De cuánto dinero se está dispuesto a gastar también depende de quien llegue a la presidencia. La historia mostró que quien gasta más dinero en las elecciones suele ganar. Eso hasta 2016, cuando Trump se convirtió en el candidato más austero con US$ 600 millones por debajo de Hillary Clinton, quien logró recaudar US$ 1.200 millones. Las fortunas de los millonarios ejercen una gran influencia a la economía (a través de las empresas que dirigen), a la sociedad (a través de los productos que desarrollan) y a la política (a través de los candidatos que financian). En el escenario político, nunca han jugado un papel más importante. Un multimillonario está sentado en la Casa Blanca, mientras que otros 230 están gastando dinero para ayudar a mantenerlo en la Oficina Oval, o echarlo.
Forbes US realizó un relevamiento de quiénes son aquellos contribuyentes que intentan allanarles el camino a los candidatos en su camino a la presidencia. Ahora bien, de un lado y del otro, los contribuyentes a la campaña de cada candidato dicen mucho del futuro de los gobiernos de cada uno. Debido a que Trump rompió la tradición al presentar sus documentos de reelección el día que asumió el cargo en 2017, se analizaron más de tres años de donaciones a la campaña del presidente en funciones. Unos 101 multimillonarios y sus cónyuges han donado US$ 25,8 millones a su campaña.
Biden comenzó mucho más tarde, lanzando su campaña a fines de abril de 2019. Pero recuperó terreno rápidamente, recaudando dinero de 134 multimillonarios y sus cónyuges. Según un análisis de las presentaciones de la Comisión Federal de Elecciones, su campaña y sus comités conjuntos de recaudación de fondos recibieron US$ 13,4 millones directamente de multimillonarios, menos que los de Trump. Pero los patrocinadores más ricos de Biden están invirtiendo más dinero en super-PAC que apoyan al exvicepresidente, agregando al menos otros $ 19 millones.
Si se miran los sectores que acompañan a Trump, empresas de energía, ingeniería, construcción, logística y telecomunicaciones lo apoyan de lleno. Biden, en cambio, logró reunir el aporte exclusivo de sectores como los medios y las compañías de entretenimiento. En menor medida, y cabeza a cabeza con su oponente, sumó a la industria de la moda, el retail, las alimenticias y el sector inversor.
Pero si de megadonadores se trata, son seis los que se juegan de lleno por el candidato republicano. Quien se destaca es el matrimonio de Kelcy y Amy Warren, dueños de Energy Transfer Partners, con US$ 1,7 millones. También el de Sheldon y Miriam Adelson, propietarios de Las Vegas Sands Corporation, quien hizo un generoso aporte de US$ 1,2 millones. Le sigue Stephen Schwarzman, presidente y director ejecutivo de The Blackstone Group, una de las firmas de capitales privados más grandes del mundo, quien otorgó a su excolega y amigo la suma de US$ 699.400. También están Bernie y Billi Marcus, cofundadores de Home Depot, con US$ 721.200; Warren Stephens, del banco de inversión privado que lleva su nombre, con US$ 2.800; y Linda McMahon, magnate de los medios destacada en el ámbito de la lucha libre profesional, con US$ 360.600.
Por su lado, Biden logró captar como principal donante a Tom Steyer y Kat Taylor, filántropos e inversionistas fundadores de Farallón Capital, cuya contribución alcanzó los US$ 371.200. También sumó a Jim y Marilyn Simons, del fondo de inversión Renaissance Technologies Corporation, con US$ 981.200; el magnate George Soros, con US$ 505.600; Henry y Marsha Laufer, con US$ 121.200; Stephen y Susan Mandel, con US$ 193.400; Reid Hoffman y Michelle Yee, de LinkedIn, con US$ 496.200; Connie Ballmer, esposa de Steve Ballmer, expresidente de Microsoft, con US$ 5.600; y Jeff Skoll ex- eBay con $ 620.600.
Más allá de Wall Street, sin embargo, los distritos electorales de Biden y Trump divergen. Biden domina California, donde capturó el 84% de los donantes multimillonarios. Trump gobierna Texas, donde obtuvo el 88% del apoyo.