El martes, EE.UU. anunció que no se sumará a una coalición internacional para crear y distribuir una vacuna contra la COVID-19 en todo el mundo porque el grupo está asociado a la Organización Mundial de la Salud, en una nueva muestra de cómo el Gobierno de Donald Trump está alejando al país de las iniciativas de la comunidad internacional de la salud para combatir la pandemia por cuestiones políticas.
La coalición, llamada Covax, está dirigida por la OMS, la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations y Gavi, y apunta a adquirir 2.000 millones de dosis de potenciales vacunas de varios laboratorios para fines de 2021 y distribuirlas por todo el mundo.
La semana pasada, la OMS anunció que Covax planea trabajar con los laboratorios para brindar un acceso equitativo a vacunas seguras y efectivas a todos los países del mundo cuando estén listas y aprobadas, y que 172 países ya están negociando para participar.
El lunes, la Comisión Europea confirmó que aportará 400 millones de euros (US$ 478 millones) a la iniciativa y la OMS anunció que Alemania se unió al pacto.
La corrupta OMS
EE.UU. seguirá interactuando con nuestros socios internacionales para asegurarnos de derrotar a este virus, pero no quedaremos restringidos por organizaciones multilaterales influidas por la corrupta OMS y por China, afirmó Judd Deere, un portavoz de la Casa Blanca.
Según el Washington Post, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, había manifestado interés por evaluar algún tipo de participación en Covax (?) pero hubo resistencia de algunos sectores del Gobierno y se cree que EE.UU. tiene suficientes vacunas potenciales en etapas avanzadas de ensayos clínicos como para cortarse solo. La OMS lanzó una advertencia contra el nacionalismo de las vacunas. Su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró: Para recuperarse rápido, el mundo tiene que hacerlo en conjunto, porque es un mundo globalizado: las economías están interconectadas.
Al comienzo de la pandemia, Trump había elogiado a China y la OMS, pero después se dio vuelta. A comienzos de abril, destrozó a la OMS diciendo que la pifiaron con el virus y que su táctica era muy Chinacéntrica, y congeló los fondos que le destinaba EE.UU. Deberían haberlo sabido y probablemente lo sabían, afirmó Trump sobre las autoridades de la OMS, y sugirió que la organización había apoyado los intentos de China por minimizar la gravedad del brote. Finalmente, en julio, el Gobierno de EE.UU. mandó una carta en la que informó su intención de retirarse de la OMS. Que EE.UU. afirme que no va a participar en ninguna clase de iniciativa multilateral para obtener vacunas es un golpe muy duro, afirmó Suerie Moon, codirectora del Global Health Center del Graduate Institute of International and Development Studies en Ginebra. La conducta de los países con el tema de las vacunas durante esta pandemia tendrá repercusiones políticas más allá de la salud pública.
El acceso equitativo a una vacuna para la COVID-19 es la clave para derrotar al virus y allanar el camino para recuperarnos de la pandemia, afirmó Stefan Löfven, el primer ministro de Suecia. Esto no puede ser una carrera con unos pocos ganadores, y Covax es una parte importante de la solución, porque se asegura de que todos los países puedan acceder a la cartera de vacunas potenciales más grande del mundo y de distribuir las dosis de manera justa y equitativa.
Autor: Tommy Beer.