En medio de una coyuntura global compleja, influenciada por los aranceles de Donald Trump y el temor a una guerra comercial internacional, la posibilidad de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es una luz de esperanza para los activos argentinos. Hoy transitan un camino incierto. La cuestión central para los inversores radica en determinar qué pesará más sobre el valor de los bonos y acciones locales: el contexto internacional o el esperado acuerdo con el Fondo.
Según un informe reciente de la consultora Quantum, la clave para la recuperación de los activos argentinos podría encontrarse en el potencial acuerdo con el FMI, que funcionaría como un "catalizador" en un "mar de incertidumbre global". Esta expectativa surge tras la caída observada desde mediados de enero hasta inicios de marzo, parcialmente revertida en los últimos días.
El impacto de los aranceles de Trump y la respuesta global
Desde enero, los mercados internacionales entraron en una fase de nerviosismo ante los cambios en las "reglas de juego globales", impulsados por la política comercial de Trump. Las tarifas impuestas y la posibilidad de una guerra comercial generalizada sembraron dudas sobre el crecimiento económico mundial y empujaron a los inversores hacia activos considerados seguros.
Entre el 14 de enero y principios de marzo, el rendimiento del bono soberano de EE.UU. a 10 años descendió de 4,78% a 4,29% anual. Este movimiento coincide con una devaluación cercana al 5% del dólar frente a las monedas de los principales socios comerciales de EE.UU.
Europa, por su parte, mostró una reacción diferente: la tasa de los bonos alemanes a 10 años subió 19 puntos básicos, alcanzando el 2,79% anual. En términos de acciones, el índice SPX de Wall Street cayó un 1,8%, mientras que los mercados europeos registraron subas de entre 15% y 19%. La cautela reemplazó al optimismo que dominaba hacia fines de 2024.
El efecto sobre los mercados emergentes y Argentina
A diferencia de los mercados desarrollados, los emergentes apenas se inmutaron. Según Quantum, el riesgo promedio en estas economías disminuyó en 2 puntos básicos, manteniéndose en 294 puntos a nivel general y en 421 puntos para América Latina. Sin embargo, el caso argentino mostró un comportamiento particular: su riesgo país saltó de 580 a 714 puntos a inicios de marzo, antes de retroceder levemente a 694 puntos.
Quantum atribuye esta volatilidad a factores locales y globales. En el plano doméstico, persisten "debilidades e incertidumbres propias", pese a un programa de estabilización económica basado en la disciplina fiscal y una política monetaria controlada. Este contexto, sumado a los efectos externos, golpeó tanto a los bonos como a las acciones argentinas.
Mientras el Merval CCL cayó un 21% en el período, otros índices regionales como el BOVESPA de Brasil y el Mexbol de México registraron avances de 9% y 7%, respectivamente, medidos en dólares. En el mercado cambiario, el peso argentino continuó depreciándose a un ritmo del 1% mensual, acumulando una baja nominal del 2,3%, mientras que el dólar contado con liquidación (CCL) se depreció un 4,5%.
El acuerdo con el FMI como posible alivio
En este escenario, el acuerdo con el FMI se presenta como una tabla de salvación para los activos argentinos. La consultora Quantum sostiene que, de concretarse, podría revertir la reciente corrección en los precios de los bonos y acciones, acercando los rendimientos de los títulos argentinos a los de otros países de la región.
"El aumento del riesgo país desde comienzos de 2025 puede ser interpretado como un período de toma de ganancias y de espera del acuerdo con el FMI", señala el informe. Esta expectativa genera la posibilidad de "ganancias de capital, tanto en acciones como en bonos", aunque advierte sobre la necesidad de actuar con prudencia dada la incertidumbre vigente.
En términos de política monetaria, las especulaciones en torno a la Reserva Federal de EE.UU. también juegan un papel crucial. A principios de año, el consenso en los mercados descontaba una sola baja de 25 puntos básicos en la tasa de interés para 2025. Sin embargo, las proyecciones actuales sugieren hasta tres recortes en el segundo semestre, lo que podría aliviar las presiones sobre las economías emergentes, incluida la Argentina.
Perspectivas a futuro: cautela y oportunidades
A pesar de las señales alentadoras, la consultora enfatiza la necesidad de manejar las expectativas con cautela. La permanencia de riesgos tanto externos como internos obliga a los inversores a evaluar cuidadosamente sus movimientos. En palabras de Quantum, "en estas instancias y dada la incertidumbre local e internacional, los posicionamientos pueden requerir cierta prudencia".
La trayectoria de los activos argentinos en los próximos meses dependerá, en gran medida, del desenlace de las negociaciones con el FMI y de la evolución de la política comercial de EE.UU. Un acuerdo favorable podría no solo estabilizar el riesgo país sino también generar un rally en los bonos y las acciones locales.