El Gobierno de Trump restringió las H-1B más que cualquier otro Gobierno estadounidense, pero sin promulgar normas nuevas. La proporción de solicitudes rechazadas de H-1B para empleo inicial subió de 6% en el año fiscal de 2015 (antes de que asumiera Trump) a 29% en el primer semestre del año fiscal de 2020, según un análisis reciente de la National Foundation for American Policy. "Los 25 principales empleadores de profesionales portadores de H-1B sufrieron tasas de rechazo más elevadas para empleos iniciales en el primer semestre del año fiscal de 2020 que en todo el año fiscal de 2015".
La nueva norma presenta tres aspectos clave: 1) se publicará como "norma final provisional", lo que permitiría aplicarla inmediatamente sin contribución pública, pero la volvería más vulnerable a litigios, 2) impondrá una definición nueva y restrictiva de "ocupación especializada" para los que reciban H-1B, y 3) dificultará a los profesionales con H-1B la realización de tareas en las instalaciones de los clientes.
El verdadero motivo del apuro por publicar una nueva norma para las H-1B podría ser el temor a que Trump pierda las elecciones presidenciales de noviembre y no una emergencia económica. La situación económica mejoró desde marzo y abril y las normas vigentes sobre ocupaciones especializadas y relaciones entre empleador y empleado para las H-1B existen desde 1990-1991 y no se modificaron en otros períodos de dificultades económicas. William Stock, de Klasko Immigration Law Partners, LLP, observa que la Ley de Procedimientos Administrativos solo permite excepciones para notificar y comentar la creación de reglas con "causa justa", y en 2015, una jueza federal afirmó que esas excepciones son por definición muy pocas y sin deferencia a la agencia.
Fuga de talentos
Poner más obstáculos para enviar personal a trabajar fuera de la oficina dificulta la protección de los datos, según un ejecutivo de una empresa de tecnología. Por motivos de ciberseguridad, muchas empresas que contratan servicios prefieren que los profesionales de tecnología vengan a sus sedes, afirmó el ejecutivo, con lo cual una norma que dificulte esto podría entorpecer todo al dejar la ciberseguridad como prioridad secundaria, ya que una mayor parte de esos servicios se prestaría a distancia, inclusive fuera de EE.UU.
Los funcionarios públicos y otros que ignoran o no quieren admitir que el mercado laboral es global parecen creer contra toda evidencia que las empresas no trasladarán puestos de trabajo fuera de EE.UU. si se restringen las H-1B. "El empleo en filiales extranjeras aumentó en respuesta directa a las normas cada vez más estrictas con las H-1B", según datos de empresas en un importante estudio realizado por Britta Glennon, profesora adjunta de la Escuela de Administración Wharton. "Toda política motivada por el miedo a la pérdida de empleos nativos debe tener en cuenta que las políticas antiinmigración estimulan involuntariamente a las empresas a trasladar empleos al exterior".
"La tercerización de la TI pasó de tareas relativamente sencillas a un desarrollo de software mucho más complejo", señala el Wall Street Journal. "Los desarrolladores de EPAM [una empresa con sede en Pensilvania], repartidos por más de 160 oficinas en múltiples husos horarios, usan Teams, el software de colaboración de Microsoft, y suelen trabajar en un mismo proyecto. Por ejemplo, desarrolladores en Hungría, Belarús, Ucrania y EE.UU. están trabajando en plataformas de reservas para una importante agencia de viajes online".
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¿Qué efectos tendrá la nueva norma? "Probablemente los empleadores se resistan contra todos los cambios en la norma y los tilden de incoherentes con el estatuto y económicamente perjudiciales", afirmó William Stock. "Si los dejan promulgarla, seguirá la tendencia actual entre los empleadores de enviar puestos de trabajo en tecnología de alto valor al exterior por las políticas de este Gobierno, que no para de expulsar personal clave de EE.UU.".
Autor: Stuart Anderson
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