En medio del boom del Oil & Gas en la Argentina, hay un fenómeno curioso que está cobrando cada vez más fuerza: una ola de ventas de activos por parte de empresas extranjeras que operan en Vaca Muerta.
A la partida de ExxonMobil que se terminó de cerrar a fines del 2024, ahora se sumaron otros tres jugadores de primera línea mundial que reconocieron estar analizando su salida total o parcial del país.
El primero fue Equinor que, tras los malos resultados de su perforación del pozo Argerich en el Mar Argentino, encargó al Bank of America la gestión para evaluar el interés del mercado en dos áreas del shale neuquino: Bandurria Sur y Bajo del Toro Norte, donde posee una participación del 30% y 50%, respectivamente.
El proceso, por ahora, no incluye sus activos offshore en la cuenca Norte (costa bonaerense), Austral (Tierra del Fuego) y Malvinas Oeste, donde tampoco hay tantos interesados por la incertidumbre que involucra a estos bloques de poca experiencia exploratoria.
El segundo caso lo comunicó el propio CEO global de TotalEnergies, Patrick Pouyanné, quien sorprendió en plena CERAWeek al anunciar que están "listos para desinvertir nuestra licencia para producir shale oil en la Argentina".
La idea incluye a las áreas La Escalonada y Rincón de la Ceniza que son muy codiciadas (particularmente la primera) por los buenos resultados obtenidos, por su cercanía con los mejores bloques que tenía Exxon y porque se presume que podrían llegar a un nivel de 75.000 barriles diarios (lo que produjo Vista en 2024) en unos pocos años.
Fuentes allegadas a la empresa indicaron a Forbes que se trata de "un procedimiento de testeo que es normal en cualquier mercado de Oil & Gas del mundo ya que había muchos interesados" y aclararon que "no significa que nos vamos de Vaca Muerta o de Argentina".
De hecho, Total mantiene una apuesta muy fuerte en el plano del gas natural y acaba de poner en marcha el proyecto offshore Fénix con una inversión de 700 millones de dólares (junto a PAE y Harbour) que la posicionó como la principal operadora gasífera del país.
"Para TotalEnergies, Argentina es un centro de crecimiento, vemos mucho potencial tanto en Vaca Muerta como el offshore y el gas va a ser fundamental para la transición energética. Hay un problema de infraestructura que requiere un plan de inversiones muy grande. Es un plan en el cual se está trabajando. Algunos actores tomaron la iniciativa, los estamos viendo y esperamos que todo esto se materialice porque es la puerta de salida para todo el gas y el petróleo que tenemos ahí", subrayó Javier Rielo, Vicepresidente de Exploración y Producción, en diálogo con este medio.
La última salida responde a Petronas y era algo esperable luego de retirarse del proyecto Argentina GNL, donde había firmado un memorándum de entendimiento con YPF. La estatal malaya posee el 50% del tercer bloque con mayor producción petrolera de toda Vaca Muerta: La Amarga Chica, en el que había ingresado en asociación con YPF en el año 2014.
"Petronas revisa continuamente su portafolio de negocios en todos los países donde tiene inversiones para asegurar que se ajuste de la mejor manera posible a su estrategia de crecimiento en un panorama energético en constante evolución", explicaron a Forbes.
El fenómeno se entiende por la valorización que adquirió Vaca Muerta tras años de atravesar una curva de aprendizaje que mejoró notablemente la productividad y una serie de obras de infraestructura que solucionaron el problema de evacuación del petróleo.
En este marco y con una economía nacional mucho más ordenada, varias firmas se vieron atraídas por el alto precio que le pagó Pluspetrol a Exxon por el traspaso de sus áreas y decidieron empezar a tantear al mercado.
"Estamos en un punto bisagra en el cual, si vos entraste a la cuenca temprano, te comiste el desriskeo, la curva de aprendizaje, no pudiste girar dividendos, no pudiste recuperar la inversión, ahora de repente aparece una oportunidad para monetizar todo lo que hiciste. Más con la incertidumbre de cuándo se dará la salida del cepo", sintetizó una fuente de mucha experiencia en el rubro.
En líneas generales, se puede ver una gran división entre las firmas locales y extranjeras respecto al interés por vender o comprar. Al no tener otros activos en el resto del mundo para comparar su valor, no sufrir el problema del giro de dividendos que tienen las multinacionales y tener la ventaja de una mayor relación pública a nivel local, las nacionales están más interesadas en ampliar su participación incluso pagando un alto precio.
De todos modos, hay dos gigantes internacionales y una tercera firma británica algo más chica que se diferencian del resto por su clara estrategia de seguir creciendo. "Las tres están más cerca de comprar áreas que de vender", afirmó un conocedor del tema.
Se trata de Shell, Chevron y Harbour Energy. La anglo-holandesa acaba de firmar un acuerdo con YPF y todo indica que concretará una inversión histórica para desarrollar el GNL. La estadounidense tiene a la Argentina dentro de sus cinco o seis activos más importantes del mundo y apuesta a multiplicar hasta por cuatro su producción para llegar a unos 250.000 barriles diarios a mediano plazo.
A su vez, ambas compañías ingresaron en el consorcio VMOS que construirá la mayor obra de infraestructura del sector en las últimas décadas con una inversión de casi 3.000 millones de dólares que ingresará al RIGI: un oleoducto hasta las costas de Río Negro y el puerto de aguas profundas más grande del país.
Finalmente, Harbour Energy anticipó a Forbes que Argentina forma parte del core de sus cuatro países más relevantes a nivel global y que pretenden duplicar su producción en una estrategia de crecimiento que incluye la compra de activos de manera directa o indirecta.
"Argentina es un país muy importante para nosotros. Se convirtió en uno de los cuatro países claves que tenemos actualmente en el portafolio de Harbour Energy Vemos un potencial enorme por los recursos y reservas que tenemos. Queremos duplicar la producción mundial relativamente pronto y Argentina va a ser un motor de crecimiento para alcanzar esa meta", manifestó Gustavo Baquero, vicepresidente ejecutivo.