El flamante ministro de Economía brindó una conferencia de prensa para describir los principales lineamientos de su plan económico y presentar a su equipo. Sus prioridades: la negociación con los acreedores, la reactivación productiva con foco en la cuestión social y "tranquilizar la economía".
"Lo que venimos a hacer aquí es resolver una profunda crisis. La marcoeconomía está en un estado muy frágil", explicó luego de saludar a los periodistas, en una sala que ya estrenó nuevo slogan en sus pantallas led: "Argentina unida". Guzmán, de 37 años y con una destacada formación académica, le agradeció al presidente la responsabilidad encomendada, que resumió en "un plan para frenar la caída".
Luego de repasar los magros números de la administración saliente y su plan económico (“una apuesta irresponsable”), afirmó que su gestión estará guiada por la consistencia macroeconómica, “sin dogmas” ni “promesas rimbobantes”. Dijo que “2020 es un año en el que no se puede hacer un ajuste fiscal”, con la gravedad de que Argentina no tiene acceso al financiamiento externo: “Lo reconocen los mercados, y lo sabe el Gobierno saliente”; “el país está en un virtual default”. Si bien no precisió detalles sobre una virtual cesación de pagos frente a un cronograma muy exigente, afirmó que ya inició la negociación con el FMI y que espera iniciar prontamente una serie de “consultas” con los acreedores privados, con quienes pretende entablar una “relación constructiva”. Pero “no vamos a permitir dilatar el problema para entrar en una situación de más ajuste”, aclaró. Uno de sus anuncios más destacados en ese sentido fue el armado de una unidad ad hoc de su cartera que llevará por nombre “Gestión de la Sustentabilidad de la Deuda”, y un comité asesor formado por ex secretarios de Finanzas (aún no se conocieron los nombres).
Guzmán confirmó lo conocido esta tarde: que hace dos semanas, se había reunido en secreto con Kristalina Georgieva, la titular del FMI. Una reunión de la que además participó Luis Cubeddu, el economista venezolano que a principios de noviembre reemplazó a Roberto Cardarelli, el italiano a cargo de la misión del organismo en Argentina. Mañana, informaron desde el organismo, el vocero del FMI, Gerry Rice, brindará información sobre el contenido de esa reunión.
“La situación de la deuda es insostenible”, dijo Guzmán, y en línea con Alberto Fernández, indicó que “no tiene sentido recibir más desembolsos a efectos de servir la deuda en una situación como la actual”. Y aclaró: “Si el FMI estuviese dispuesto a prestarle a Argentina para inversiones públicas que sirvan para el sector transable, sería bienvenido. No hay un dogma aquí. Pero dadas las restricciones, no tiene sentido”. En línea con su presentación ante la ONU en Ginebra (de la que aclaró que “es una ponencia académica y no tiene que ver necesariamente con mi posición como ministro”), sostuvo que la sostenibilidad de la deuda será tal en función de la capacidad de pago, que solo podrá conseguirse creciendo.
En ese sentido, el ministro anunció que enviará un proyecto de ley de “solidaridad y reactivación productiva” para ser tratado durante las sesiones extraordinarias del Congreso en lo que resta de diciembre. Sobre ese plan, explicó que “sostener una expansión con emisión desestabilizaría a la macroeconomía”. “No contamos con los recursos para hacer una expansión económica fuerte”, dijo, pero subrayó que “en el centro está la cuestión social y los sectores que están en una mayor vulnerabilidad”.
Sobre la inflación, repitió que no haría promesas incumplibles, y que espera iniciar “un proceso paulatino pero consistente de desinflación. La inflación distorsiona la economía, pero no se puede atacar solo con política monetaria”. Por otro lado, afirmó que “Argentina debe reconstruir su reputación con un plan macro consistente con el nuevo perfil de deuda”. Para esto, dijo Guzmán, el país deberá indicar un “sendero de superávits fiscales primarios y resultados comerciales consistentes”.
Uno de los leitmotiv de su exposición fue el llamado a tranquilidad, y atribuyó a “una extrema ansiedad del gobierno” su decisión de instalar el cepo. “Seguiremos igual en lo inmediato”, afirmó, y no dio más precisiones sobre la política cambiaria.
El equipo
Guzmán presentó a su equipo, que estará integrado por los secretarios de Hacienda, Raúl Rigo; de Finanzas, Diego Bastourre; de Política Económica, Haroldo Montagu y de Política Tributaria, Roberto Arias. En la Unidad de Relaciones Internacionales estará Maia Colodenco.