De Sputnik V al desafío “monumental” de la distribución: siete definiciones de Ginés González García y Carla Vizzotti sobre las vacunas para COVID-19
Matías Loewy Forbes Staff
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En las negociaciones con laboratorios internacionales que fabrican vacunas contra COVID-19, Argentina explora la posibilidad de la transferencia tecnológica y siempre hace son tres preguntas: ¿Cuándo cree que va a tener la vacuna disponible? ¿Cuántas? ¿Y a qué precio? Y aunque, hasta el momento, los productores de cuatro fórmulas candidatas (Pfizer, AstraZeneca, Janssen, Rusia) han realizado promesas de proveer entre 1 y 25 millones de dosis, lo que permitiría inmunizar a dos tercios de la población, “todavía no hay ningún contrato firmado” y también dependerá de los resultados de los ensayos de fase 3, aseguraron este martes el ministro de Salud, Ginés González García, y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, en una reunión de prensa virtual con miembros de la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC) de la que participó FORBES. A continuación, siete precisiones sobre la llegada de las vacunas a la Argentina:
González García: Cuando nos enteramos por los diarios de que Rusia estaba en un alto nivel de desarrollo de vacuna, nos contactamos con la Embajada. Y de ahí surgió este viaje (de Vizzotti y una pequeña comitiva) a Rusia para mejorar el conocimiento y tener mejor información para tomar decisiones. Lo importante es la oportunidad. Si bien teníamos disponibilidad de vacunas por la propuesta de Pfizer (un millón de dosis a partir de diciembre), no teníamos magnitud. Y lo que queremos es masificar la vacunación y hacerla lo más oportuna posible y terminar cuanto antes con esta cola de pandemia en la Argentina. De todos modos, la aparición de Rusia todavía no se concretó, no hay nada firmado. Tampoco con las otras firmas, aunque esperamos hacerlo después de que se promulgue por estos días la ley (que declara de interés público la investigación, el desarrollo, la fabricación y la adquisición de las vacunas). Esta semana es muy importante para avanzar en las decisiones.
González García: Hay productores con los que cuesta más negociar, como los chinos. Otras vacunas promisorias, como la de Janssen, tiene la ventaja enorme de que es una sola dosis, lo cual resuelve mucho el problema desde el punto de vista logístico, pero viene más tardía. Siempre creímos y seguimos creyendo que esto va a ser un mix de vacunas: ningún productor va a tener la capacidad de fabricar todas las vacunas necesarias. Además, como no sabemos cuál de ellas puede ser aprobada y cuál no, tenemos que asegurarnos distintas vacunas de modo tal de no quedarnos con alguna incapacidad por alguna que salga mal o se demore más.
Vizzotti: Uno trata de hacer un balance: no es lo mismo una dosis en abril que dos dosis en febrero. Estamos intentando balancear la importancia de avanzar la vacunación antes de la segunda ola, pensando en acelerar la vacunación lo antes posible, pero siempre que cumplan los parámetros técnicos impuestos por las autoridades regulatorias.
Vizzotti: COVAX es un mecanismo [creado por la Organización Mundial de la Salud y otras dos alianzas, para facilitar el acceso equitativo a una canasta de vacunas] donde participan muchos países. De hecho, Argentina va a ser uno de los países que reciban antes las vacunas del mecanismo COVAX, 9 millones de dosis, pero eso no será antes de fines de febrero o principio de marzo. Las acciones bilaterales (acuerdos con distintos productores) lo que buscan es acelerar la oportunidad y la cantidad, esto es, tener más dosis antes.
Vizzotti: Por la situación de emergencia sanitaria en todo el mundo se están acelerando los procesos de evaluación, pero no se está saltando ningún paso para el registro. En todos los procedimientos de aprobación de vacunas se evalúa desde el primer momento la seguridad, algo muy importante porque se aplica en población sana. En función de los resultados, se define la estrategia de inmunización. Con referencia a las ofertas de costos por dosis, también se evalúan teniendo en cuenta factores tales como la oportunidad (rapidez de acceso), si es monodosis o multidosis, cuál es la temperatura de almacenamiento o cuál es el lugar que ocupa para logística. Todo eso se pone en consideración.
Vizzotti: No es algo que se esté analizando ahora. En el contexto de la emergencia sanitaria, lo que se está haciendo en el mundo son análisis interinos de los ensayos de fase 3, sin esperar el reclutamiento del 100% de los voluntarios. Y si en algún momento hay evidencia de que puede generar beneficios, o que no los genera, se interrumpe antes el ensayo o la autoridad regulatoria puede evaluar [la autorización anticipada]. Los laboratorios pueden generar la estrategia de compartir con las autoridades datos de los estudios en tiempo real, como está haciendo ahora AstraZeneca con ANMAT, para definir si hay evidencia antes de lo esperado.
González García: Queremos que la vacuna sea gratuita, o sea, que la cubra el Estado, y que su distribución sea equitativa a lo largo y ancho del país. Hemos empezado a trabajar con las provincias en la enorme dimensión del proceso de logística y distribución. Estamos trabajando con distintos ministerios (Defensa y Seguridad), porque va a ser un esfuerzo monumental. Queremos que no solo sea masivo, sino que también tenga celeridad. Nunca hemos tenido un desafío en el país y en el mundo de una vacunación tan masiva en el menor tiempo posible.
González García: De la misma manera que las compañías farmacéuticas están produciendo a riesgo, lo que pretenden es diluir o compartir algunos de los riesgos [derivados de juicios eventuales por efectos adversos] con los países. No es que a mí me guste, al principio pensaba rebelarme, pero algo de lógica tiene. Y es universal: no hay forma de entrar al círculo de las vacunas sin seguir esas pautas. Hasta COVAX lo pide.