Un informe elaborado por el World Economic Forum, en colaboración con Marsh McLennan, SK Group y Zurich Insurance Group, hizo un análisis respecto a la percepción de riesgos globales (GRPS) en el corto y largo plazo a nivel mundial. El documento, rotulado como "Riesgos Globales del 2022", presentó los últimos resultados de la investigación en la que los encuestados percibieron que en los últimos dos años se incrementaron los riesgos sociales vinculados a la erosión de cohesión social, crisis de formas de subsistencia y deterioro de la salud mental.
El informe de este año resalta la problemática de la divergencia global, que se da a propósito de la pandemia y que constituye el riesgo de profundizar su impacto negativo, al crear tensiones dentro y fuera de las fronteras.
Por otro lado, aumenta el riesgo de complicar la coordinación necesaria para abordar los desafíos comunes, incluidos el fortalecimiento de la acción contra el cambio climático, la mejora de la seguridad digital, la restauración de las formas de subsistencia y la cohesión social, y el manejo de la competencia en el espacio.
Consultado por Forbes Argentina, Guido Saab, Magíster en Relaciones Económicas Internacionales (UBA) y Consultor de Asuntos Públicos en Llorente y Cuenca (LLYC), explica que esto acontece en el marco de la crisis del orden liberal, "la cual ha nos ha llevado a vivir en un mundo con poco orden, menor calidad democrática y un preocupante reverdecer de los nacionalismos, del proteccionismo y del populismo".
"El telón de fondo es la frustración económica de vastos sectores de la sociedad occidental, sumado al drama de la inmigración ilegal, la amenaza terrorista y, más recientemente, el flagelo de la pandemia que retroalimenta la recesión y la incertidumbre", agrega el especialista quien, a su vez, completa: "Vamos hacia una difusión del poder y a una creciente complejidad de la globalización, lo que resulta en un orden mundial más azaroso, confuso y mezquino".
En este contexto -refuerza- "la naturaleza de todos los problemas globales demanda una acción ampliamente consensuada y eficaz de los principales actores del orden internacional. Se necesita más y mejor globalización para resolver los problemas globales, ya que nunca el mundo estuvo tan interconectado y nunca fue tan frágil como en este momento".
Entre los múltiples datos relevantes que señala el GRR, se destacan:
- Las crisis de deudas y las confrontaciones geoeconómicas están entre los riesgos más graves de los próximos 10 años.
- En los 52 países más pobres (hogar del 20 % de las personas del mundo), solo el 6% de la población había sido vacunada en el momento en que se elaboró este informe .
- Para 2024, las economías en desarrollo (excepto China) habrán caído en un 5,5% por debajo del crecimiento esperado de su PIB previo a la pandemia, mientras que las economías avanzadas lo habrán superado en un 0,9 %, ampliando la brecha mundial de ingresos.
- La tasa de emisiones de GHG aumentó más rápido en el 2020 que el promedio de la última década.
El caso particular de la Argentina
Según el informe, En la Argentina los riesgos más importantes expuestos por el informe fueron:
1) Un prolongado estancamiento económico
2) Crisis de empleo y subsistencia
3) Colapso del Estado
4) Fracaso para estabilizar las trayectorias de precios
5) Desigualdad digital
Tanto para la Argentina, como la región y el mundo, una recuperación económica divergente amenaza la colaboración para enfrentar los desafíos globales.
Desde el World Economic Forum entienden que hay muchos países con rápida vacunación, transformación digital exitosa y nuevas oportunidades de crecimiento que aceleran el retorno a la tendencia previa a la pandemia y a un futuro resiliente. Sin embargo, "muchos otros países se verán retenidos precisamente por sus bajas tasas de vacunación, las intensas y continuas exigencias en los sistemas de salud, la división digital y los mercados laborales que se estacan", destacan. Así, la pandemia y su impacto continúa dificultando la capacidad de los países para facilitar una recuperación sostenida.
Las repercusiones económicas se suman a los desequilibrios del mercado laboral, el proteccionismo y la ampliación de las brechas digitales, educativas y de habilidades que corren el riesgo de dividir el mundo en trayectorias divergentes.
Las presiones nacionales harán que sea más difícil para los gobiernos enfocarse en las prioridades a largo plazo y limitará el capital político asignado a las preocupaciones globales.
La erosión de la cohesión social es una de las principales amenazas a corto plazo en 31 países del G20, incluidos Argentina, Francia, Alemania, México y Sudáfrica. Ahora se espera que aumenten las disparidades que ya eran un desafío para las sociedades (se prevé que 51 millones más de personas vivan en pobreza extrema en comparación con la tendencia previa a la pandemia) lo que amenaza con aumentar la polarización y el resentimiento social.
Al mismo tiempo, las presiones locales amenazan con causar posiciones de interés nacional más fuertes y un empeoramiento de las fracturas en la economía global, a expensas de la ayuda y cooperación internacional.
Migración: las barreras al riesgo de movilidad
La creciente inseguridad resultante de las dificultades económicas, los impactos cada vez más intensos del cambio climático y la inestabilidad política, ya están obligando a millones de personas a dejar sus hogares en busca de un mejor futuro en el extranjero.
La migración involuntaria es una de las principales preocupaciones a largo plazo para los encuestados en la GRPS. El 60 % ven el área de migración y refugiados como un espacio en el que los esfuerzos de mitigación internacional no parecen estar iniciados o tienen un desarrollo inicial.
Récord histórico: En 2020, más de 34 millones de personas se desplazaron al extranjero a nivel mundial. Sin embargo, en muchos países, los efectos persistentes de la pandemia, el aumento del proteccionismo económico y las nuevas dinámicas del mercado laboral generan mayores barreras para la entrada de migrantes que buscan oportunidades o refugio.
Estas barreras y su efecto indirecto sobre las remesas (un sustento crítico para algunos países en desarrollo) corren el riesgo de excluir una posible vía para restaurar los medios de subsistencia de las personas, mantener la estabilidad política y reducir las brechas laborales y de ingresos.
Al momento de elaboración de este reporte, Estados Unidos enfrentaba una situación con más de 11 millones de puestos de trabajo vacantes en general y la Unión Europea, con un déficit de 400 mil conductores en la industria del transporte (camiones).
En los casos más extremos, las crisis humanitarias empeorarán ya que a los grupos vulnerables no les queda más opción que embarcarse en viajes peligrosos.
En el 2021, 4.500 migrantes, incluidas familias y niños, fallecieron o desaparecieron durante el viaje. Las presiones de la migración exacerbarán las tensiones internacionales si se utiliza cada vez más como instrumento geopolítico. Los gobiernos de los países de destino tendrán que gestionar las relaciones diplomáticas y el escepticismo de los inmigrantes entre sus poblaciones.