Hasta ahora, el panorama de cortes de luz en el AMBA no es tan grave como se preveía. Sin embargo, hay una zona del país donde esos pronósticos son incluso peores de lo imaginado y en lo que va del 2025 ya hubo apagones en más del 70% de los días.
"Tuvimos más perturbaciones que días hábiles en lo que va del año. Y esas perturbaciones terminan siendo colapsos de tensión que arrastran a toda la región", cuenta a Forbes el presidente del ente regulador de la provincia de Corrientes, Pablo Cuenca.
Algo que puede chequearse fácilmente en los gráficos de Cammesa que muestran cómo la demanda se desploma por completo cada mediodía cuando se llega el pico de consumo por la ola de calor frente a estos cortes masivos.

El distrito que tiene a Yacyretá, la central eléctrica más grande del país por amplio margen, es uno de los principales damnificados de todo el país. No obstante, la situación se repite en todo el NEA (especialmente en Chaco y Formosa) y, en menor medida, en el NOA y el Litoral. Todas zonas con gran protagonismo de generación eléctrica. De hecho, entre las tres regiones llegan a abastecer hasta un tercio de la demanda nacional.
"Los problemas empezaron en el año 2018, es la consecuencia de la falta de inversiones en la infraestructura nacional. Lo veníamos advirtiendo, lo hicimos saber y cada vez fue empeorando, pero nunca como este año", agrega Cuenca.
Lógicamente, en esta zona no hay cuellos de botella de generación. Los inconvenientes vienen en parte por la distribución, algo normal en cada verano, pero sobre todo por la saturación de redes de media y alta tensión y estaciones transformadoras. Es decir, el segmento del transporte eléctrico nacional.
Según explica Cuenca, es normal que haya alteraciones del sistema en el momento que hay una ola de aires acondicionados encendiéndose al mismo tiempo y en un período muy corto. "Entra de golpe energía y el sistema detecta una variación en el nivel de tensión y de manera automática se bloquea para no expandir la falla a otras áreas".
Lo problemático es que, en vez de concentrar ese bloqueo en una pequeña zona local, se expande por toda la región y arrastra a muchísimas provincias. "Lo que incide es que la falta de inversión no permite minimizar el efecto de una perturbación para que no termine siendo un colapso", dice el experto.
Para solucionar esto, habría que empezar a construir nuevas líneas de 132 kv, de 500 kv, estaciones transformadoras y capacitores, algo que desde la Secretaría de Energía afirman que van a lanzar en las próximas semanas bajo iniciativa privada.
Lo preocupante es que, aun cumpliéndose estos plazos, son obras que demoran varios años en terminarse. En consecuencia, y con un escenario de actividad económica al alza, lo más probable es que los próximos veranos sean todavía peores que este.