La noticia: Bill Gates, cofundador de Microsoft y la segunda persona más rica del mundo, volvió a meterse en el debate sobre el impuesto a la riqueza. Esta vez, opinó que sus colegas multimillonarios y él deberían pagar más impuestos para ayudar a arreglar un sistema 'roto' que aumentó la desigualdad de ingresos.
Gates manifestó su apoyo a un sistema impositivo en el cual “el que tenga más plata paga un porcentaje más alto de impuestos”, escribió en una publicación de blog para cerrar el año el lunes. “Me parece que los ricos, incluidos Melinda y yo, deberíamos pagar más de lo que pagamos ahora”.
El multimillonario subrayó la creciente desigualdad de riqueza entre los ingresos más altos y bajos de EE.UU. y sostuvo que “el sistema no es justo” y que no debería haber motivos “para privilegiar la riqueza sobre el trabajo como hacemos hoy”.
Para solucionar el problema, Gates afirmó que el Gobierno de EE.UU. debería subirles los impuestos a los ultrarricos. Específicamente, declaró que aumentar el impuesto a las ganancias de capital (aplicado a las ganancias obtenidas con inversiones) transferiría una mayor parte de la carga tributaria a los ricos.
También defendió la aplicación de impuestos estaduales y locales más justos, así como también una suba del impuesto a las sucesiones y cerrar los vacíos legales que tiene y “aprovechan muchos ricos”.
El cofundador de Microsoft hizo sus comentarios meses después de que una de los precandidatos demócratas para 2020, Elizabeth Warren, comenzara a criticar en públicoa los multimillonarios y a exigir un impuesto de 6% sobre las fortunas de los ultrarricos.
En noviembre, Gates había compartido con otros multimillonarios su escepticismorespecto a la propuesta de Warren, pero coincidió en que la desigualdad era un tema urgente.
La cifra: aunque Gates donó miles de millones de dólares a entidades benéficas en los últimos 10 años, en ese período su fortuna sumó más de US$ 50.000 millones gracias a políticas impositivas favorables y el crecimiento de los mercados de valores, según Bloomberg. La fortuna de Gates creció más del doble en el último decenio, de US$ 53.000 millones en 2010 a US$ 108.500 millones, según estimativas de Forbes.
La yapa: Gates no es el primer miembro de la elite que afirma que debería pagar más impuestos. Abigail Disney, heredera del imperio de Walt Disney, se manifestó en contra de los salarios desmesurados de los CEO, que puso como ejemplo claro del crecimiento de la desigualdad en EE.UU. Disney mencionó en particular el paquete remunerativo “demente” del CEO de Disney, Bob Iger, que ascendió a US$ 65 millones en 2018, unas 1.424 veces la mediana salarial de los trabajadores de la empresa.
El dato: según la calculadora de impuestos lanzada por la campaña de Warren, que muestra cuánto tendría que pagar cada multimillonario con su propuesta, el año que viene Gates tendría que poner US$ 6.400 millones, un vuelto para su vasta fortuna.
El contexto: a pocos meses para las elecciones de 2020, muchos líderes corporativos y figuras de Wall Street criticaron a Warren, a quien consideran una amenaza para las grandes corporaciones. A comienzos de noviembre, Warren y el inversor multimillonario Leon Cooperman tuvieron un cruce que evidenció el rechazo suscitado por la senadora demócrata tras anunciar su impuesto de 6% a la riqueza de los multimillonarios para financiar su ambicioso plan “Medicare For All”. La propuesta fue criticada por muchos otros líderes empresariales y multimillonarios de alto perfil, como el CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon; el inversor en Shark Tank Mark Cuban y el exCEO de Goldman Sachs Lloyd Blankfein. Multimillonarios que hicieron su fortuna con los fondos de cobertura, como Paul Tudor Jones, Steve Cohen y Stanley Druckenmiller, también divulgaron proyecciones sombrías de lo que se viene para el mercado de valores si Warren llega a la presidencia: una caída de entre 10% y 25%, según sus estimativas.
Por Sergei Klebnikov