"No estaba dispuesto a ir a un rumbo de estado policíaco". Una de las primeras frases que dejó la entrevista de Luis Lacalle Pou en Palabra de Leuco giró en torno a su convicción de que una cuarentena como la que ha llevado Argentina para combatir la pandemia lejos está de los ideales que sostiene Uruguay como país.
El presidente uruguayo no sólo desmanteló su reticencia a un confinamiento estricto, sino que argumentó basándose en la relación que tiene el ciudadano de Uruguay con la libertad, para quien -sostuvo- se trata de un "bien muy preciado" que en las difíciles "lo defiende" como nunca.
Diferenciándose así del modelo argentino, explicó que el éxito de su país frente al Coronavirus estriba en la "cuarentena flexible" que se llevó a cabo, donde primó la "responsabilidad ciudadana" por sobre cualquier aspecto.
"Pregunté: ¿alguien está dispuesto a ir conmigo a detener al que yo le compro leña porque está tratando de hacer el peso? ¿no somos capaces en Uruguay de apelar al cuidado personal y colectivo? Y el uruguayo dio una gran demostración", reveló el mandatario, ejemplificando con palabras la esencia de su pensamiento.
"Me resultaba muy difícil hablar de democracia y de los derechos humanos teniendo al dictador Maduro enfrente"
Entre marzo y abril, Uruguay experimentó un fuerte cese de actividades. Para Lacalle Pou, ese parate fue fundamental para evitar los contagios masivos y agregó que, con esas condiciones como base, "el Estado pudo contener rápidamente la aparición de brotes aislados en lugares específicos e ir reactivando progresivamente la economía".
La pandemia y su forma de tratarla no es el único aspecto que ha colocado a Lacalle Pou y Alberto Fernández en veredas opuestas. El presidente uruguayo no disimuló su descontento hacia el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. De hecho, el día de su asunción prescindió de contar con la presencia del mandatario venezolano, a quien trató de "dictador".
Para explicar por qué había tomado esta decisión, Lacalle Pou habló de un "sesgo democrático" y agregó: "No hay que confundir las relaciones diplomáticas entre los estados y la asunción de un presidente de la república. A mí me resultaba muy difícil hablar de democracia y de los derechos humanos teniendo al dictador Maduro enfrente. Esa fue una opción de la que yo me hago responsable personalmente".
Alberto Fernández no ha condenado públicamente a Maduro aunque sí ha puesto en tela de juicio sus "decisiones arbitrarias". Así se expresaba el presidente argentino en una entrevista con Le Monde, algunos meses atrás, remarcando que su homólogo venezolano "había puesto en peligro el estado de derecho".
En este sentido, Lacalle Pou sentenció el accionar argentino, esgrimiendo que "si cada vez que hay un cambio de gobierno que signifique un signo distinto ideológico, las relaciones tienen algún tipo de distorsión, estamos complicando a nuestros pueblos".