La conferencia crucial de la ONU escuchó pedidos en su primer día para que las principales economías del mundo cumplan sus promesas de ayuda financiera para abordar la crisis climática, y grandes contaminadores India y Brasil asumieron nuevos compromisos para reducir las emisiones.
Líderes mundiales, expertos ambientales y activistas abogaron el lunes por una acción decidida para detener el calentamiento global que amenaza el futuro del planeta, en el inicio de la cumbre COP26 de dos semanas en la ciudad escocesa de Glasgow.
La tarea a la que se enfrentan los negociadores se hizo aún más abrumadora por el hecho de que el Grupo de los 20 principales países industrializados no logró acordar nuevos y ambiciosos compromisos el fin de semana.
El G20 es responsable de alrededor del 80% de los gases de efecto invernadero mundiales y una proporción similar de dióxido de carbono, el gas producido por la quema de combustibles fósiles que es la principal causa del aumento de las temperaturas globales que están provocando más y más intensas olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas.
"Los animales están desapareciendo, los ríos se están secando y nuestras plantas ya no florecen como antes. La Tierra está hablando. Ella nos dice que no tenemos más tiempo", dijo Txai Surui, líder juvenil indígena de 24 años de la selva amazónica, en la ceremonia de apertura en Glasgow.
La COP26 apunta a mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por sobre niveles preindustriales. Para eso, necesita asegurar más promesas y más ambiciosas para reducir las emisiones, asegurar miles de millones de dólares en financiamiento climático para los países en desarrollo, y finalizar las reglas para la implementación del Acuerdo de París de 2015, que fue firmado por casi 200 países.
Las promesas hechas hasta ahora permitirían que la temperatura media de la superficie del planeta aumente 2,7°C en este siglo, lo que según Naciones Unidas agravaría la destrucción que el cambio climático ya está causando.
El secretario general de la ONU, António Guterres, recordó a los delegados que los seis años más calurosos de los que se tienen registro han seguido a 2015. Pero otros oradores, incluidos activistas de los países más pobres más afectados por el cambio climático, tuvieron un mensaje desafiante.
"Los jóvenes del Pacífico se han unido detrás del grito 'No nos estamos ahogando, estamos luchando'", dijo Brianna Fruean, del estado insular polinesio de Samoa, que enfrenta el riesgo de un aumento del nivel del mar. "Este es nuestro grito guerrero al mundo".
En 2009, los países desarrollados con más responsabilidad en el calentamiento global se comprometieron a proporcionar 100.000 millones de dólares anuales para 2020 y así ayudar a las naciones en desarrollo a lidiar con sus consecuencias. El compromiso aún no se cumple, generando desconfianza y desgano entre algunas países para acelerar sus compromisos.
"La promesa de dinero a las naciones menos desarrolladas por parte de los países desarrolladas (...) no es una donación, sino una pago de limpieza", dijo el presidente de Malawi, Lazarus McCarthy Chakwera. "Ni África en general, ni Malawi en particular, aceptarán un 'no' como respuesta. Ya no".
El presidente chino, Xi Jinping, con mucho el mayor país emisor de gases de efecto invernadero, dijo en un comunicado escrito que los países desarrollados no solo deberían hacer más, sino también apoyar a las naciones en desarrollo para que lo hagan mejor.
La ausencia de Xi, junto con la del mandatario ruso, Vladimir Putin, presidente de uno de los tres principales productores de petróleo del mundo junto con Estados Unidos y Arabia Saudita, puede obstaculizar el avance.
La activista Greta Thunberg hizo un llamamiento a sus millones de seguidores para que firmen una carta abierta acusando a los líderes de traición. "Esto no es un simulacro. Es un código rojo para la Tierra", se leía.
Mientras, India y Brasil, dos de los mayores contaminadores, utilizaron la plataforma para ofrecer nuevas promesas de reducción de emisiones.
"Actuaremos responsablemente y buscaremos soluciones reales para una transición urgente", dijo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien bajo su mando ha visto más de dos años de deforestación. Brasil afirmó que reduciría sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% para 2030, en comparación con un compromiso anterior del 43% en ese período.
Sin embargo, los recortes se calculan en función de los niveles de emisiones de 2005, una línea de base que se revisó retroactivamente el año pasado, lo que facilita el cumplimiento de las metas de Brasil.
Además, el primer ministro Narendra Modi estableció 2070 como un objetivo para que India alcance emisiones netas de carbono cero, mucho más tarde que las establecidas por otros contaminadores y veinte años después de la recomendación global de la ONU.
El G20 no se comprometió con el objetivo 2050 de detener las emisiones netas de carbono en una reunión de fin de semana en Roma, minando uno de los principales objetivos de la COP26.
Solo reconoció "la relevancia clave" de hacerlo "hacia mediados de siglo o alrededor de él", y no establecieron un calendario para eliminar gradualmente la energía del carbón a nivel local, una de las principales causas de las emisiones de carbono.