos 50 años en la política de América Latina fue decirle que no a el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas). 

Si hace un año me decían que íbamos a tener en Argentina el único país del G 20 con un superávit comercial y además con un superávit fiscal, hubiera preguntado qué tomaron, pero hoy lo tenemos y creo que hay que mantenerlo. La posibilidad de aunque sea una cercanía comercial con los Estados Unidos para economías tan cerradas como América Latina es increíble. ¿A los brasileros les va a gustar? Obviamente que no, pero creo que la oportunidad para un Uruguay o para una Argentina está mucho más en abrir un mercado como Estados Unidos que en seguir con un Mercosur donde ninguna promesa se ha concretado. Si Trump se anima a hacerlo, creo que con una alianza política es posible, porque incluso un proteccionista necesita aliados y creo que es natural esa unión.

¿Cómo surge Ualá? 

En América Latina tenemos sistemas financieros extremadamente cerrados donde hay muy pocos bancos que manejan muy poca gente. Eso es radicalmente distinto en Europa y en Estados Unidos, donde viví 13 años. En América Latina nadie tiene incentivos a hacer banca para muchos, porque los ricos tienen increíbles servicios financieros y al 50%, 60%, 70% de la población la dejamos afuera. Ellos no tienen manera de protegerse contra la inflación, de ahorrar o de invertir. En Argentina, cuando lanzamos Ualá en 2017, más del 60% nunca había tenido una tarjeta. Hoy hay un 82% que nunca tuvo una tarjeta de crédito. Entonces, la diferencia entre los servicios que tiene el 5% de la población y el resto es abismal. La tecnología nos permite cambiar radicalmente ese escenario porque bajamos el costo de dar servicios  financieros un 93%. Esa es la diferencia entre una cadena de cines y Netflix. 

Los que manejan los grandes bancos saben que no pueden competir, pero también saben que para lograrlo tienen que digitalizar todo el negocio. Eso es muy difícil porque todas las organizaciones están en contra. Tenemos el clásico dilema de la innovación. Los CEOs y los miembros del directorio saben lo que hay que hacer, pero nadie en la organización quiere hacerlo. David Vélez, que es el fundador de Nubank —que es el banco digital más exitoso del mundo— dice que esta es una batalla entre los challengers como nosotros, que nacemos desde cero, y los incumbentes que tienen que reinventarse.

¿Cómo conseguiste la plata para lanzar? 

Con inversores que conocí en Estados Unidos. Al principio invertimos mi mentor Niall Ferguson y yo. Después levantamos capital de grandes fondos. Hoy tengo un directorio increíble. Tengo a la gente de fintech de Tencent, que fue la que más me apoyó cuando fui a buscar un banco mexicano. Están también representantes de Softbank, que es un gran inversor japonés y a la gente de Soros que entiende de crédito mucho...

¿Cuál es el choque que se puede dar entre socios con culturas tan distintas?

Unos dicen salimos al IPO mañana, otros que quieren construir valor a largo plazo. Unos dicen: quiero que salgas a conquistar América Latina, ¿por qué todavía no lanzaste en Perú, Chile, Uruguay? Otros dicen: yo quiero la plata afuera, sacamos el IPO así podemos vender todos, miren cómo están los activos tecnológicos. Por suerte, yo tengo inversores que me han dado potestad de poder decidir mi destino, la verdad que todas las decisiones las tomamos por consenso, nunca hemos tenido un problema de inversionistas y yo sigo siendo el accionista más grande de la empresa. Eso ayuda.

¿Cuál fue el momento más difícil?

