El presidente de Estados Unidos Joe Biden parecería estar pivoteando hacia un populismo que podría tener un fuerte impacto en el mercado en caso de una reelección.
En el Easter Egg Roll anual de la Casa Blanca, el presidente Biden hizo un anuncio no oficial de reelección. "Planeo presentarme", dijo Biden en una entrevista con el programa "Today" de la NBC. “Pero aún no estamos preparados para anunciarlo”, añadió.
Esta "noticia" no oficial no es nueva para nadie en Washington, D.C. A pesar de su bajo índice de aprobación y de que la mayoría de los votantes demócratas no quieren que vuelva a presentarse, Biden está en el asiento del conductor para ganar la candidatura demócrata.
Hay que tomar muchas decisiones de campaña y el tiempo de Biden puede correr lento. Pero a menos que se produzca un acontecimiento importante relacionado con la salud o surja un contrincante más creíble en las primarias, Biden se presenta como el candidato más sólido.
Por qué Biden no "triangulará" ni "pivotará" en beneficio de los mercados
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Hoy se habla de que Biden está siguiendo el ejemplo de sus predecesores demócratas en el pasado, mientras se prepara para una campaña de reelección abrazando un centrismo que atraiga al electorado general.
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Hubo algunos hitos políticos notables de Biden que están en desacuerdo con los progresistas. Por ejemplo, apoyó el proyecto petrolífero Willow en Alaska, endureció las políticas fronterizas entre Estados Unidos y México y firmó una resolución del Partido Republicano para anular un proyecto de ley progresista sobre la delincuencia en Washington, D.C. Además, ayer firmó una resolución liderada por el GOP para poner fin a la emergencia nacional por la pandemia del Covid-19.
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Una campaña de Biden significa que el populismo se envalentona
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Biden no se plantea una negociación del techo de la deuda con los republicanos como hizo Obama en 2011. Pero sí está considerando la reducción del déficit. Su propuesta de presupuesto para el año fiscal 2024 afirma que reducirá el déficit en casi 3 billones de dólares en 10 años mediante subidas de impuestos a los individuos y corporaciones ricos.
Lo que Biden está haciendo es populismo. En ciertos círculos demócratas, se llama popularismo. Según Morning Consult, todas y cada una de las políticas presupuestarias de Biden para el año fiscal 2024 que fueron encuestadas tuvieron al menos un apoyo mayoritario. La mayoría tuvo más del 60% de apoyo.
Los mercados deben vigilar el populismo a nivel ejecutivo
El problema para Biden no es que se lo perciba como demasiado liberal, lo que exigiría una triangulación o un pivote. Es difícil que Biden, de 80 años, forme parte de lo que los republicanos llaman la "izquierda radical" y la "chusma despierta". El problema para Biden es que se lo percibe como demasiado viejo, débil y frágil para combatir a esta turba percibida o para inspirar a la base demócrata.
Para ello, Biden busca reforzar una agenda reguladora populista. El jueves pasado, el presidente firmó una orden ejecutiva para modernizar el proceso de revisión reguladora que podría ayudar a respaldar las normativas sobre el clima. Eso incluye proponer una tasa de descuento más baja a la hora de determinar los costos y beneficios futuros a día de hoy para las normativas. Una tasa de descuento más baja potencia los beneficios de políticas como las normativas climáticas que apuestan por los beneficios a largo plazo en comparación con los costos a corto plazo.
Según una encuesta de AP-NORC del año pasado, el 60% de los estadounidenses creía que el gobierno federal estaba haciendo demasiado poco para reducir el cambio climático.
Según una encuesta de AP-NORC del año pasado, el 60% de los estadounidenses creía que el gobierno federal estaba haciendo demasiado poco para reducir el cambio climático.
Biden y las alternativas republicanas
Puede que Biden no sea querido, pero aspira a ser apetecible en comparación con la alternativa. Un Partido Republicano cuyo principal candidato a la presidencia fue acusado recientemente y un sistema judicial que anuló normas de larga data sobre el aborto y sigue generando sentencias impopulares para la mayoría de los estadounidenses, dan a Biden la capacidad de hacer que 2024 sea menos un referéndum sobre su presidencia y más una elección entre él y una alternativa conservadora.
Puede que una agenda reguladora robusta y populista no cure los bajos índices de aprobación de Biden. Pero si hace a Biden más apetecible para la alternativa, podría marcar la diferencia para la reelección del presidente. También podría marcar la diferencia para los mercados.
Esto se produce cuando la Agencia de Protección Medioambiental está a punto de proponer nuevos límites de emisiones del tubo de escape que podrían hacer que los vehículos eléctricos representaran dos tercios de todas las ventas de coches nuevos para 2032.
El Departamento de Energía acaba de proponer cambios en el cálculo del programa Corporate Average Fuel Economy que podrían obligar a las empresas automovilísticas a mejorar los estándares de emisiones de toda la flota. El Departamento del Tesoro acaba de publicar una propuesta de orientación para los créditos fiscales de hasta 7.500 dólares para vehículos eléctricos de la Ley de Reducción de la Inflación. Aún están por llegar más orientaciones fiscales de la administración en materia de energía limpia.
Estas acciones administrativas pueden tener un profundo impacto en la industria automovilística si se aplican.
Pero no es sólo el cambio climático lo que está en la agenda reguladora y de reelección. La administración Biden está adoptando una posición populista para frenar las "tasas basura", reducir los precios de los medicamentos investigando a los gestores de prestaciones farmacéuticas y enfrentarse al poder de las grandes tecnológicas.
