Por primera vez, el presidente Alberto Fernández se refirió públicamente al avión iraní-venezolano varado en el aeropuerto internacional de Ezeiza, culpando a la oposición por tratar de aprovechar el incidente y vincularlo con el atentado a la AMIA.
"Quisieron mostrar algo que no es, alguna cosa o movimiento oscuro del Gobierno, pero actuamos rápidamente. La oposición trató de aprovecharlo para vincularlo con hechos tan dolorosos como el atentado a la AMIA, aseguró el jefe de Estado en declaraciones a Radio 10.
Lo que pasó es que llegó un avión venezolano con una carga de México, contratada por una empresa argentina, donde no hubo ninguna irregularidad. A bordo del avión había cinco personas iraníes, respecto de las cuales hasta donde nosotros sabemos no pesa ningún tipo de restricción. Tampoco respecto de los venezolanos, aseveró Fernández.
Sin embargo, el mandatario admitió que podría haber problemas si abastece de combustible al avión. Sí hay un problema con la carga de la nafta, porque las sanciones impuestas por Estados Unidos pueden afectar a quien le de nafta a ese avión. Es un tema que hay que resolver, explicó.
El mandatario no se refirió al piloto del Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur, el iraní Gholamreza Ghasemi, que sería integrante de la Fuerza Quds, el brazo de la Guardia Islámica Revolucionaria de Irán a cargo de operaciones militares y de inteligencia en el extranjero. Quds fue catalogado como un grupo terrorista por los Estados Unidos.
Fernández valoró que el Gobierno actuó rápidamente, aunque lamentó la repercusión que generó el tema y lo adjudicó a parte de la locura que se vive en la política argentina.