Fue después de la exuberancia loca en el mercado de 2021. Nosotros levantamos dinero a US$ 2.000 millones de valuación liderado por Tencent y SoftBank. En ese contexto el precio de todos los activos tecnológicos estaba alto porque las tasas eran cero globalmente, entonces la tasa de descuento era infinita. Después se subieron las tasas en Estados Unidos por el miedo de la Reserva Federal (FED) a la inflación y hubo una corrección de mercado bastante profunda en todas las tecnológicas. Facebook bajó 40%, Netflix casi 50%. La tasa de descuento se cambió cuando para la FED la plata no valía cero, sino que valía 5%. Se atrajo mucho el esquema de inversión de todos los fondos, de todos los inversores del mercado y eso repercutió a todas las empresas, a nosotros también. 

A fines de 2022, pegó el hangover (resaca) de toda aquella fiesta y fue el momento más difícil. Habíamos comprado tres empresas y tuvimos que eficientizar las operaciones, lo que llevó a hacer cosas muy difíciles, buscar los roles duplicados y eliminarlos. Mi apuesta es poder hacer cosas que el resto no puede. Por ejemplo todas las cuentas de Ualá rinden la tasa libre de riesgo, o sea que la cuenta rinde lo que el Banco Central pone de tasa de referencia. Ningún otro banco de ninguno de nuestros mercados hace eso.

¿Cuándo llegará Ualá a Uruguay?

Me encantaría hacerlo, pero en el gran hangover de 2022 me di cuenta de la importancia del foco. Primero dije: vamos a llegar a Argentina rentable: check; vamos a escalar el banco en México: casi check y después vamos a ir a más países. Te quita foco hacer más países al mismo tiempo de lo que podés tomar, porque además no es escalable linealmente.

Como inversor y por fuera de Ualá, ¿qué te interesa?, ¿en qué invertís?

Estadísticamente es imposible que Argentina repita la performance de los últimos dos años, porque ha sido el mejor mercado global en equities, por dos años seguidos. Yo soy muy optimista del sector energético argentino, soy muy optimista de la valoración de los activos, pero ya es estadísticamente imposible que logre por tercer año consecutivo el mayor retorno en dólares del mundo. Sí creo que el mercado subestima a la FED, en el sentido de que la FED quiere tasas más bajas. Creo que el mercado piensa que las tasas se van a quedar más altas de lo que van a terminar estando en un año, entonces apuesto por mercados emergentes. Obviamente, mi posición más grande es en Argentina porque creo que la FED va a terminar cortando la tasa tres o cuatro veces y no una. 

¿Cuál es tu gran objetivo para 2025?

Seguir haciendo crecer Ualá. Es el sueño de mi vida y estoy muy feliz haciéndolo. Mi gran obsesión es operar mejor que mis competidores y seguir creciendo, porque creo que además de ser un gran negocio tiene una misión social que es innegable. El 65% de nuestros clientes nunca antes había tenido una cuenta bancaria ni protección contra la inflación. En Argentina hemos subido dos millones y medio de personas que antes no tenían un producto de inversión. Las oportunidades que da la IA en fintech son increíbles y esta semana vamos a anunciar algo de eso. 

¿El IPO cuándo va a ser? 

Sin comentarios (risas). Este año no va a haber IPO. La verdad es que somos muy rentables en Argentina, estamos muy contentos con eso. Yo dije cuando lanzamos que íbamos a tardar. Esta idea de poder hacer las cuentas gratis y poder devolverle al usuario esa tasa que los bancos se quedaban, hace que tarde más tiempo. A mí me cargaban en el sistema bancario argentino porque cuando lanzamos di una entrevista en donde dije que íbamos a tardar entre 6 y 8 años en hacernos rentables. Decían, ¿quién le va a dar plata a este loco para que esté 7 años antes de ser rentables? Hoy ya somos muy rentables en Argentina. Tenemos la tasa de rentabilidad más alta de cualquier banco en Argentina y este año voy a tener más cuentas que cualquiera. Tenemos dos millones de clientes en México, un millón en Colombia. Además, tenemos el capital y las licencias para realmente ir a pelearle a Nubank en tamaño. Ese es el deseo; sin ambición no hay nada.