En un informe elaborado por The Economistsobre los riesgos de inversión en América Latina luego de las medidas tomadas por el Coronavirus, la reconocida revista internacional colocó a la Argentina en el top 10 de los países menos seguros para los inversores; advirtiendo sobre el problema de las políticas populistas en el continente.
El país se colocó en el séptimo lugar del ranking de los más riesgosos, con un puntaje de 57 sobre 100. Antes se ubicaron Venezuela (86 puntos), Nicaragua (65), Haití (63), Bolivia (63), Cuba (59) y Honduras (con igual puntaje que Argenetina:57). Del lado opuesto, entre las naciones del continente más confiables se posicionaron Chile (25), Perú (37) y Uruguay (39).
Principalmente, el estudio hizo foco en tres puntos principales: el riesgo político, el riesgo económico y el riesgo político de las inversiones. En cada uno de estos aspectos, Argentina se situó en los primeros puestos.
En relación al riesgo político, The Economist describió que el país se destacó por presentar dificultades en cuanto a su eficacia política, dado a que “las divisiones dentro de la coalición gobernante exacerban los problemas de gobernabilidad”. Luego, la situación económica fue calificada como “muy grave” por la revista, indicando que la falta de corrección de los desequilibrios macroeconómicos produce un fuerte ajuste monetario e inflacionario en el país.
“Respecto al riesgo de comercio exterior y pagos, es cierto que hasta el momento en América latina no ha habido señales significativas de barreras arancelarias o no arancelarias o nuevos controles de capital o cambio de divisas (con algunas excepciones notables como Argentina, donde los controles de cambio de divisas se endurecieron en 2020)”, señaló el informe.
Siguiendo con el desglose, según publicó La Nación, en torno a los riesgos regulatorios The Economist remarcó que en la Argentina el Gobierno “nacionaliza negocios estratégicos, presentado “un riesgo alto”.
“El creciente nacionalismo de los recursos en medio de crecientes objeciones a proyectos en los sectores de minería, energía y agricultura a gran escala también presenta riesgos, en forma de eliminación de incentivos, aumento de los requisitos de contenido local y, en casos extremos, nacionalización total. El gobierno argentino, por ejemplo, abordó la idea en 2020 de nacionalizar a un exportador de soja con problemas financieros antes de dar marcha atrás ante las objeciones políticas y comerciales locales”, se explayó la revista.