A principios de este año, Kylie Jenner vendió la mitad de su compañía de cosméticos en uno de los acuerdos más lucrativos para una celebridad de todos los tiempos. Pero la letra chica revela una historia de mentiras y números falsos.

La máquina Kardashian-Jenner ?y la plata que generá ya fue tema de notas, podcasts y hasta libros. Pero a nadie le importa más que a la propia familia, que lleva años peleando con Forbes para que la pongan más arriba en nuestras listas anuales de fortunas y ganancias de celebridades.

Entonces, cuando la más joven del clan, Kylie Jenner, vendió el 51% de su empresa Kylie Cosmetics al gigante de la belleza Coty en una transacción tasada en US$ 1.200 millones en enero, fue un momento crucial para la familia y uno de los mayores triunfos financieros alcanzados por una celebridad.

Pero una verdad menos halagüeña se advierte en la letra chica del acuerdo. Documentos presentados ante las autoridades en los últimos seis meses por Coty, que cotiza en bolsa, exponen uno de los secretos mejor guardados de la familia: la empresa de Kylie es mucho más chica y menos rentable de lo que la familia les insinuó durante años a la industria cosmética y la prensa (incluida Forbes).

Naturalmente, es de esperarse de la familia que perfeccionó ?y después monetizó? el concepto de ser “famosa porque es famosa” recurra a mentiras piadosas, omisiones y puros inventos. Sin embargo, de manera parecida a la obsesión que tiene Donald Trump hace décadas por su fortuna personal, los extremos a los que están dispuestos a llegar los Jenner ?invitaron a Forbes a sus mansiones y las oficinas de sus contadores e incluso crearon declaraciones juradas que probablemente sean falsas? revelan la desesperación de algunos ultrarricos por parecer incluso más ricos.

Con base en este dato nuevo ?y el impacto de la COVID-19 en las acciones de las empresas de belleza y el gasto en consumó, ahora Forbes estima que la fortuna de Kylie Jenner, incluso tras embolsar la cifra estimada de US$ 340 millones después de impuestos con la venta, no llega a los US$ 1.000 millones.

El origen

Tras ganar US$ 250.000 como modelo, con patrocinios y sus apariciones en Keeping Up With The Kardashians, Kylie lanzó su primera tanda de 15.000 kits para labios, que contenía un delineador de labios y un labial a tono, en noviembre de 2015. Gracias a un marketing astuto por Instagram, esos kits de US$ 29 se agotaron en menos de un minuto. “Antes de que actualizara la página, estaba todo agotado”, le contó ella a Forbes.

Para fines de 2016, Kylie ya tenía decenas de productos nuevos y se había hecho famosa por su ascenso meteórico en la industria de los cosméticos. Unos meses después de que su hermana Kim Kardashian West llegara a la tapa de Forbes en julio de 2016, los publicistas de Jenner lanzaron una campaña para “darle una tapa de Forbes a Kylie”. La empresa había recaudado US$ 400 millones en sus primeros 18 meses de actividad, afirmaron, con una ganancia personal de US$ 250 millones para Kylie. Cuando les pedimos pruebas, abrieron sus libros contables. En reuniones en el palacio de Kris Jenner en Hidden Hills, California, y la oficina de sus contadores, que queda cerca, le mostraron a Forbes declaraciones juradas de US$ 307 millones en ingresos para 2016 y un ingreso personal de más de US$ 110 millones para Kylie en ese año. Tras consultar a una serie de analistas y expertos de la industria a los que las afirmaciones de los Jenner también les parecían inviables, acordamos una estimativa más razonable para nuestra Celebrity 100 de 2007: US$ 41 millones en ganancias para Kylie, que le alcanzaron para llegar al puesto 59. Kris estaba “muy frustrada”, replicaron los RR.PP. de los Jenner. “Hicimos mucho”.

Para mediados de 2018, cuando Forbes se puso a calcular la fortuna de Kylie para nuestra lista de las mujeres self-made más ricas, la opinión de la industria sobre la empresa de Kylie había cambiado. Los Jenner nos pasaron su propia cifra: los ingresos habían aumentado 7% en 2017, dijeron, y llegado a US$ 330 millones. Gracias a su éxito instantáneo ?certificado por fuentes de la industria y aquellas declaraciones juradas?, Kylie apareció en la tapa de la revista Forbes en julio de 2018, en el puesto 27º de nuestra lista de las mujeres self-made más ricas. Con 20 años, tenía una fortuna de US$ 900 millones, estimamos, y pronto se convertiría en la multimillonaria self-made más joven de la historia.

“Gracias por esta nota y el reconocimiento”, escribió Kylie en Instagram.

Si quedaban dudas de que Kylie había llegado a los US$ 1.000 millones, parecieron evaporarse en noviembre de 2019, cuando Coty ?cuyos ingresos ascienden a US$ 8.600 millones?, anunció que compraría el 51% de Kylie Cosmetics por US$ 600 millones, con lo cual tasaba la empresa en unos US$ 1.200 millones.

Los analistas se mostraron escépticos inmediatamente. Parecía que Coty estaba pagando demasiado por la marca de una celebridad que podría terminar siendo una moda pasajera. Otro preguntó cómo podía asegurarse Coty de que Kylie mantuviera su compromiso a promocionar la empresa en el futuro. Resulta que la empresa era mucho más chica. Tanto, que no había forma de que las cifras que habían pasado los Jenner fueran correctas.

Una explicación más probable es que la empresa nunca fue tan grande y los Jenner vienen mintiendo desde 2016 ?al punto de hacer que su contador armara declaraciones juradas con números falsos? para inflar las estimativas de Forbes sobre las ganancias y la fortuna de Kylie. Si bien no podemos probar que esos documentos son falsos (aunque es probable que sí), está claro que Kylie y compañía anduvieron mintiendo.

Autores: Chase Peterson-Withorn y Madeline Berg

Leé la nota completa (en inglés) acá.