Los “hisopos rápidos” de Italia, pruebas de coronavirus que dan un resultado en menos de 30 minutos, han sido aprobados para su uso en las escuelas. Se espera que esto evite que los estudiantes tengan que ser enviados a casa mientras esperan el resultado del examen. Sin embargo, algunos pediatras están preocupados por los efectos físicos y psicológicos de las pruebas continuas.
La medida ha sido aclamada por las autoridades sanitarias como un paso decisivo para controlar el virus. "Con el aumento de casos y la apertura de escuelas necesitamos hacer más y obtener resultados más rápido", dijo el martes el ministro de Salud, Roberto Speranza. "Esto puede ayudarnos a mantener la ventaja, desde el punto de vista del número de contagios, que tenemos hoy sobre otros países".
También significará menos interrupciones en las escuelas. Actualmente, un estudiante con sospecha de coronavirus debe permanecer fuera de la escuela hasta que se haya sometido a una prueba de COVID-19 y haya recibido un certificado médico que confirme un resultado negativo. A veces, esto puede significar varios días fuera de la escuela para el niño.
Si se confirma un caso positivo de coronavirus, toda la clase, el maestro y cualquier personal que pueda haber estado en contacto con el estudiante infectado son enviados a casa durante 14 días de cuarentena. Desde que las escuelas reabrieron el 14 de septiembre, se informó que se han enviado 650 clases a casa debido a un caso confirmado de coronavirus, mientras que algunas escuelas han estado cerradas durante un día para realizar una limpieza adicional.
Efectos físicos y psicológicos
A pesar de la posible reducción de las interrupciones escolares, algunos pediatras están descontentos con la decisión de utilizar hisopos en los escuelas. La prueba rápida requiere que se inserte un hisopo de algodón en las fosas nasales y la garganta, una experiencia que es incómoda e incluso dolorosa.
El profesor Gian Vincenzo Zuccotti, director de la Clínica Pediátrica del hospital Buzzi de Milán, habló de las repercusiones de un uso excesivo de los hisopos en los menores. “Estamos recién en septiembre y lo que estamos presenciando, digo como pediatra, es un abuso de hisopos nasofaríngeos, tanto es así que los especialistas en oído, nariz y garganta ya están reportando lesiones en esas zonas”, advirtió el profesor Zuccotti.
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Además de las lesiones físicas, existe una creciente preocupación por el impacto psicológico de las pruebas periódicas. El profesor Zuccotti advirtió a las escuelas que las pruebas podrían causar un trauma psicológico grave en los niños, quienes comenzarían a asociar el ambiente escolar con la “tortura” del hisopo. “No podemos someter a los niños a pruebas continuas para que los adultos nos sintamos cómodos. Los estamos traumatizando ”, dijo.
Autor: Rebecca Ann Hughes
Nota publicada en Forbes US.
