Varios economistas consideraron que el acuerdo de precios y salarios que busca el Gobierno no contribuirá a contener la inflación y estimaron que el alza de precios "superará el 10%" en el primer trimestre del año.
Uno de ellos fue el director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace, quien calculó que la inflación de febrero se ubicará entre 3,5% y 4%. Di Pace subrayó que "si no se corrigen los desequilibrios desde el punto de vista fiscal y monetario, no habrá una solución de la inflación a mediano y largo plazo".
En ese sentido, remarcó que "no hay perspectivas de baja de impuestos porque las provincias aumentarán ingresos brutos y otros impuestos laborales" que repercutirán sobre los costos de las empresas. "En el primer semestre con una buena liquidación de divisas del campo y en el segundo con un acuerdo con el FMI, tendremos que ver la repercusión que tendrá la política monetaria en los mercados", manifestó luego.
En tanto, el director de la consultora Invenómica, Pablo Besmedrisnik, advirtió: "Si se anualiza la inflación de los últimos cuatro meses, estamos en un índice anual de entre el 55% y el 60%". Por otro lado, consideró que "será de difícil cumplimiento" la meta del Gobierno estipulada en el Presupuesto, de un 29%.
El economista analizó que es "muy probable que la inflación del primer trimestre supere el 10%" y señaló que "por cuestiones regulatorias del Estado, hay una inflación como dormida, especialmente en los servicios públicos". A su vez, adelantó que “cuando eso se libere, más los aumentos en educación, salud y combustibles; habrá un impacto de una segunda tanda en los precios que va a producir un efecto inflacionario en los próximos tres meses siguientes". Por otro lado, evaluó que un acuerdo de precios y salarios "puede ayudar" a contener la inflación, aunque alertó que "no dejan de repercutir en la estructura de costos de las empresas".
La inflación de alimentos en los últimos 8 años
Todos los alimentos y productos de limpieza y aseo personal tuvieron aumentos superiores a la inflación general en los últimos ocho años en la Ciudad de Buenos Aires, en una muestra del impulso a la baja que representaron los sucesivos congelamientos de tarifas en el número final del Índice de Precios al Consumidor. Los datos aportados por la Dirección General de Estadística y Censos porteña permiten comprobar cómo los precios de los bienes en general -y los alimentos de consumo masivo en particular- tuvieron incrementos mayores a los de la inflación global y hasta llegaron a duplicarla en casos como el de las lentejas secas y el aceite de girasol.
En números, la inflación general en el distrito fue de 1.027,5% entre 2013 y 2020, porcentaje inferior a cualquiera de los 26 productos alimenticios, de limpieza o de higiene personal seleccionados por la DGEyC, con casos extremos como el de las lentejas secas, con 2.029,1%, y el aceite de girasol, con 2.005,9%. De acuerdo con el análisis de diferentes economistas, esa brecha de precios es consecuencia de las sucesivas políticas de control y administración de precios que pusieron el acento en el congelamiento de las tarifas de los servicios, que a pesar de los incrementos en los primeros tres años de la Presidencia de Mauricio Macri tuvieron aumentos menores a los de los alimentos de consumo masivo.
Esa realidad queda en evidencia en los informes mensuales de la evolución de los precios de las canastas básicas alimentaria (CBA) y total (CBT) que marcan los límites de la indigencia y la pobreza, respectivamente, y que suelen tener subas mayores a la de la inflación general. En ese sentido, el trienio 2018/2020 mostró en la Ciudad de Buenos Aires un contraste entre la suba del 230,8% en el precio de los bienes y del 150,1% en el de los servicios, que se reflejó en un índice general del 185,9% en el período.
Es decir, en esos tres años el precio promedio de los bienes aumentó un 15,7% más que la inflación general. Y esa diferencia también se puede percibir al comparar la evolución en el mismo lapso de los precios de los productos estacionales (220,2%) con los regulados (149,6%) y el resto, también considerado “inflación núcleo” (190,6%).
El seguimiento de precios específicos y la inflación general en los últimos ocho años no puede llevarse a cabo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) por dos factores: entre 2007 y 2015 los datos estuvieron sujetos a manipulación y en el primer semestre de 2016 se suspendió la medición a la espera de la terminación de una nueva metodología.
Con información de Noticias Argentinas.