Para Juan Curutchet, presidente del Banco Provincia, ya se notan algunos beneficios de la devaluación aunque aún no se conoce el impacto en la economía real.
Gran parte del análisis retrospectivo de la corrida cambiaria de hace dos meses ?que llevó el tipo de cambio de $ 20 a $ 28, y más recientemente a $ 30? apunta al 8 de mayo, cuando Mauricio Macri anunció que se inciarían las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un nuevo acuerdo que asegurara financiamiento, como el día en que la preocupación por el dólar y la crisis financiera llegó “a la calle” y alertó a los ahorristas minoristas. Sin embargo, Juan Curutchet, presidente del Banco Provincia desde diciembre de 2015, asegura que sus estadísticas muestran algo distinto: “Fue dos días antes del anuncio. Se notó en la demanda de los tipos de Chivilcoy, Dolores, Chacabuco, la paranoia por un montón de disparates que se decían. El anuncio del acuerdo con el FMI hace tomar conciencia de que hay una situación comprometida, esa es la significación que tuvo, y no sé si es malo que se tome mayor conciencia”.
¿Ya estás más tranquiló
La verdad es que no estaba tan intranquilo o afectado en su momento, ni ahora tan ligero. Porque ahora vamos a ver las consecuencias de la situación: si perdura este ciclo, cuántos meses...
¿Creés que la turbulencia ya pasó definitivamenté
A esta altura el tema cambiario parece terminado. Lo que no está claro, porque aún es muy pronto, es la magnitud del impacto en la economía real. Eso lo tenemos que ver, y por lo tanto también cuándo empieza el ciclo de recuperación, que va a seguir como resultado natural de la estabilización.
La recuperación, entonces, para vos es segura.
Ya tenés gente con un buen escenario, que son los exportadores, el sistema energéticó Hay gente a la que la ecuación le mejoró para bien, pero hay mucha más visibilidad de aquellos que están con dificultades de ventas, de empleo. Es bastante asimétrico lo que uno está viendo, porque tiene más visibilidad el que está estresado que el que está contento, que casi por pudor no dice “che, este esquema es mucho más razonable”.
Como pasó en 2016-2017. ¿Se repite el ciclo de impacto devaluación-tarifas y recuperacióñ
Sí, pero es distinto porque la economía este año venía a todo vapor hasta abril, todos los sectores venían con buen crecimiento. Tuvimos el freno y ahora hay que ver qué se recupera rápido y qué tarda más. Lo curioso es que cuando se haga ese balance anual, en general, en muchos sectores va a dar bastante razonable, pero en el mix va a tener un componente importante del primer semestre.
Además está el impacto de la sequía...
Sí, en realidad cualquier estadística hay que desestacionalizarla con eso, ¿nó En las estadísticas que salen hoy en los diarios el impacto es descomunal. La paradoja es que después va a dar un contraste muy positivo.
Claro, el año que viene el campo vuela. ¿Coincidís con el Gobierno en que se vuelve a crecer en el cuarto trimestré
Creo que hay un amplio consenso político y económico de que es bueno a nivel nacional no tener un dólar depreciado. Entonces, si mantenemos el esquema actual de reglas a lo largo de los años, puede ser que sea más sano porque, además, Argentina necesita recuperar dinámicas exportadoras.
¿Decís que el tipo de cambio más alto es más sano para la economíá
Sí, es más sano. Pensá que en agosto del año pasado la pregunta difícil de contestar era la apreciación del peso y no teníamos una respuesta clara. Porque tenías una visión del mercado, con flujos financieros que convalidaban este tipo de cambio, no tenías al Central vendiendo millones por día ni comprando. Así que el tema cambiario es complejo, porque juega a la luz de la historia económica argentina de cómo las percepciones hacen que la volatilidad sea mucho más alta de lo que los fundamentos de la economía justifican.
También es complejo porque el año que viene hay elecciones y eso contribuye a la volatilidad.
Sí, pero no sé cuánto. Hoy ya tenés las reservas fortalecidas por el acuerdo con el FMI. Lo que estamos viendo es mucha operación minorista, y la demanda está muy por debajo. Parece que el tipo de cambio no invita a una presión del tipo que vimos hace 40 días.
No hay el mismo atraso...
Ahora, con un poco de perspectiva hacia atrás que ya tenemos, creo que hay que resaltar que el sistema bancario respondió muy bien y está fuerte. En la historia económica no siempre fue así. Argentina aprendió bastante de su crisis de 2001-2002, mejoró mucho, y tiene un sistema con algunos defectos, como por ejemplo su tamaño chico, pero tiene una solvencia y una liquidez bastante sanas. Entonces las dificultades han sido cambiarias, no financieras.
Destacás que no hubo corrida bancaria, sí dolarización.
La dolarización es una conducta de la gente. Pero el sistema como tal está muy sano, y eso también habla de la capacidad de respuesta. Es decir, ahora tuvimos una suba de encajes importantes; si cambia el contexto de liquidez, se recupera algo por reducción de encajes. Hace 30 años, una crisis de este tipo hubiera tenido consecuencias más profundas y más graves. Yo creo que, si salimos adelante con recuperación económica, cuando nos paremos a fines de 2019 probablemente se reconozca una tarea del Presidente piloteando la situación.
¿El año que viene se capturan solo beneficios de un tipo de cambio más altó
Lo de las exportadoras va a ser antes, el fenómeno ya es inmediato. En turismo también, ya julio demuestra un cambio bastante importante en la ecuación: un aumento del turismo interno, disminución importante hacia el exterior... Es frustrante para aquel al que le gusta viajar afuera, pero es más sano para la economía.
En la foto de hoy, ¿cómo está impactando en los clientes del banco el contexto actual de tasas altas, la caída de ventas??
Nosotros sacamos una línea descuento del cheque a tasa más reducida y después la ampliamos con un acuerdo con el Ministerio de Producción a $ 5.000 millones, porque lo que ha sucedido ante este escenario es una disminución de la demanda en líneas de inversión y una concentración de líneas de corto plazo, que es a tasas altas, donde cualquier posibilidad de tener una tasa algo más baja es muy bien recibida. Estamos tratando, en la medida de la capilaridad del banco, de ofrecer líneas más accesibles para pymes.
¿Qué te dice el boom de ventas por la promoción del 50% en supermercados del bancó
La respuesta masiva que confirma, como se está viendo en muchos sectores, la enorme sensibilidad al precio del consumidor. Cada vez que te ponés a tiro con los precios, en el rubro comercial o incluso bancario con los préstamos, el consumidor está. Responde muy bien. El desafío es compensar en volumen disminuciones de márgenes en una economía que tiene estructuralmente muchas trabas y costos altos.
¿Qué está pasando con los créditos hipotecarios UVA?
Tenemos una muy buena línea que llegó para quedarse. Cuando tenés una suba del tipo de cambio muy alta, el mercado inmobiliario se enfría. Cuando se estabilice, la demanda se recuperará.
¿Qué creés que va a pasar con los precios?
Los precios de la propiedad tienden a ser inelásticos porque el que tiene un capital no se resigna a aceptar una disminución, y eso es lo que genera el enfriamiento de la actividad. La verdad es que creo que la situación económica no es estructuralmente tan preocupante como para avizorar una caída importante de precios. El dato es que, aun con el enfriamiento de la actividad, nosotros en cualquier mes damos más hipotecas que en 2015.