Es difícil imaginar cómo era su realidad 70 años atrás. Junto con Hong Kong, se los conoce como los 4 tigres asiáticos por el despegue económico e industrial que atravesaron entre los años 60 y 90. El resultado está reflejado en los distintos rankings de medición en materia económica. Según datos del Banco Mundial, el PBI per cápita de Singapur fue de US$ 84.734,3 en 2023, mientras que el Corea del Sur fue de US$ 33.121,4 y. de acuerdo a Datos Macro, en 2022 Taiwán tuvo un PBI per cápita de US$ 31.016. Todos muy superiores a los US$ 13.730,5 de Argentina en 2023.
Hasta el fin de la segunda guerra mundial, no tenían industria y estaban bajo el dominio de otras potencias asiáticas. Estos son casos para analizar y ver cuáles de sus políticas son viables en nuestro país para tomarlas y adaptarlas. Si ellos pudieron, ¿por qué no podríamos nosotros?
Corea del Sur
Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1950, se libró la guerra de Corea, una guerra civil por la implementación de dos modelos económicos y sociales opuestos. Por un lado, el sur, apoyado por EEUU, buscaba unificar todo el territorio coreano y establecer el capitalismo, mientras que el norte, aliado a la entonces Unión Soviética, buscaba imponer la doctrina comunista. En 1953, después de 3 años de conflicto contra Corea del Norte, se llegó a un alto al fuego, que persiste hasta el día de hoy.
La situación del país después de la guerra contra Corea del Norte era desalentadora. En ese tiempo, era más pobre que un gran número de países latinoamericanos. Su modelo económico se basaba en la agricultura, la cual era la mayor fuente de trabajo. No tenía industrias desarrolladas, ni una población que sobresaliera por su preparación académica. Aunque recibió apoyo económico por parte de EEUU para impulsar una reconstrucción, no fue hasta comienzos de la década de los 60 cuando cambió el rumbo del país asiático.
En 1961, llega al poder el general Park Chung-hee, tras un golpe de Estado. Lideró una Junta Militar Provisional, hasta 1963 cuando se celebraron elecciones presidenciales, que fueron ganadas por el mismo Park, quien se presentó como candidato y fue elegido en las urnas. Estuvo en el poder hasta 1979.
Durante los 60 y 70, el gobierno hizo hincapié en la protección y desarrollo de determinadas industrias, brindando subsidios y mejores tratos y también en la exportación de manufacturas. El objetivo era dejar atrás el financiamiento extranjero y ayudar al desarrollo industrial. Bajo este contexto nacieron las "chaebol", conglomerados coreanos que producen productos de diferentes industrias. Entre los más conocidos se encuentran Samsung, Hyundai, LG, Lotte y SK Group, etc.
Bajo Park, Corea intensificó un proceso de alfabetización que venía en aumento desde los 50, con las reformas educacionales que hicieron obligatorios los estudios primarios. A partir de los 60, el foco estuvo en la educación secundaria, especialmente en las necesidades industriales del país. Esta línea continuó después del Park, ya que en los 90 siguió el impulso académico sobre el nivel universitario, según el artículo "La experiencia económica de Corea del Sur: lecciones y desafíos" (Osvaldo Rosales V.,2021).
En la actualidad, Corea del Sur es un país democrático, con tres poderes separados: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Desde 1988 que Corea ha dejado atrás los gobiernos militares. Son 8 los
presidentes que han sido elegidos por el pueblo. Desde el 2022, Yoon Suk Yeol es el presidente. A diferencia de nuestro país, los mandatos presidenciales se extienden a 5 años.
Taiwán
La isla de Taiwán estuvo bajo el dominio chino desde el siglo XVII hasta 1895, cuando fue anexionada por Japón. Después de la Segunda Guerra Mundial, el país del sol naciente perdió extensos territorios, como la península coreana y Taiwán, que volvieron a manos chinas. En aquella época no era un territorio industrializado y su modelo económico estaba enfocado en la agricultura.
En 1949, cuando los comunistas toman el poder en China tras ganar la guerra civil, los líderes del partido nacionalista Kuomintang (KMT) deciden escapar del continente, por miedo a las represalias de Mao Zedong y sus seguidores. El KMT se asentó en la isla, tomando el poder y trayendo con ellos más de 1 millón de chinos.
Una de las primeras medidas tomadas por Chiang Kai-shek, líder del KMT, fue promover una reforma agraria para distribuir el territorio destinado a la cosecha y fomentar a los pequeños agricultores. Hasta esa medida, cerca del 60% de esas tierras estaba en propiedad de un 10% de la población.
Aparte de la redistribución antes mencionada, la bautizada "revolución verde" fue un proyecto del gobierno que impulsó el desarrollo en las formas de cultivo. La utilización de abono, al igual que grandes inversiones para mejorar la irrigación de los cultivos, fueron parte de la revolución. Las políticas modernizadoras del método de trabajo en el campo y las ayudas económicas por parte de
EEUU hicieron que en los 60 se duplicara el valor de la producción agrícola. En ese entonces, Taiwán se destacó en la exportación de arroz, té, plátanos y azúcar.
