La pandemia de COVID-19 causó enormes daños personales, económicos y sociales. Cambió una innumerable cantidad de vidas y puso al descubierto la inviabilidad de muchos modelos comerciales. Más allá de eso, trajo un nuevo conjunto de impactos para las empresas de apariencia sólida y principios que guiaron nuestro pensamiento durante décadas.
El virus está acelerando tendencias existentes (como automatización y desigualdad) al mismo tiempo que frena tendencias que habían tomado mucha fuerza hasta hace poco tiempo (como la globalización). La pregunta central de cada reunión virtual de ejecutivos es cómo enfrentar estas consecuencias a corto plazo: desafíos de salud que enfrentan millones de personas y cierre efectivo de las economías y sociedades de todo el mundo.
La firma de consultoría PwC se viene planteando cómo abordar las distintas problemáticas desde una manera integral, por eso hace algunos años diseñó un marco de referencia denominado ADAPT (Asymmetry, Disruption, Age, Polarization and Trust), que describe un mundo donde cuestiones como asimetría, disrupción, estratificación etaria, polarización y confianza cambiaron fundamentalmente la manera en que millones de personas viven y trabajan.
Para Ariel Fleichman, socio de Strategy& de PwC Argentina ya antes del COVID-19, estaba claro que las presiones que surgían de las cuestiones de ADAPT crearían un mundo completamente diferente para 2025 y que las organizaciones tendrían que reconfigurarse para mantener su viabilidad. Acelerados por la pandemia, estos cambios se estarían necesitando antes de lo que esperábamos.
Al reconocer los desafíos que enfrenta el mundo, internalizar las lecciones de la pandemia y desarrollar las herramientas y la tecnología disponible, permite diagramar un nuevo curso de acción apropiado a las nuevas exigencias:
ADAPT: Covid-19 acelera las tendencias que transforman el mundo
Asimetría: Aumento de la disparidad de la riqueza y erosión de la clase media.
· La crisis afectará mayormente a personas carenciadas, regiones de pobreza y países desamparados.
· Aumento del desempleo en la base de la pirámide de riqueza.
· Cierre de pequeñas empresas en una importante escala.
Disrupción: Naturaleza omnipresente de la tecnología y su impacto sobre las personas, sociedad y clima.
· Aumento del poder de las grandes compañías de plataforma tecnológica.
· El cambio climático dejará de estar en el centro de atención en el corto plazo, pero podría transformarse en un tema fundamental en el largo plazo.
Estructura etaria: Presión demográfica sobre empresas, instituciones sociales y economías.
· Menos oportunidades disponibles para los jóvenes.
· Aumento de la presión sobre los sistemas de bienestar social y pensiones.
· Los mercados en desarrollo tendrán dificultades para estimular la creación de nuevos puestos de trabajo.
Polarización: Ruptura del consenso global y crecimiento del nacionalismo y populismo.
· Las economías más basadas en la geolocalización debido a la reconfiguración de las cadenas de suministro.
· La humanidad podría unirse para resolver problemas importantes.
Confianza: Disminución de la confianza en las instituciones que respaldan a la sociedad.
· Aumento del descreimiento basado en sus formas de respuesta desigual.
· Algunas instituciones y líderes superarán la crisis con mejor reputación.
En términos generales, las empresas deberán replantearse sus modelos de operación y estrategias para poder ser lo suficientemente sólidas enfrentando las disrupciones que surjan del marco de trabajo ADAPT. La necesidad del restart puede ocurrir en cualquier momento del proceso de reparación, replanteamiento y reconfiguración. A medida que aumenta la incertidumbre global, este proceso se convierte en la nueva normalidad. Cuando ocurra la próxima crisis, las organizaciones que no han aprendido las lecciones de esta experiencia estarán nuevamente en modo reparación.
El replanteo garantiza la adaptación de las organizaciones de manera que sean más resilientes y exitosas al considerar en el presente aquellos aspectos que ocurrirán en el futuro. Sin embargo, el desafío es llevar a cabo cambios estructurales con los recursos económicos disponibles y focalizándose en la posibilidad de futuras disrupciones significativas, concluyó Ariel Fleichman.