Días atrás, el Gobierno anunció la puesta en marcha de un plan para controlar los precios de 1.432 productos de la canasta de consumo masivo. En los últimos años, el control de precios parece haber vuelto con más fuerzas entre las políticas implementadas para intentar frenar la inflación. Y ahora le llegó el turno a los medicamentos. Por eso, desde IDESA, hicieron un repaso por la historia económica Argentina recapitulando las ocasiones en las que se utilizó este instrumento.
En el año 1952 tenemos el primer ejemplo de la aplicación de un control de precios durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón. Se creó la Comisión Nacional de Precios y Salarios, acompañada de una política de reducción del gasto público. Luego, en 1967, durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía se aplicó un congelamiento de precios principalmente a productos industriales y de salarios.
Con el Plan de Gelbard en 1973 se promovió un pacto social entre sindicatos, empresarios y gobierno donde a cambio de un gran aumento salarial se postergaron las negociaciones colectivas por 2 años y prevalecieron los controles de precios. En la última dictadura militar, en 1977, Martinez de Hoz estableció lo que se conoció como la tregua de precios por 120 días, acompañado por una reforma financiera.
Así llegamos a 1985 con el Plan Austral durante el gobierno de Raúl Alfonsín, que combinaba medidas fiscales, monetarias y un novedoso método de desindexación en conjunto con el congelamiento de precios y salarios. Más adelante en el tiempo, durante el gobierno de Néstor Kirchner en el 2006 se produjeron acuerdos de precios en productos de la canasta básica durante 3 meses, que luego se extendió a todo el año.
Los casos más recientes
Fueron durante los gobiernos de Cristina Kirchner, donde se instauraron los precios cuidados, y en el último año de gobierno de Mauricio Macri, donde se realizó un acuerdo con empresas por los “productos esenciales”. El año pasado, frente a la situación de pandemia, Alberto Fernández estableció el programa de precios máximos que buscaba mantener los precios constantes a los que regían antes de la cuarentena.
"La naturaleza de los acuerdos y controles de precios es que actúan sobre la consecuencia y no sobre la causa. Además actúan transitoriamente. Es similar a tener una fractura donde se toma un analgésico de efecto transitorio hasta tanto se concurre a un médico para que trate la misma", sostiene desde IDESA.
"Los acuerdos y controles de precios son los analgésicos. Para erradicar la inflación se debe estructurar un plan integral de reordenamiento del sector público donde se debe equilibrar las cuentas públicas con una presión tributaria tolerable y profesionalizar su gestión para dar servicios públicos de alta calidad", finalizan.