Durante los 60 se incentivó la exportación de productos, mediante incentivos económicos a empresas locales. Pero no fue hasta mediados de los 70 cuando Chiang Ching-kuo, hijo de Chiang Kai-shek, asumió el poder debido a la muerte de su padre, y puso énfasis en el desarrollo de la infraestructura del país. Destacan, de entre todas las construcciones hechas en esos años, una refinería petroquímica, dos puertos, un aeropuerto, dos líneas ferroviarias, una central nuclear y la primera autopista del país.
Gracias a las reformas en la infraestructura y en el campo, la economía taiwanesa empezó a despegar en las décadas de los 80. Todavía hay un último factor que fue determinante. La educación masiva de la población fue una política heredada de los tiempos de la ocupación japonesa. Bajo el dominio nipón, se consolidó como obligatoria la escuela primaria y secundaria. Después, durante los 50 y los 60, el KMT se enfocó en mejorar y ampliar aún más, haciendo énfasis en las áreas industriales y agrarias. Gracias a esto, las generaciones siguientes contaban con mayores números de profesionales calificados que contribuyeron al desarrollo.
La dinastía Chiang duró hasta el 88, cuando Kai-shek murió. Su sucesor, Lee Teng-hui, un taiwanés originario, fue el encargado de la transición de poder que culminó en 1996 con elecciones presidenciales, que hasta la fecha se siguen celebrando. A principios de año, Lai Ching-te se convirtió en el nuevo presidente de Taiwán. Es miembro del Partido Progresista por la Democracia (PPD), y es el primer mandatario en romper "la maldición de los 8 años"; porque ningún partido político ha sido reelecto desde la democracia en Taiwán.
Singapur
Habiéndose independizado en 1965, la isla de Singapur empezó un largo camino de desarrollo económico e industrial. Bajo el mando de Lee Kuan Yew, quien estuvo al frente de la nación hasta 1990, se tomaron medidas para atraer capital extranjero, ofreciendo condiciones muy favorables: bajos costos laborales, mano de obra capaz de hablar inglés, legislaciones flexibles en términos sociales y medioambientales, estabilidad económica y política.
Durante la primera etapa, las industrias que llegaban eran de mano de obra poco calificada. Esto, sumado a la estructura social que venía desarrollando, fueron las bases del cambio a la producción de tecnología.
Según el artículo "Prosperidad económica y social en Singapur" (José Jaime López Jiménez, 2002): "Una vez cumplida esta primera etapa de su desarrollo, y ante el empuje de otras economías como Taiwán y Hong Kong, el gobierno de Singapur decidió transformar su estructura de producción basada en las manufacturas por las industrias de alta tecnología y valor agregado para aumentar la competitividad de su economía".
Al igual que en Corea del Sur y Taiwán, la educación y la participación del gobierno en la sociedad tuvieron papeles clave. El chino y el inglés estaban muy extendidos por la población, debido a que en el pasado estuvieron bajo el dominio de Inglaterra y China.
La situación política actual singapurense es muy diferente a la de los demás casos vistos. Aunque cuenten con un presidente, su función es principalmente ceremonial. Quien tiene el verdadero poder es Laurence Wong, el primer ministro. Wong está en el cargo desde mayo de 2024, cuando Lee Hsien Loong, hijo de Lee Kuan Yew, dimitió del cargo después de 20 años. De esta manera, el Partido de Acción Popular (PAP) se mantiene en el poder desde la independencia de Singapur en 1965.
¿Qué podemos aprender?
En la actualidad vemos los frutos cosechados de los tigres asiáticos. Sus ejemplos nos sirven para saber qué medidas tomar para crecer. La Argentina debe abrirse al mundo y ofrecer sus posibilidades al capital extranjero para la inversión y desarrollo en el país. El Estado debe incentivar las industrias en las que Argentina tenga condiciones para destacar; para eso, se deben delimitar industrias clave, que tengan el mayor potencial económico. Debemos enfocarnos en las necesidades del mundo, para satisfacerlas con nuestras cualidades: grandes recursos naturales, territorios extensos para la cosecha, profesionales calificados, etc.
La educación argentina debe amoldarse a las oportunidades laborales que presenta el mundo. Economía, finanzas, inteligencia artificial o emprendimientos digitales son aspectos en los que se debe profundizar, si queremos que los profesionales del mañana estén preparados para el panorama laboral del futuro.
La educación de profesionales es lo que impulsó a las sociedades de Taiwán, Singapur y Corea del Sur a estar a la altura de los desarrollos en sus países. Debemos corregir nuestro presente para aspirar a un mejor futuro y eso nos urge. Eso lo podemos ver, por ejemplo, en los resultados de las pruebas PISA 2022. Las pruebas PISA son un proyecto a nivel mundial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evaluar la formación de los alumnos. De los 81 países rankeados, en matemáticas Argentina quedó en el lugar 66. En lengua, se posicionó en el 58, mientras que en ciencias en el 60. Argentina quedó muy lejos de Taiwán y Corea del Sur, que estuvieron dentro del top 10 en las tres categorías, pero aún más de Singapur que lideró las tres listas con el primer puesto. Argentina debe volver a ser el ejemplo latinoamericano que era en materia educativa.