El Gobierno argentino sancionó la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal y ya corren los 90 días desde su promulgación el 12 de noviembre para su reglamentación por parte del Poder Ejecutivo. La cuenta regresiva es un hecho y abre la discusión sobre los nuevos desafíos y oportunidades que enfrentan las compañías y sus marcas en la implementación de esta ley, a la que Argentina se suma a países como Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay que ya cuentan con normativas similares.
La ley de etiquetado frontal obliga, en el país, a marcar con un sello octogonal negro de advertencia los paquetes y envoltorios de todos los alimentos que tengan exceso en azúcares, grasas, calorías o sodio. Si bien la misma apunta a advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de estos elementos, el objetivo es ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos, al mismo tiempo que pretende “garantizar el derecho a la salud y a una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas, para promover la toma de decisiones asertivas y activas y resguardar los derechos de las consumidoras y los consumidores”.
La nueva medida alcanza a toda la cadena, desde la fabricación hasta la comercialización e importación de alimentos y bebidas, y aclara que la obligación se extiende a cajas, cajones y cualquier otro tipo de empaquetado.
Ante el alto desconocimiento, por parte de la industria y la sociedad en general, sobre lo que implica llevar a la realidad la aplicación de este tipo de leyes, muchos se preguntan cómo hacer para que una serie de productos incorpore sellos diferentes según su listado de ingredientes, es un proceso muy complejo y riesgoso al que se enfrentarán las más de 15.000 empresas productoras de alimentos en la Argentina.
“Más del 80% de los directivos que están a cargo de ejecutar estos cambios en tiempo y forma desconocen el desafío que implica la adaptación de sus productos y packagings para llegar con la implementación de la nueva ley”, asegura Gonzalo Yáñez, co-founder de MoonDesk.
“Como en todo cambio importante, las empresas innovadoras aprovecharán para generar oportunidades de mejora y reducir costos, amortizando el impacto que generará la reglamentación de la nueva Ley, ya que es sabido que en otros países donde comenzó a regir, los productos que contienen sellos redujeron su participación de mercado” agrega Yáñez, y comenta que, “quien mejor se prepare y anticipe en el proceso, estará en condiciones de capitalizar estos movimientos y lograr ventajas competitivas, en un momento de transformación digital histórico”.
Las implicancias y los detalles que afectan el proceso de cambio costarán dolores de cabeza, errores de impresión, demoras en el mercado, multas y hasta despidos que conllevan enormes costos operativos. Estos riesgos pueden minimizarse incorporando soluciones que se integren a los sistemas existentes en pos de modernizarlos y que estén hechos para resolver los desafíos futuros.
“Si bien, más del 50% de las empresas relevadas por MoonDesk sobre la disponibilidad de artes editables y vigentes a disposición no cumple con alguna de estas implicancias, estamos convencidos que es fundamental trabajar sobre la revisión del proceso de adaptación de artes y sistemas utilizados -archivo, edición, aprobación y control de artes así como la asignación clara de las responsabilidades de las personas que intervendrán en todo el proceso”, puntualiza Yáñez.
MoonDesk es una solución que permite alojar todo en un mismo lugar. Disminuye errores, tiempos, estrés y fricciones del equipo, elimina costos de no calidad, logra desperdicio 0 por errores humanos, optimiza la llegada al mercado bajando en más de un 43% los timings, agiliza en un 70% la velocidad en los cambios masivos y disminuye los tiempos de reprocesos en un 60%.
La implementación de la Ley implica cambios en todas las compañías productoras de alimentos, lo que queda por ver es quiénes podrán capitalizar estratégicamente esta oportunidad para promover cambios y mejoras en los sistemas actuales a fin de optimizar los procesos internos.
Oportunidades al adelantarse
“El mundo va hacia la alimentación saludable y la sustentabilidad, entendida desde sus 3 pilares -ambiental, social y económica-, esta Ley abre la puerta a una oportunidad estratégica inigualable, que pone en jaque a quienes pretendan liderar el desarrollo de los nuevos productos que se venderán en el futuro. ¿Es el momento de plantear un cambio más profundo en las estrategias de las empresas de cara a los consumidores? El timing en el proceso de implementación de la nueva ley y el go-to-market de las marcas será clave tanto en el impacto hacia el medio ambiente, las personas como los recursos económicos”, concluye Yánez.