La pobreza fue del 40,6% en el primer semestre de este año y afecta a 11,7 millones de personas, informó el INDEC. El índice clave retrocedió 1,4 puntos respecto de fines del 2020 y 0,3 con relación al primer semestre del año anterior. En cuanto a la indigencia, aquellas personas que apenas tienen ingresos para cubrir la canasta de alimentos, se ubicó en el 10,7% en el primer semestre, lo que representó un alza respecto del 10,5% de fines del 2020.
La cifras oficiales indican que en el primer semestre del año el 31,2% de los hogares se encuentran en la línea de pobreza y el 8,2% es indigente.
Según el informe, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran 2.895.699 hogares, que incluyen a11.726.794 personas. Dentro de ese conjunto, 756.499 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3.087.427 indigentes.
Si las cifras se proyectan a todo el país en función de la cantidad de habitantes, el número se eleva a 18.800.000 personas, que viven en 2.900.000 hogares.
En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destaca que más de la mitad (54,3%) de las personas de 0 a 14 años son pobres.
Más jóvenes, más pobres
El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años es de 48,5%, y de 30 a 64 años es de 36,3%, mientras que en la población de 65 años y más, el 13,8% se ubicó bajo la línea de pobreza. Con respecto al segundo semestre de 2020, la incidencia de la pobreza registró una reducción de 0,4 puntos porcentuales en los hogares. En cambio, en el caso de la indigencia, mostró un aumento de 0,4 puntos en los hogares y de 0,2 puntos en las personas.
En la primera parte del año, el valor de la Canasta Básica Alimentaria -determinante de la indigencia- se incrementó el 25,3%, mientras que el de la Total -que mide la pobreza- avanzó 22,7%.
A nivel regional se observaron disparidades en la evolución: en Gran Buenos Aires ?región con mayor cantidad de población? y Patagonia se observó una reducción de la incidencia de la pobreza e indigencia, mientras que en el resto de las regiones aumentó.
Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste (NEA), 45,4%; y Noroeste (NOA), 44,7% y, las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, 34,4% y gran Buenos Aires, 39,2%.
Según datos oficiales, a fines de 2020, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 31,6%, en los que residen el 42% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 7,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 10,5% de las personas.
Para interpretar estos resultados es importante considerar las tendencias de los últimos años. La pobreza venía en aumento desde 2018, principalmente por la pérdida de poder de compra de los hogares producto de las devaluaciones y los aumentos inflacionarios. Con la irrupción del COVID-19 y las restricciones impuestas por el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, a partir de marzo de 2020 la caída generalizada de la actividad económica impactó en los ingresos laborales de los hogares e impulsó un salto en los niveles de pobreza que se vio reflejado en la elevada tasa del primer semestre de 2020.
Tasa de pobreza e indigencia, en porcentaje. Total de aglomerados urbanos (2016-2021)
Fuente: elaboración propia en base a EPH-INDEC
La pandemia sumó nuevas vulneraciones y empeoró la crisis socioeconómica que el país ya atravesaba: entre 2019 y 2021 la pobreza aumentó 5,2 puntos porcentuales. Si bien durante la primera mitad de 2021 la actividad económica mejoró con respecto a los meses más difíciles de 2020, se mantuvo por debajo de los niveles previos a la pandemia. En este sentido, la segunda ola de contagios y la aceleración de la inflación impactaron de forma negativa en el poder de compra de los hogares, explica Rafael Rofman, director del programa de Protección Social, en este nuevo informe de CIPPEC.
Quiénes y dónde: distribución de la pobreza
La pobreza no se distribuye de manera uniforme en el territorio del país, ni afecta a todos los hogares de la misma forma. Al primer semestre de 2021, las regiones del noreste, noroeste y los partidos del Gran Buenos Aires presentaron las cifras más elevadas, con un 45,4%, 44,7% y 45,3% de sus poblaciones en situación de pobreza, respectivamente.
Los hogares con niños/as y adolescentes enfrentan mayores desafíos para alcanzar ingresos suficientes, lo que se refleja en la pobreza infantil que afecta a más de la mitad de los/as niños/as menores de 15 años, con casi el 17% de ellos/as en situación de indigencia. Esta población sufrió especialmente los efectos secundarios de las restricciones impuestas por el contexto de crisis sanitaria, por ejemplo en el acceso al cuidado y la educación de calidad, lo que podría afectar sus perspectivas de bienestar en el mediano y largo plazo, agrega Rofman.
Además, del primer semestre de 2019 al primer semestre de 2021 la pobreza en los/as jóvenes de 15 a 29 años aumentó 6,2 puntos porcentuales y llegó al 48,5%. Esta cifra se relaciona con la agudización de las mayores dificultades que enfrenta la juventud para la inserción en el mercado de trabajo, especialmente en empleos de calidad, detalla Rofman.
Medidas como el Ingreso Familiar de Emergencia, aumentos en la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar y políticas como Potenciar Trabajo tuvieron un rol importante en evitar un peor escenario social, pero no alcanzaron para contrarrestar los impactos negativos de la crisis. Urge sentar las bases para mejorar las condiciones macroeconómicas y que se acelere la recuperación de la actividad, pero además resulta imprescindible abordar problemas más estructurales: en los últimos 30 años, aún en períodos de elevado crecimiento económico, el porcentaje de población en situación de pobreza nunca fue menor al 25%, cierra Rofman.
Con información de NA y CIPECC