Tres meses después de dejar el Ministerio de Finanzas para reemplazar a Federico Sturzenegger, Luis Caputo presentó su renuncia a la presidencia del BCRA por "razones personales".
Los rumores de interna con Nicolás Dujovne eran ya vox pópuli y quizás durante la jornada de ayer se notaron más claramente. Los diarios dieron cuenta de que, mientras Hacienda aseguraba (en "off") que el acuerdo con el Fondo ya estaba cerrado con una partida extra de entre US$ 3.000 y US$ 5.000 millones, en el Banco Central auguraban montos de hasta US$ 20.000. El anuncio de que el reemplazante de Caputo será Guido Sandleris, virtual "número dos" de Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda, abona aún más a la teoría de la interna. Que, dicho sea de paso, ya tiene un ganador.
Guido Sandleris, secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda, es, a la sazón, quien lleva adelante la parte técnica de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Por estas horas, Mauricio Macri y Nicolás Dujovne se encuentran en Nueva York con múltiples propósitos pero sobre todo uno: dar certidumbre a los mercados, inversores y gobiernos del mundo que, vía ampliación del acuerdo original con el FMI, Argentina no entrará en default, reducirá a 0 su déficit y permanecerá "alineada al mundo". En este contexto, la pregunta que se impone es la que se hizo la periodista económica Virginia Porcella en Twitter: ¿La renuncia de Caputo sucede "para facilitar" o "en disidencia con" el acuerdo con el Fondó Según las explicaciones del propio Caputo, su renuncia se debe, además de las alegadas razones personales, a las condiciones puestas por el FMI en el nuevo acuerdo (que se anunciaría mañana) respecto de la intervención del BCRA en el mercado cambiario. Si ya no puede intervenir, explicó (también en off) Caputo, no tiene sentido su continuidad. La decisión ya estaba tomada, dijo Caputo, desde hace algunas semanas. Y prueba de ello es que quien representó al Central en las últimas negociaciones con el Fondo no fue él sino Gustavo Cañonero, vicepresidente de la entidad, quien permanecerá en su cargo.
Tres meses
2018 será recordado como el año en que "pasaron cosas" (Macri dixit). La figura de Luis Caputo sirve para entender esta sobreproducción de hechos. Elegido Secretario de Finanzas, fue quien negoció el acuerdo con los holdouts en el amanecer de la administración Cambiemos y uno de los principales referentes de la lluvia de dólares (financieros) que recibió la Argentina al menos hasta fines de 2017. El hombre fuerte que seducía a los mercados, "Messi de las finanzas" y, además, miembro prominente del entorno más íntimo de Mauricio Macri, ganó aún más relevancia en diciembre de 2016 cuando ascendió de secretario a ministro luego de la exclusión de Alfonso Prat Gay. En diciembre del año siguiente, junto con Marcos Peña y Nicolás Dujovne, fue parte de la conferencia de prensa que anunció la modificación en las metas de inflación de Federico Sturzenegger, quien comenzaba a descender en la tabla de decisiones de Cambiemos.
Y un día llegó 2018. Mientras se discutían las tasas de interés del 25%-27% que administraba Sturzenegger, en mayo se produjo el primer salto cambiario y antes de que terminara el mes el dólar ya había pasado de $ 20 a $ 25 y el Gobierno ya había anunciado un memorándum de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional por un acuerdo stand-by. La economía de Nico, Toto & Fede enfrentó el primer chaparrón de la "tormenta financiera" sacrificando reservas y salvando varios supermartes frente a cada vencimiento de las LEBAC. La capacidad de Caputo para seguir atrayendo capitales y ¿el hecho de haber sido el ideólogo del acuerdo con el Fondó le valieron su nombramiento como presidente del Banco Central el 14 de junio de 2018, hace apenas poco más de tres meses.
La incógnita
Dólar a $ 40, tasas en 60%, inflación superando el 40% y un acuerdo con el FMI que necesita ser actualizado puesto que los US$ 50.000 millones originales no alcanzan. Es probable que Luis Caputo no haya planeado dejar la función pública con estos datos en los diarios de todo el mundo y en las conversaciones cotidianas de los argentinos. A primera vista, su renuncia, irónicamente o no, en un supermartes político de paro general, parece menos "consensuada" que la de Federico Sturzenegger e incluso que la de Alfonso Prat Gay. Para sacar el resto de las conclusiones habrá que esperar a mañana, cuando cesen los rumores y se anuncien los detalles del nuevo acuerdo con el FMI.