El economista y ex titular del Banco Central opina sobre el acuerdo con el FMI en exclusiva para Forbes. Crecimiento, metas de inflación, ajuste fiscal y el panorama para el 2019, año electoral.
-¿Cuál es su opinión sobre el acuerdo con el FMI? ¿Lo considera necesario, imprescindiblé
-La sorpresiva decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional se enmarcó en un error común en los hacedores de políticas públicas: confundir los fenómenos transitorios con aquellos que son permanentes. Al analizar los niveles de liquidez mundial, se observa una expansión monetaria que se ha cuadruplicado en los últimos siete años. Sin duda, estamos en presencia de mercados con alta volatilidad, con cierres parciales de oportunidades de financiamiento, pero de ninguna manera de fenómenos definitivos. El acuerdo final con el Fondo Monetario Internacional genera nuevo oxígeno financiero. No obstante, las condiciones del acuerdo implican desafíos hacia delante muy importantes, especialmente por sus impactos en el crecimiento económico. Los US$ 50.000 millones comprometidos representan once veces la cuota argentina con el organismo. Así, nuestro país es uno de los que convalida un mayor acceso en relación a su cuota, en línea con la ayuda provista a Portugal en 2011 (EFF, 12 veces su cuota) y a Grecia en 2010 (Stand-By, 11 veces su cuota).
-¿De qué manera condiciona el acuerdo al año y medio de gobierno que le queda a Macrí
-El tema central será la discusión del presupuesto que convalidará en forma específica los recortes necesarios para cumplir el objetivo. Las discusiones serán trascendentes, aunque entendemos que probablemente se alcanzará la Ley de Presupuesto para el ejercicio 2019. Por lo demás, se configura un escenario de menor crecimiento, alta inflación y mayor ajuste fiscal. El acuerdo con el FMI se debe complementar con un plan integral para el crecimiento económico para que los esfuerzos en el horizonte no sean en vano.
-¿Cuáles considera los aspectos positivos de este acuerdó
-Un Banco Central más independiente es un paso en la dirección correcta. La autoridad monetaria ya no estará obligada a realizar enormes esfuerzos de absorción como contrapartida del financiamiento al Tesoro directo e indirecto. Hacia delante, queda implícito el rol de intervención en el Ministro de Finanzas, quien administrará los dólares conseguidos vía financiamiento. Además, se anunció que el Tesoro iniciará un proceso de recompra de Letras Intransferibles al Banco Central (al 2021 se habrá cancelado deuda por u$s 25 mil millones). En línea con la importancia de desarmar la bola de nieve de las LEBACs, la entidad monetaria utilizará estos pesos para recomprar LEBACs, reduciendo así su stock de pasivos de corto plazo.
-¿Cómo ve el panorama hacia el 2019, año electoral?
-Para 2018 y 2019 con mi equipo de Fundación Capital proyectamos una desaceleración pronunciada con un alza de la actividad económica del 0,8% i.a. y del 1% i.a., respectivamente. Por ende, es necesario complementar los anuncios con incentivos para promover la actividad económica poniendo en marcha el consumo, la inversión y el sector externo. También observaremos impactos negativos en la inversión de la mano de una reducción en los gastos de capital, que no pueden ser reemplazados por los PPP ya que estos demorarán en su activación. En materia de inflación, destacamos que el acuerdo abandona las metas de 2018 y buscará una inflación por debajo del 22% para los próximos 12 meses con una meta del 17% para fines de 2019. Nuestras perspectivas se acercan al 30% para 2018, estimando un 28% hacia fin de año. Un menor dinamismo del empleo y una caída del salario real tendrán efectos sobre los registros de pobreza e indigencia a partir de la segunda mitad del año. Si bien el programa con el FMI incluye la posibilidad de ampliar los gastos sociales en hasta 0,2 puntos del PBI, difícilmente neutralice los impactos sociales.