La reducción de la alícuota que los exportadores de granos deben pagar en concepto de retenciones comenzó a generar un efecto negativo. El Gobierno estaba convencido que la caída del 33% al 26% en el caso de la soja representaría un importante incentivo para que la comercialización avanzara fuerte, pero la expectativa no se cumplió y hoy el ingreso de dólares por esta vía no es el que estaba previsto.

Si se toma como referencia el caso de la soja -el más representativo- el mes pasado se dio una mejora en la liquidación, pero no de forma significativa.

Según los últimos datos que difundió la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), el agro liquidó US$ 2.181 millones el mes pasado, es decir una mejora de 45% respecto del mismo mes del año pasado.

Pero, en cambio, si se lo compara con las cifras de enero el avance no es tan representativo, ya que se dio un crecimiento de apenas 5,2%.

"El ingreso de divisas del mes de febrero es el resultado del inicio del Decreto 38/25 que implica una baja transitoria de derechos de exportación para el complejo cerealero-oleaginoso y que recién empezó a tener efectos a mediados de mes cuando se finalizó con las reglamentaciones del mencionado Decreto. El crecimiento de las compras de soja a precio y a fijar durante el mes de febrero marcaron el ritmo de ventas del productor", señaló CIARA-CEC en un comunicado.

El panorama hacia adelante, incluso con la baja de las retenciones hasta fines de junio, no es el más alentador. Según el especialista Pablo Adreani, "la pasividad en la liquidación de divisas seguirá en el caso de la soja de la nueva campaña 2024/25".

Esto tiene que ver, según su análisis, con que "los productores no saben qué volumen de producción tendrán y por este motivo es difícil que vendan anticipado sin saber cuánto van a producir".

"Podría haber algún movimiento de ingreso de divisas entre mayo y junio a medida que avance la cosecha de soja y el productor comience a vender, aunque esto se sabrá recién a finales de abril o principios de mayo", explicó Adreani a Forbes.

Esta incertidumbre, incluso, se comenzó a traducir en un efecto clave. La cantidad de granos que hay hoy en plantas de acopio y la industria es el más alto para febrero desde 2021, y el segundo más elevado en la última década.

Según los registros oficiales de la Secretaría de Agricultura, el mes pasado había "guardados" 8.168.537 toneladas, apenas por debajo de las 8.619.496 toneladas del mismo mes del año pasado. Esto, si se estima en base a los precios actuales de la soja, quiere decir que hay US$ 3200 millones inmovilizados, una cifra no menor si se tiene en cuenta que en febrero se liquidaron granos en general por casi US$ 2200 millones.

Ya en enero, incluso, se había dado un fenómeno parecido. Se habían acumulado 8.851.923 toneladas, la tercera marca más alta de los últimos 10 años, y detrás de las 8.886.016 de 2022 y las 10.004.428 de 2021.

El punto más bajo para febrero se dio en 2017, cuando se habían alcanzado las 2.089.434 toneladas.

Esta cifra, si bien es alta en comparación con lo que viene ocurriendo en el mismo mes de meses anteriores, al mismo tiempo va en línea con lo que se viene observando en otros años. En junio del año pasado, por ejemplo, el stock de soja guardada tocó un techo de 21.733.249 toneladas, aunque con el correr del último semestre de 2024 esa cifra fue cayendo y alcanzó las 11.534.964 toneladas en diciembre pasado.

Todo atado a las retenciones

De cara a lo que viene, el panorama no se prevé muy cambiante. En la industria entienden que la incidencia real de la baja de retenciones en el nivel de liquidación de exportaciones apenas es del 20%, y que no habrá cambios mientras se mantengan las actuales condiciones.

"Si no hay mejoras, no habrá una liquidación en los niveles que piensa el Gobierno", analiza Adreani, mientras no se espera que se imponga un esquema más cercano a lo que pide la industria, que prácticamente es la eliminación de las retenciones.

Ante esto, lo que ocurre también hoy es que hay bastante especulación por parte de los productores. El esquema actual finaliza el 30 de junio próximo, y existe cierta expectativa de que, en medio de un año electoral, el Gobierno defina un escenario más rentable para las exportaciones.

"Sería una medida acertada que se plantee desde el Gobierno una baja más fuerte de las retenciones, y con continuidad hasta marzo de 2026. De esa forma se estaría despejando la certidumbre actual, lo que permitiría tener un panorama más claro y pensar más seriamente en vender", apuntó Adreani.