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Lo que nadie cuenta del lado oscuro de los Juegos Olímpicos de Tokio

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Su alto costo, las enormes deudas que deja, la infraestructura posteriormente abandonada, el oportunismo político y la corrupción; seis ejes que atraviesan el "dark side" de uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial.

6 Agosto de 2021 14.41

Los Juegos Olímpicos generan mucho entusiasmo por ver a los mejores deportistas del planeta. Sin embargo, la gestión de los Juegos Olímpicos ha generado controversias a través de los años y aquí te presentamos algunos datos controversiales a tomar cuenta:

El alto costo de los Juegos Olímpicos

Con base en datos presentados por la University of Oxford en Inglaterra, los Juegos Olímpicos generan un alto costo debido a la gestión de sus operaciones, la creación de las instalaciones olímpicas, y al desarrollo de infraestructura de soporte. Por ejemplo, para Tokio 2020 se construyeron o modernizaron alrededor de 43 sedes olímpicas, tales como un estadio de futbol, una villa olímpica, o un centro acuático. Esto resulta en inversiones costosas para los países sede. Por ejemplo los Juegos Olímpicos de Verano en Londres del 2012 tuvieron un costo de US$ 14,957 mil millones.

 De la misma manera, los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi 2014 presentaron un costo de US$ 21,9 mil millones. A la espera de estudios oficiales, Tokio 2020 podría superar hasta los US$ 25 mil millones, convirtiéndolos en los juegos más caros en la historia de las Olimpiadas. Desafortunadamente para Tokio 2020 se presentó la pandemia, y el costo estimado de la demora de un año rondó cerca de los US$ 2 mil millones. La pregunta que se genera cada cuatro años es si los Juegos Olímpicos son económica y socialmente rentables para los países sede. Desafortunadamente, los últimos juegos económicamente rentables fueron los de Los Angeles 1984.

El largo tiempo para poder pagar la deuda de los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos de 1976 se celebraron en Montreal, Canadá. Dichos Juegos Olímpicos, con base en datos presentados por el investigador danés Bent Flyvbjerg, generaron un sobre costo del 720% en relación con el plan inicial. Fue tan alta la inversión y el sobrecoste generado, que el gobierno de Canadá reportó que tardaron 30 años en pagar la deuda generada por dichos Juegos Olímpicos. Los sobrecostos provienen de varias fuentes, por ejemplo de la construcción de las instalaciones olímpicas. Un ejemplo de esto fue la construcción del Estadio Olímpico de Montreal, el cual pasó de costar US$ 486 millones a US$ 1,400 mil millones canadienses. 

De la misma manera, para Tokio 2020, se reportó que el Centro de Gimnasia paso de costar de US$ 81 a US$190 millones. La University of Oxford reporta que de forma global, todos los Juegos Olímpicos desde 1960 han generado sobrecostos, con promedio del 172%, el cual es el mayor exceso registrado para cualquier tipo de mega evento el mundo. 

Como es de imaginarse, los Juegos Olímpicos generan deudas eternas, y también han sido factor principal de recesiones económicas. Tal es el caso de Atenas 2004, donde el gobierno griego declaro públicamente que la deuda generada por los Juegos Olímpicos del 2004 los llevó a una crisis económica nacional más profunda durante la crisis mundial del 2008. Para pagar parte de su deuda, el gobierno griego decidió años después vender algunas de sus islas paradisiacas y puertos marítimos, muchos de estos ahora pertenecientes a inversionistas alemanes.

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La Infraestructura abandonada después de los Juegos Olímpicos

La construcción de las instalaciones olímpicas es bastante costosa para los países sede. Por ejemplo, el gobierno de Japón ha reportado que el nuevo estadio olímpico de Tokio tuvo un costo de alrededor de US$ 1,4 mil millones. De forma similar, el estadio olímpico de Londres presentó un costo cerca de los US$ 700 mil millones. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que muchas de estas instalaciones costosas terminan abandonas después de algunos años.

 Un ejemplo de esto ha pasado en Atenas 2004, donde la arena de voleibol de playa y el estadio olímpico de hockey han sido totalmente abandonados. O en Brasil 2016 donde algunos estadios de futbol se usan como estacionamientos o para eventos de cumpleaños. A este tipo de recintos abandonados se le conoce como “Elefante Blancos” debido a su alto costo y su poca utilidad en el largo plazo. Tristemente, los elefantes blancos parecen ser un común denominador en la historia de los Juegos Olímpicos, con excepción de algunas sedes como Barcelona 1992 o Londres 2012.

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Al alba o el ocaso de los políticos gracias a los Juegos Olímpicos

La política y los Juegos Olímpicos siempre han tenido un vínculo estrecho. En muchos casos los funcionarios públicos han utilizado este mega evento como plataforma para beneficios políticos y propios. Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el exalcalde de Londres Boris Johnson, utilizo los juegos para promover su carrera política. Su punto cumbre llegó cuando se quedó colgado, por algunos minutos, de una tirolesa durante un acto promocional. 

Años después Boris Johnson recogió los frutos de los Juegos Olímpicos y llegó a ser nombrado el actual primer ministro del Reino Unido en el 2019. Por el contrario, el rol mediático y político han resultado también en desastres. Un ejemplo de esto se dio para los recientes Juegos Olímpicos de Tokio, el ex primer ministro de Japón y presidente del Comité Organizador de Tokio 2020 generó una polémica debido a comentarios sexistas, lo cual provocó su renuncia forzada de la junta directiva. Como podemos imaginar, no todo ha sido un juego limpio en los Olímpicos, especialmente dentro de las esferas políticas, las cuales utilizan los juegos para sus beneficios propios.

La corrupción en los Juegos Olímpicos

La construcción es unos de los sectores más corruptos alrededor del mundo. Desafortunadamente, este cáncer social ha alcanzado la organización de los Juegos Olímpicos. El ejemplo más evidente de esto se dio en Brasil 2016 donde la empresa de construcción brasileña Odebrecht declaró públicamente haber ganado ilícitamente varios contratos de construcción para Brasil 2016. 

En especial, Odebrecht trabajo directamente en el desarrollo del parque olímpico, una extensión de la línea del metro, y la remodelación de la zona portuaria de Río. Además, Odebrecht admitió ser parte de un cartel de corrupción para la construcción de estadios de fútbol de la Copa del Mundo de Brasil 2014. El escándalo no paró ahí. Dicha empresa fue declarada culpable de haber sobornado a funcionarios públicos, a cambio de favorecerlos en contratos de construcción, en más de 10 países latinoamericanos, incluyendo México, donde las investigaciones siguen abiertas.

Estos son solo algunas de las controversias generadas históricamente en la realización de los Juegos Olímpicos, que sin lugar a duda manchan la integridad del deporte mundial. Afortunadamente para el Comité Olímpico Internacional, las hazañas de los deportistas han logrado encubrir de alguna manera el “dark side” de los Juegos Olímpicos.

Por El Dr. Marcos Fuentes para Forbes México

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