Tras casi un mes de protestas en todo el país que incluyeron muertes, vandalismo, cambios en el Gabinete de Piñera y una transformación completa de la política, Chile inicia un proceso histórico para reformar la Constitución sancionada en tiempos de Pinochet.
Parlamentarios del oficialismo y la oposición (excepto el PC) anunciaron anoche un "Acuerdo por paz y la nueva Constitución", que someterá a la voluntad popular en abril dos puntos centrales: el acuerdo o no reformar la Carta Magna y la conformación de la convención constituyente que la remormará (en un 100% por ciudadanos elegidos para esto o con un 50% parlamentarios ya electos). La elección de estos constituyentes se realizaría en octubre de 2020 y cualquier acuerdo al que llegasen (en un plazo máximo de 9 meses) deberá contar con al menos 2/3 de apoyo.
Además, el acuerdo postula como prioridad el restablecimiento de la paz y el orden público, y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos.