Juan José Aranguren: CEO en el sector privado y público
Cecilia Valleboni Forbes Staff
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Juan José Aranguren es de la generación que hizo toda su carrera -fueron más de 37 años- en la misma compañía. Ingeniero químico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), inició su carrera en 1977 como pasante en la refinería de Dock Sud de Shell Argentina, ocupó diversos cargos tanto en Argentina como en el exterior, y llegó a la posición de CEO y vicepresidente para América Latina en 2003.
"Fui CEO de 2003 a 2015, cuando acordé con la compañía salir antes de la edad jubilatoria. Mis 12 años de CEO coincidieron con los mandatos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Fueron años muy atareados, donde el rol ejecutivo ocupaba mucho tiempo", rememora. De hecho, su gestión se caracterizó por una postura firme frente a las políticas gubernamentales de control de precios, lo que lo llevó a enfrentamientos notorios con el Gobierno. Uno de los episodios más recordados fue en 2005, cuando el entonces presidente llamó a un boicot contra Shell debido a un aumento en los precios de los combustibles decidido por la empresa. Esto hizo que en 2014, en vísperas de las nuevas elecciones que proponían como candidatos a Mauricio Macri y a Daniel Scioli, tomara una decisión: "Sentía que con cualquiera de los dos -que eran mucho más racionales- me iba a aburrir como CEO de Shell. Habían sido años muy turbulentos, con mucho trabajo. Cuando uno no encuentra en el día a día un desafío, tiene que cambiar y ver a dónde puede ir a aprender más".
Así, en enero de 2015 puso sobre la mesa de Shell su salida para unirse a los equipos técnicos del por aquel entonces candidato Macri. "Fui el primer y único ministro de Energía y Minería de la Nación", se enorgullece el empresario que asumió la función en diciembre de 2015 y cerró esa etapa el 18 de junio de 2018, hasta que fue reemplazado. "Para mí, el verdadero momento en que dejé de ser CEO fue en junio de 2018, cuando dejé la posición de ministro. En el sector privado, un CEO administra recursos privados; y en el Estado, administra recursos públicos", asegura el ejecutivo.
Desde ese momento, asegura, "la vida se modificó". "Uno tiene que estar bien parado para asegurarse. Cuando dejé de trabajar en relación de dependencia y luego en la función pública, uno tiene la posibilidad de hacer cosas que no había hecho. Además, la edad cronológica de hoy no es la misma de hace tres décadas. Una persona de 65 años hoy ve por delante que tiene muchas cosas por hacer y eso te mantiene activo", cuenta el ejecutivo, que tiene una consultora, Energy Consilium -junto a otras personas que formaron parte de su equipo en el Ministerio-, y también dirige la Maestría en Desarrollo Energético Sustentable del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Y añade: "De esa manera, el tiempo que uno empieza a tener lo ocupa de una manera distinta: asesorando empresas sobre cómo hacer negocios en el país, dando charlas a diversas compañías y entidades, y también la parte académica, que es algo que me encanta", cuenta y admite que hoy también dedica mucho más tiempo a su familia.
"Uno de los grandes terrores es la hoja en blanco, pero depende mucho de la personalidad de cada uno. Es importante entender algo: son las personas las que hacen los puestos; en el momento en que una persona es por el puesto que está desempeñando, estamos en problemas. Es al revés", concluye Aranguren.