La Secretaría de Energía propondrá este jueves mediante audiencia pública restringir el acceso a los subsidios de las tarifas de energía y gas mediante la aplicación de nuevos criterios de exclusión como los viajes realizados al exterior, los gastos con tarjetas de crédito, la compra de dólares o la cobertura médica.
En la actualidad, tras la implementación del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE) a mediados de 2022, el principal criterio para la factura subsidiada de luz y gas es el ingreso: los hogares que poseen un ingreso menor a $2.088.881,13 (3,5 canastas básicas) se encuadran dentro del segmento de ingresos medios (Nivel 3) y quienes perciben una menor cantidad dentro del segmento de ingresos bajos (Nivel 2), el cual también incluye beneficiarios de jubilaciones y planes sociales.
A enero último, un 37% de los usuarios residenciales (3.451.668) se encuadraban en el Nivel 2, y un 24% (2.237.214) en el Nivel 3. Además, se fija como tope tener dos inmuebles y un vehículo.
No obstante, Energía tratará el jueves a las 10:00 en audiencia pública un nuevo mecanismo de distribución de subsidios basado en la conformación de una Canasta Básica Energética (CBE).
La audiencia, en la cual también se contemplará la readecuación de los subsidios de garrafas del Programa Hogar, se trasmitirá en el canal de Youtube del área. La propuesta oficial prevé nuevos criterios de exclusión a los subsidios, según los anexos publicados en su página web.
Entre quienes no podrían acceder más a los subsidios –y por ende deberán pagar la tarifa total- se encuentran los hogares que cuenten, entre sus integrantes, a titulares de medicina prepaga no vinculada con el empleo que poseen en relación de dependencia.
Tampoco podrán acceder quienes hayan viajado al exterior a países no limítrofes más de una vez en los últimos cinco años, y quienes hayan comprado moneda extranjera en los últimos tres meses.
Del mismo modo, se propone excluir a quienes registren consumos en tarjeta de crédito o billeteras virtuales superiores a cinco salarios mínimos ($ 900.000 desde marzo) y consumos en telefonía móvil superiores al 25% del salario mínimo ($ 45.000).
También se excluye a los titulares de aeronaves, propietarios o miembros de directorios de empresas privadas; y a los dueños embarcaciones de lujo o de dos o más inmuebles.
Asimismo, se excluyen a los hogares que tengan un auto con antigüedad menor a cinco años o dos autos con antigüedad menor a 10 años.
El nuevo esquema de subsidios, por otro lado, será limitado en el tiempo: es decir, los usuarios deberán declarar, al menos anualmente, sus condiciones socioeconómicas y la necesidad de mantenerlos.
En el caso de quienes cumplan con los criterios para recibir el subsidio, Energía subsidiará la CBE cuando su valor exceda un porcentaje del ingreso total del hogar, el cual, en principio, sería de 10%.
La CBE variará para cada mes del año en función de la zona bioambiental del hogar solicitante, la cantidad de convivientes y la disponibilidad de energía.
Las zonas bioambientales en las cuales se dividió el país son seis: muy cálido, cálido, templado cálido, templado frío, frío y muy frio. En tanto los hogares se dividen en tres tipos: hasta dos personas, tres o cuatro personas; y cinco personas o más.
Como ejemplo, un hogar de tres o cuatro personas de la zona templada cálida (que incluye a la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires) tendrá una CBE que promedia los 160 kilovatios por mes, una cifra inferior a los 400 kilovatios que tiene como tope el nivel 3 (ingresos medios) actualmente.
Si el valor de esos 160 kilovatios no representa más del 10% del ingreso registrado del hogar, no habrá subsidio a la tarifa. En tanto, si se lo supera, se subsidiará el excedente, siempre y cuando el hogar no se encuadre dentro de alguno de los criterios de exclusión.
En tanto, en la zona muy fría, por ejemplo, el CBE del gas llegará a los 567 metros cúbicos en julio de cada año en los hogares de una o dos personas.
La idea del nuevo esquema es unificar los esquemas de subsidios (Tarifa Social, RASE, y Zonas Frías) que se aplicaban –y en ocasiones, se superponían- en la factura.
Por otro lado, se evaluará si el subsidio seguirá instrumentándose como un descuento en la factura o se realizará por medio de transferencia directa al beneficiario por tarjeta virtual o CBU.
En los documentos se señala, entre otros puntos, que el límite de consumo subsidiado actual del segmento N3 “no invita a una autocorrección eficiente en el consumo de los propios usuarios, ya que el 80% de los usuarios consumen menos que esta cantidad”, al tiempo que en el segmento N2 no hay topes de consumo subsidiado.
“De esta manera resulta difícil que se fomenten prácticas de consumo más eficientes, sostenibles y conscientes, resultando aconsejable establecer una serie de regulaciones complementarias que promuevan un uso responsable de la energía”, se agrega.
En tanto, de las zonas frías se indica que el subsidio (un descuento de 30% o 50%) aplica por igual a todos los usuarios, sin distinguir poder adquisitivo, y abarcando a un área equivalente a dos tercios del país incluyendo zonas que, en realidad, son templadas cálidas como la ciudad de Rosario.
Asimismo, se señala que en el sector hay una “desinversión económica” producto de, entre otros factores, “subsidiar las tarifas a la demanda”.
Por otro lado, se enfatiza que “como consecuencia de las malas políticas energéticas y tarifarias, la incidencia del gasto energético en el conjunto de ingresos de los integrantes del hogar en Argentina es uno de los más bajos de América Latina y el Caribe”.
Otro punto que se propondrá abandonar es el límite por Coeficiente de Variación Salarial (CBS) en los aumentos de tarifas a lo largo del para segmentos medios y bajos, pues debido al contexto inflacionario actual, las tarifas aumentaban por debajo de la inflación.
Energía también detectó que en el RASE hay una mayor cantidad de personas declaradas electrodependientes respecto de los padrones que hay a nivel nacional.
En tanto, sobre el programa Hogar, Energía señala conveniente mantener las actuales características del esquema al tener criterios coherentes con la determinación de un consumo básico y esencial según zona y cantidad de convivientes, aunque se propone “trabajar sobre la focalización de los beneficiarios” para minimizar los errores de inclusión y exclusión.
*Con información de Télam.