Vive en Portugal, pero la virtualidad lo convirtió en una cara más que conocida para todos los argentinos. En cada elección, es fuente de consulta de los principales medios de comunicación y su particular análisis es especialmente valorado en los círculos de agentes de toma de decisiones.
En una entrevista con Forbes, el politólogo Andrés Malamud cuenta su visión sobre el tramo final de la campaña y los distintos escenarios que abre este balotaje de cara al 2024.
¿Cómo estás viendo este tramo final de la campaña? ¿Cuál creés que va a ser el eje que terminará definiendo en lo que es la opinión pública para uno u otro lado?
Si se derrite la economía, pierde Massa. Si se derrite la psicología, pierde Milei. Si no, define la participación. Cuanta menos participación, se favorece el gobierno. A más participación, se favorece la oposición. Por eso el gobierno quiere garantizar el fin de semana largo y desincentivar la movilización haciendo creer que Milei ya ganó.
¿Qué reconfiguración política puede emerger en base a los resultados de los comicios?
Lo único que torna a Juntos por el Cambio en una fuerza que camina, aunque esté muerta, son las fórmulas cruzadas. La mayor parte de los diez gobernadores tienen un vicegobernador o vicegobernadora de otro partido y lo mismo se produce al nivel de la Legislatura. Si se quiebra Juntos por el Cambio, a nivel provincial se quedan sin gobernabilidad. Por lo tanto, mientras que a nivel nacional es un zombie, un muerto que camina, a nivel provincial todavía tiene sobrevida.
¿Qué rol ocupa el radicalismo en este balotaje?
El radicalismo no acompaña el acuerdo de Macri. La posición del radicalismo es prescindencia electoral, se asume como oposición y acepta el resultado que decide el pueblo y el gobierno. Después hay radicales más cercanos a Massa y radicales más cercanos a Milei, en general la dirigencia está cercana a Massa y el electorado cercano a Milei, pero hay de todo en ambos lados. Pero la posición del radicalismo es no votar a ninguno.
¿Pensás que la cuestión territorial y el aparato político va a tener incidencia?
Es difícil saber porque los gobernadores y los intendentes no se juegan nada. Depende de quién crea que es la principal amenaza para su propia gobernabilidad y financiamiento. Lo que yo supongo, es que hay varios gobernadores peronistas que estarían más cómodos con un presidente débil que con un presidente propio. El federalismo argentino no es autárquico, los gobernadores no son autosuficientes, las provincias necesitan el financiamiento federal que llega a través de la coparticipación y de fondos discrecionales, ATN y otros mecanismos que tiene el gobierno federal para hacerle favores a los amigos. Los gobernadores tienen recursos para solicitarle al gobierno federal que los auxilie a ellos. Esos recursos suelen ser legisladores en el Congreso, también movilizaciones en la calle. Cuanto más débil es el presidente, más capacidad de extorsión tienen los gobernadores. Cuanto más fuerte es el presidente, menos autonomía y menos poder tienen los gobernadores.
¿Y en este caso a quién verías más débil?
Lo que dice Milei en la campaña sobre renegociar la coparticipación no tiene en cuenta a la Constitución, que manda la unanimidad para reformar la coparticipación. Manda reformarla y lo impide al mismo tiempo porque exige la unanimidad. En cualquier caso, si los gobernadores o los intendentes peronistas optan por Milei, no es por lo que quiere hacer, sino por lo que no puede hacer. Lo elegirían por débil, no por coincidencia.
¿Qué postura está tomando el establishment económico? Parecería sentirse incómodo con ambos candidatos.
Incómodo es la palabra clave. El candidato de la embajada es Sergio Massa. Es el candidato del círculo rojo. Un círculo rojo basal, los empresarios intermedios están muy incómodos con el kirchnerismo. Es la paradoja que tienen los empresarios hace más de una década: los candidatos que les gustan les hacen perder dinero, pero los que detestan les hacen ganar dinero. Su dilema es optar entre la libertad y la ganancia. Pero a la gente no le importa lo que votan los dirigentes. Lo demostró Larreta en su máxima expresión. Su alianza de 70% se quedó corta de 60, juntó a todos los dirigentes del mundo, uso toda la plata disponible y lo votó el 11% de los argentinos. A la gente no le importa lo que votan los de arriba, al contrario, cuanto más se juntan lo de arriba más enfrente quieren estar.
