La agonía económica y el descontento social aumentarán en los próximos 18 meses a menos que los líderes mundiales, las empresas y los responsables políticos trabajen conjuntamente para gestionar las consecuencias de la pandemia. A medida que las economías se reactiven, existe la oportunidad de incorporar una mayor igualdad social y sostenibilidad en la recuperación, lo que abriría a una nueva era de prosperidad. Estos son los hallazgos de Perspectivas de riesgos del COVID-19: Un mapeo preliminar y sus implicaciones, publicado hoy.
El informe, producido en conjunto con Marsh& McLennan y Zurich Insurance Group, analiza las opiniones de casi 350 profesionales de riesgos de alto rango a quienes se les pidió que evaluaran los próximos 18 meses y clasificaran sus mayores preocupaciones en términos de probabilidad e impacto para el mundo y para los negocios. Las consecuencias económicas inmediatas del COVID-19 dominan las percepciones de riesgos de las empresas. Estas van desde una recesión prolongada hasta el debilitamiento de la posición de las principales economías, restricciones más estrictas sobre el movimiento transfronterizo de bienes y personas, y el colapso de un importante mercado emergente.
Al examinar las interconexiones existentes entre los riesgos, el informe también insta a los líderes a actuar ahora contra una avalancha de futuros impactos sistémicos como son la crisis climática, turbulencias geopolíticas, una creciente desigualdad, tensiones en la salud mental de las personas, brechas en la gobernanza tecnológica y sistemas de salud bajo presión continua.
Estos riesgos a más largo plazo tendrán implicaciones serias y de gran alcance para las sociedades, el medio ambiente y la gobernanza de tecnologías innovadoras. El informe, refuerza los llamados de atención ya realizados en el Informe de Riesgos Globales 2020, donde, una comunidad de partes interesadas calificó los riesgos ambientales como uno de los cinco principales riesgos globales para la próxima década, y también advirtió sobre el estrés extraordinario que sufrirían los sistemas de salud.
La última actualización proporciona un panorama preliminar de los riesgos conocidos, que pueden verse amplificados por la crisis, y otros nuevos que pueden surgir. Dos tercios de los encuestados identificaron a la “recesión mundial prolongada” como una de las principales preocupaciones de las empresas. La mitad identificó a las quiebras y la consolidación de la industria, el fracaso de las industrias para recuperarse y una interrupción de las cadenas de suministro como preocupaciones cruciales.
Con la digitalización acelerada de la economía en medio de la pandemia, los ataques cibernéticos y el fraude de datos también son amenazas importantes, según la mitad de los encuestados, mientras que el colapso de la infraestructura y las redes de IT también son una gran preocupación. Las turbulencias geopolíticas y las mayores restricciones sobre el movimiento de personas y bienes ocupan un lugar destacado en la lista de preocupaciones.
Un segundo informe, Desafíos y oportunidades en el mundo posterior al COVID-19, se basa en la experiencia y las opiniones de líderes, científicos e investigadores para describir las oportunidades emergentes para construir un mundo más próspero, equitativo y sostenible.
“La crisis ha arruinado vidas y medios de subsistencia. Ha desencadenado una crisis económica con implicaciones de largo alcance y ha revelado las deficiencias del pasado. Además de gestionar el impacto inmediato de la pandemia, los líderes deben trabajar entre ellos, y con todos los sectores de la sociedad, para abordar los riesgos conocidos emergentes y crear resiliencia frente a lo desconocido. Nos encontramos ante una oportunidad única de utilizar esta crisis para hacer las cosas de manera diferente y reconstruir mejores economías que sean más sostenibles, resilientes e inclusivas,” dijo Saadia Zahidi, Directora ejecutiva del Foro Económico Mundial.
Peter Giger, Group Chief Risk Officer, Zurich Insurance Group: "COVID-19 ha demostrado que es crucial mantener los riesgos clave en el foco, y el cambio climático es uno de ellos. A medida que reiniciamos nuestras economías, los cambios en las prácticas laborales y en la predisposición hacia los viajes, los desplazamientos y el consumo apuntan a nuevas formas de lograr un futuro con menos carbono y más sostenible".
"La pandemia tendrá efectos duraderos, ya que el elevado desempleo afecta a la confianza de los consumidores, la desigualdad y el bienestar, y pone en peligro la eficacia de los sistemas de protección social. Con presiones significativas sobre el empleo y la educación -más de 1.600 millones de estudiantes han dejado de asistir a la escuela durante la pandemia- nos enfrentamos al riesgo de otra generación perdida. Las decisiones que se tomen ahora determinarán la forma en que se materialicen esos riesgos u oportunidades".
John Doyle, Presidente y CEO de Marsh, dijo: "Incluso antes de la crisis del COVID-19, las organizaciones se enfrentaban a un panorama de riesgos globales altamente complejo e interconectado. Desde las amenazas cibernéticas hasta las cadenas de suministro, incluyendo el bienestar de sus colegas; las empresas se replantearán ahora muchas de las estructuras en las que antes confiaban. A fin de crear las condiciones para una recuperación más rápida y un futuro más resiliente, es necesario que los gobiernos y el sector privado trabajen juntos con mayor eficacia. Junto con importantes inversiones para mejorar los sistemas de salud, la infraestructura y la tecnología, otro de los resultados de esta crisis tiene que ser que las sociedades se vuelvan más resilientes y capaces de soportar futuras pandemias y otros importantes impactos".