Los líderes de la Unión Europea tienen ese tema al tope de sus agendas para la próxima reunión del G20 en Riad, Arabia Saudita, este 22 y 23 de febrero. Amazon, Google, Facebook y Apple en la mira.
La obsesión de la Unión Europea en los comienzos del 2020 ya tiene nombre y apellido. Europa irá detrás de un gran acuerdo pergeñado por los líderes financieros sobre una normativa internacional para gravar las ganancias de las gigantes digitales.
De esta manera ?y con este fin-, los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales de los países que conforman el G20 tendrán un encuentro el 22 y 23 de febrero.
Además de esta normativa que logre gravar las ganancias de gigantes como Google, Amazon y Facebook, entre otros temas, se debatirá sobre el trabajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre las normas fiscales.
Impuestos a la economía digital
Tenemos que dar la máxima prioridad a la búsqueda de soluciones globales para abordar la tributación de la economía digital y otras cuestiones sobre la erosión de la base imponible y el traslado de ganancias, reza un documento en el que se expone la postura de todos los miembros de la Unión Europea del G20, incluido el Reino Unido, que abandonó la UE el mes pasado.
Esperamos con interés soluciones mundiales ambiciosas, justas, eficaces, no discriminatorias y viables, y redoblaremos nuestros esfuerzos hacia una solución basada en el consenso para alcanzar este objetivo mundial en 2020, establece el mismo.
Europa ha presionado durante mucho tiempo para que las grandes empresas de tecnología que hacen negocios a través de Internet paguen impuestos donde venden sus servicios, en lugar de hacerlo en paraísos fiscales elegidos deliberadamente en el marco de lo que se denomina optimización fiscal agresiva.
Un objetivo en común
Los políticos de la UE, que buscan fondos para prevenir el cambio climático y disminuir las diferencias económicas en el bloque de 27 países, están contrariados porque una empresa como Google, con ingresos anuales de más de 160,000 millones de dólares, disfruta de un gravamen de un solo dígito a la ganancia que obtiene fuera de Estados Unidos.
Frustrados ante la falta de avance debido a la oposición de Estados Unidos, donde los gigantes de la tecnología tienen su sede, algunos países como Francia han introdujeron su propio impuesto digital el año pasado. Tales movimientos desencadenaron amenazas de represalias a través de aranceles comerciales por parte de Washington.
Italia, Reino Unido y España también han introducido ya sus propios impuestos digitales o planean hacerlo. La UE ha dicho que si no hay un acuerdo a nivel del G20, sus 27 países fijarían sistemas tributarios propios en materia digital.