¿Cómo te imaginás el día después del balotaje en los mercados?
Otra paradoja: el candidato más promercado es el que más asusta a los mercados. Los mercados lo que quieren es la certidumbre y, si pueden, garantía de ganancia. Milei les ofrece un discurso muy amigable, pero ninguna certidumbre y menos garantía de ganancia. Así que los mercados se volverían locos con Milei y con Massa ya saben con quién negocian. El corazón los tira por el bueno por conocer, pero el bolsillo prefiere al malo conocido.
¿Cuáles serían los desafíos de los primeros 100 días de gobierno en cada caso?
Con algo muy parecido a la híper en los dos casos. Mayor capacidad de represión financiera y social en el caso de Massa, menor capacidad de represión financiera y social en el caso de Milei por lo tanto mayor turbulencia e inestabilidad. En el caso de Massa, el desafío sería hacer reformas cuando todo su gobierno fue lo contrario a las reformas. En el caso de Milei, el desafío es durar sin el escudo legislativo que le brindarían contingentes legislativos de los que carece.
Ya que tocás el tema legislativo, ¿te parece que no va a ser un impedimento para que salgan reformas que pretenda uno u otro candidato?
En el caso de Milei, la única manera de realizar reformas sería con apoyo de los gobernadores peronistas y para eso va a tener que compensarlos, va a tener que hacer reformas que ajusten a mucha gente y no a los gobernadores, lo veo complicado. En el caso de Massa, la única manera de gobernar, y no es imposible, es que vote cosas políticas con el kirchnerismo y cosas económicas con la oposición. Como hizo el gobierno de Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional: el kirchnerismo le votó en contra, reunió mayoría legislativa con la responsabilidad de la oposición.
¿Cómo estás viendo esta nueva serie de encuestas que ya se equivocaron tanto en agosto como en octubre y ahora están dando ganador a Milei?
Hay encuestadores serios, pero las encuestas son recursos electorales. Sirven para operar sobre la realidad, no para entenderla. Cuando lees una encuesta no tenés la menor idea de qué es lo que está pasando, pero podés suponer qué es lo que está queriendo que vos hagas el tipo que la difundió.
¿Es correcta la estrategia de Massa de apelar al factor miedo?
Un ministro de Economía que es candidato presidencial y tiene 150% de inflación, 40% de pobreza y 50% de informalidad, solo puede recurrir al argumento de que el otro es peor, es muy difícil justificar que él es bueno.
Otro de los desafíos del ministro es presentarse él también como un candidato que representa el cambio. ¿Puede tener éxito en instalarse de esta manera?
No es imposible que Massa sea el cambio, pero para serlo tendría que hacer lo que hizo Carlos Menem: traicionar. Yo no tengo dudas que será su intención, traicionar al kirchnerismo como Kirchner traicionó al duhaldismo. La cuestión es, primero, si puede y, segundo, si traicionando cambia para mejor o es un cambio que sigue con los mercados regulados. No lo llamaría romper la alianza con el kirchnerismo, lo llamaría traicionar a Cristina en alianza con exkirchneristas o poskirchneristas, quizás entre ellos el mismo Axel Kicillof.
¿Qué es lo que más le preocupa a Cristina Kirchner en la etapa que viene?
Su situación judicial, por lejos. Lo primero es no ir presa, el resto se negocia, se tolera o se vota en contra.
¿Y cómo pensás que queda reconfigurado el peronismo a partir de ahora?
Es una gran pregunta esa, porque en realidad en la provincia de Buenos Aires La Cámpora pasa de tener 3 intendentes, a tener 12. Así que yo veo un repliegue bonaerense del camporismo y/o kirchnerismo. Y me imagino que la transformación dependerá del resultado nacional. Si Massa pierde, se viene la embestida de los gobernadores del interior. Si Massa gana, el kirchnerismo bonaerense va a ser capaz de contener lo que él quiere hacer y de amortiguar la traición, de proteger a Cristina aun cuando Massa acabe con el cristinismo.