Forbes Argentina
14 Marzo de 2025 07.43

Valleboni Cecilia Radici Florencia

Fui CEO... ¿Y después? Cuatro ejecutivos comparten su experiencia luego de dejar la posición de número uno

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Gastón Remy, Leo Piccioli, Patricia Jebsen y Juan José Aranguren cuentan cómo vivieron la salida del mundo corporativo. Desafíos, miedos y cómo los transitaron internamente. En qué están hoy y sus próximos planes.

Ser CEO de una gran empresa suele ser sinónimo de éxito, poder y reconocimiento. Sin embargo, es cada vez más frecuente ver figuras prominentes del mundo corporativo tomar decisiones radicales: renunciar a sus altos cargos para emprender nuevos rumbos, a menudo alejados del ajetreo de las oficinas y las salas de reuniones.

Las razones son tan variadas como las personas mismas. Algunos sienten la necesidad de un cambio de ritmo, de conectar más con sus pasiones y valores personales. Otros buscan una mayor flexibilidad y autonomía en su vida. Algunos se convierten en emprendedores, creando sus propias empresas o invirtiendo en startups. Otros se dedican a la filantropía, con trabajos en causas sociales que les importan; o hacen consultoría para empresas y ejecutivos. También hay quienes optan por ocupar una posición en directorios y ejercen hasta la docencia, compartiendo sus conocimientos y experiencias con las nuevas generaciones.

Lo cierto es que el proceso de reinvención no es fácil. Hay cosas que se pierden y otras que se ganan. "El CEO tiene una mentalidad que se sirve de muchos recursos organizacionales. Es un orquestador y, más allá de la soledad de su rol, se va nutriendo de los especialistas para obtener logros. Ahora tiene que aprender a hacer todo solo", añade Alejandro Melamed, experto en management y autor de diversos libros para líderes. 

De su experiencia como máster coach ejecutivo especializado en alta gerencia, Daniel Colombo asegura que, aunque cada caso es distinto, hay patrones que se repiten. "Al principio, muchos sienten una mezcla de alivio y entusiasmo por recuperar el control de su tiempo", cuenta y añade: "Luego, aparece un período de incertidumbre: acostumbrados a una estructura con ritmo vertiginoso, el cambio de dinámica puede ser desafiante. Por eso sugiero el diseño previo de una guía, una brújula o mapa de ruta, que se puede modificar, aunque puede acompañar en momentos de duda o de indecisión". 

Uno de los principales desafíos es reconstruir su identidad profesional. Durante años, los ejecutivos cuentan que su nombre estuvo ligado a una empresa; de un día para el otro, ya no lo está, y eso obliga a repensar cómo se presentan ante el mundo. El segundo es el abandono de la soberbia de quienes, con un ego muy hacia afuera, lideraban empresas grandes. "Cuando emprendés, necesitás aprender a gestionarlo convenientemente, porque en algún momento eso se puede volver en contra", destaca Colombo. En tanto, Melamed añade que otro punto clave es la red de contactos y la agenda en blanco: "Algunas relaciones se mantienen, otras se diluyen porque estaban más ligadas al cargo que a la persona. Hay que reconstruirlas. Además, pasar de una agenda colapsada a la posibilidad de gestionar su propio tiempo -algo que se conoce como el síndrome de la agenda vacía- es todo un desafío". Lo mismo ocurre con los beneficios corporativos, como el auto, la oficina de alto nivel o los viajes ejecutivos, los asesores y consultores, hasta los asistentes personales y los abogados: todo cambia. 

En este punto, los especialistas coinciden en que la capacidad de adaptación y reinvención es fundamental. En esta nota, Forbes Argentina reunió a cuatro ejecutivos que llegaron a la posición de número uno y salieron del mundo corporativo para ocupar nuevos roles. Cuentan lo que más sufrieron, lo que extrañan y también lo que aprendieron de haberse convertido en CEO de su propio tiempo. A continuación, las historias de: 

Gastón Remy

Patricia Jebsen

Leo Piccioli

Juan José Aranguren

 

10 tips para CEOs que quieren salir de las empresas

Por Daniel Colombo

  1. Rediseñar la vida profesional desde antes, y la mentalidad de liderazgo.
  2. La credibilidad y el posicionamiento son activos estratégicos. 
  3. Aprovechar la red de contactos. 
  4. Definir un modelo de negocio que sea escalable.
  5. Fortalecer la mentalidad de resiliencia y aprendizaje continuo.
  6. Administrar el capital con visión estratégica.
  7. Desarrollar un equipo alineado con la cultura del emprendimiento.
  8. Equilibrar la visión estratégica con la ejecución operativa.
  9. Probar, validar y ajustar antes de escalar
  10. Mantener el enfoque y evitar la dispersión. 
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