El primer debate presidencial largamente esperado entre Donald Trump y Joe Biden, plagado de insultos, se resumió en la incapacidad de Trump de condenar a los supremacistas blancos, en el ataque de Biden al historial de Trump sobre el coronavirus y las malas conversaciones políticas. El acumulado llevó a decir a varios comentaristas que se trató del peor debate de la historia norteamericana.
- -La analista de CNN, Dana Bash, catalogó el debate de 90 minutos como un desastre. Hasta se animó a decir que fue un show de mierda.
- -Chris Cillizza, de CNN, señaló que fue un flaco favor a la democracia y la describió como un debate terrible, sin cualidades redentoras.
- -El Washington Post arrancó con un duro golpe en su párrafo inicial, calificándola como la "fiesta del grito indecoroso", un "insulto al público" y "un triste ejemplo del estado de la democracia estadounidense cinco semanas antes de las elecciones".
- -En el New York Times, Maggie Haberman y Matt Flegenheimer, llegaron a la conclusión de que el actual presidente norteamericano invitó a los televidentes a abrazar su versión preferida de los eventos de la era Trump, y se aseguró de que la conversación volviera a sus sentimientos y tratamientos personales en casi todas las oportunidades. Fue moviéndose entre las quejas constantes y la autoalabanza.
- -Ryan Lizza, de Politico, sugirió que los "90 minutos de acoso, interrupciones y provocaciones ad hominem" de Trump fueron diferentes de sus debates anteriores, porque carecían de un mensaje claro. Esto hizo que terminara entrando en el debate "cargado" con un historial pobre después de cuatro años en el cargo.
- -Brit Hume, de Fox News, comparó a Trump con un "potro salvaje", sugiriendo que el mandatario ganó el debate con personalidad, pero agregó que era poco probable que los espectadores en casa encontraran su actuación tan atractiva.
ANTECEDENTES CLAVE
Muchos consideraron que el punto más bajo del debate fue el hecho de que Trump no condenó a los grupos supremacistas blancos, a pesar de que el presentador Chris Wallace les dio la oportunidad de hacerlo.
En cambio, el presidente aprovechó la oportunidad para gritarle al grupo de extrema derecha Proud Boys, que ha estado involucrado en violentos enfrentamientos con manifestantes antirracistas: les dijo que se aparten y se mantengan al margen.
En otros tramos, el debate se caracterizó en gran medida por las constantes interrupciones de Trump a Biden, una falta de control establecida por el anfitrión, insultos personales y un enfoque muy débil en la política. Pero, según las encuestas realizadas antes e inmediatamente después del debate, es poco probable que el debate haya servido como una pelea por los votos.
No se espera que la mayoría de las personas cambien de opinión sobre su voto dentro de cinco semanas: una encuesta de la Universidad de Monmouth, antes del debate, arrojó que solo el 13% de los votantes esperaba escuchar algo que influyera en su voto, mientras que una encuesta de CBS después del debate encontró que solo el 6% de los espectadores todavía estaban decidiendo por quién votar.
Autor: Personal de Isabel Togoh.
La nota original en inglés acá.